Hay platos que parecen una caricia en forma de comida. Otros que reconfortan como una manta en una tarde de lluvia. Y luego está la crema de espinacas gratinadas al horno, que logra reunir lo mejor de ambos mundos en un solo bocado: el sabor vegetal y lleno de vida de las espinacas, con la indulgente cobertura dorada y crujiente del queso fundido al horno.
Esta receta es el puente perfecto entre la comida saludable y el placer reconfortante. Se cocina con cariño, se sirve caliente y se come con cuchara, tenedor o directamente con pan. ¿Quieres conocer su historia, cómo prepararla paso a paso, ideas para variarla y con qué acompañarla? Pasa, ponte cómodo y deja que te lo cuente todo.