Hay platos que no necesitan presentación. La crema de calabaza es uno de ellos. Su color vibrante, su textura sedosa y ese sabor dulzón tan característico hacen de esta receta una de las grandes reinas de las sopas y cremas en todo el mundo. Ligera pero reconfortante, saludable pero sabrosa, la crema de calabaza tiene el curioso don de gustar tanto a los fanáticos del “comer limpio” como a los más exigentes gourmets.
¿Pero cómo llegó este humilde plato a nuestras mesas? ¿Y cómo podemos prepararlo en casa con un resultado de restaurante y el aroma de cocina de abuela? Sigue leyendo, porque vamos a desgranar todo lo que hace de esta receta un básico imprescindible para cualquier estación, aunque brille especialmente en otoño.
2Ingredientes básicos (para 4 personas)

Aunque hay tantas versiones como cocineros, esta es la receta base, sencilla y deliciosa:
- 800 g de calabaza (puede ser tipo cacahuete, moscada o potimarron)
- 1 puerro o cebolla mediana
- 1 patata grande (opcional, para dar cremosidad)
- 1 zanahoria (añade dulzura y color)
- 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- 750 ml de caldo de verduras o agua
- Sal y pimienta al gusto
- Nuez moscada o jengibre rallado (opcional)
- Un chorrito de nata líquida o leche vegetal para servir (opcional)