jueves, 14 agosto 2025

Codorniz perfecta en casa: el truco definitivo que hará que no vuelvas a cocinar pollo

La codorniz tiene algo que enamora desde el primer bocado. Quizá sea su carne tierna y jugosa, o ese punto salvaje que recuerda a la caza menor, pero lo cierto es que, cuando se cocina bien, es capaz de eclipsar a cualquier ave de corral. Pocos saben que esta pequeña joya gastronómica fue un manjar reservado a reyes y nobles durante siglos. Hoy, por suerte, cualquiera puede llevarla a su mesa sin dejarse el sueldo en el intento.

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Y no, no estamos hablando de platos sofisticados imposibles de reproducir en casa. La receta de codornices asadas o fritas es tan sencilla como deliciosa, y no exige más que unos pocos ingredientes de calidad y ganas de disfrutar. Es un plato que invita a comer con las manos, a mojar pan sin remordimientos y a saborear cada minuto de la experiencia. Si ya te está entrando hambre, espera a descubrir todo lo que hay detrás de este clásico que nunca pasa de moda.

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UN POCO DE HISTORIA (Y ALGUNA LEYENDA)

Fuente: Freepik

La codorniz ha acompañado al ser humano desde tiempos remotos. Se cree que ya formaba parte de la dieta de egipcios y romanos, y hay crónicas medievales que la describen como plato de caza predilecto en banquetes de reyes. Su carne se valoraba no solo por el sabor, sino por considerarse un alimento revitalizante. En la península ibérica, su presencia es habitual en recetarios antiguos, desde guisos sencillos para campesinos hasta preparaciones elaboradas en casas señoriales.

Incluso la Biblia menciona a la codorniz como alimento providencial, y no es raro que en pueblos de Castilla o Aragón aún se transmitan cuentos donde estas aves protagonizan milagros y anécdotas. Este trasfondo cultural añade un encanto especial cuando las ponemos en la mesa. Quizá por eso, aunque hoy se crían de forma doméstica, siguen conservando ese halo de producto especial que obliga a tratarlas con mimo.

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