Cuando uno piensa en lasaña, la mente se va directa a una escena de película italiana: una mesa repleta de platos humeantes, el olor a tomate, queso fundido y albahaca flotando por el aire, y alguien gritando desde la cocina: “¡La lasagna está pronta!”. La lasaña, ese maravilloso pastel de pasta horneada en capas, es uno de esos platos que traspasan fronteras, idiomas y preferencias alimenticias. Pero ¿qué pasa cuando sustituimos la carne por un desfile colorido de verduras? Entonces nace una estrella: la lasaña de verduras.
Tan reconfortante como la receta clásica, pero más ligera y llena de matices. Hoy te contaré su historia, te enseñaré cómo prepararla paso a paso, te daré ideas para personalizarla y te sugeriré con qué acompañarla para que tu experiencia sea completa. ¿Te animas?
6🥗 Acompañamientos sugeridos
                                
                            Aunque esta lasaña es un plato completo por sí solo, puedes acompañarlo con:
Ensaladas:
- Ensalada de rúcula y tomate cherry con vinagreta de mostaza
 - Ensalada de lentejas y manzana
 - Ensalada de hinojo y naranja
 
Panes:
- Pan de ajo
 - Focaccia
 - Pan integral tostado con aceite de oliva
 
Bebidas:
- Un vino blanco seco (Verdejo, Albariño)
 - Un rosado afrutado
 - Agua con gas y rodaja de limón o menta
 - Kombucha si quieres algo original y saludable
 




 



