Cárcel y dinero no suelen ir en la misma frase, pero en España, sí, los presos cobran por trabajar. La imagen que tenemos de la vida entre rejas dista mucho de la realidad diaria de muchos internos, que lejos de pasar el día sin hacer nada, asumen empleos con horarios, obligaciones y, sí, con un sueldo. Los reclusos que desempeñan una labor dentro del centro penitenciario reciben una remuneración regulada por el Estado. No es una cifra que enriquezca a nadie, pero genera un debate cada vez más vivo: ¿deberían cobrar más? ¿menos? ¿nada?
Saber cuánto gana un preso en las cárceles de España es adentrarse en un sistema tan complejo como desconocido. Porque no todos los internos trabajan, ni todos los trabajos están pagados igual. El sueldo depende del tipo de tarea, la categoría asignada y el convenio vigente con la Administración Penitenciaria. Entre planchar uniformes, fregar comedores, empaquetar material o limpiar módulos, algunos reclusos se ganan cada euro con esfuerzo. Pero lo cierto es que los ingresos no siempre alcanzan ni para mantener una vida digna entre barrotes.
4LO QUE PUEDE Y NO PUEDE HACER UN PRESO CON SU DINERO

Un preso que trabaja puede gastar su sueldo dentro de la cárcel, pero con límites. Cada semana, los internos pueden comprar en el economato del centro: productos de higiene, alimentos extra, papel, bolígrafos, incluso tabaco. El gasto está limitado a un tope semanal para evitar desigualdades entre presos. Nadie puede convertirse en “rico” dentro de la cárcel, por mucho que trabaje.
También pueden enviar dinero a familiares o pagar deudas desde su cuenta interna. No se trata solo de mejorar su calidad de vida entre rejas, sino de mantener vínculos con el exterior o asumir responsabilidades. Algunos usan sus ingresos para apoyar económicamente a sus hijos o parejas. Otros, para ahorrar un mínimo que les ayude cuando salgan en libertad.