jueves, 24 julio 2025

«La carretera no es tu baño»: la multa de 200€ y 3 puntos por orinar en el arcén que muchos ignoran

Recibir una multa por una necesidad fisiológica durante un largo viaje en coche puede sonar a broma pesada, pero es una realidad que miles de conductores en España desconocen. Esa parada aparentemente inofensiva en el arcén para aliviarse, un gesto que muchos han realizado o se han planteado hacer, puede acarrear consecuencias económicas y administrativas severas. Lo que parece una solución rápida a un problema urgente se convierte en un riesgo para la seguridad vial, y la Dirección General de Tráfico no duda en sancionarlo con rigor, transformando un simple alivio en un verdadero quebradero de cabeza que pocos conductores anticipan. La sanción no solo afecta al bolsillo, sino también al carné de conducir, una doble penalización por un acto común pero gravemente malinterpretado.

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El quid de la cuestión no reside en el acto de orinar en sí, que puede ser sancionado por otras vías, sino en el hecho de detener el vehículo en un lugar no habilitado para ello sin una causa de fuerza mayor. El arcén es una zona de alto riesgo, concebida exclusivamente para emergencias reales, y detenerse por un apretón no entra en esa categoría. Por tanto, el desconocimiento de la normativa no exime de su cumplimiento, una máxima legal que en la carretera adquiere una dimensión especialmente crítica por las vidas que están en juego. Entender por qué este gesto aparentemente trivial es tan peligroso y está tan perseguido es fundamental para cualquier persona que se ponga al volante en nuestro país.

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PLANIFICACIÓN Y SENTIDO COMÚN: LAS MEJORES ARMAS PARA EVITAR LA SANCIÓN

Fuente Pexels

La forma más eficaz de eludir esta cuantiosa multa y, sobre todo, de evitar una situación de extremo peligro, es la prevención. Antes de emprender un viaje largo, es fundamental planificar las paradas. Las autovías y autopistas españolas cuentan con una extensa red de áreas de servicio, descanso y estaciones de servicio que ofrecen aseos públicos. Realizar una parada cada dos horas, como recomienda la propia DGT, no solo sirve para descansar y combatir la fatiga, sino también para utilizar los servicios sin necesidad de recurrir a soluciones improvisadas y peligrosas. Esta simple rutina es la mejor garantía de un viaje seguro y sin sorpresas desagradables.

En caso de que la urgencia sea inevitable e imperiosa, la conducta correcta es continuar la marcha hasta la próxima salida o área de servicio, aunque ello suponga unos minutos de incomodidad. El riesgo de detenerse en el arcén es demasiado alto para justificarlo. El sentido común debe prevalecer sobre el impulso, ya que la diferencia entre esperar cinco minutos más o parar de forma indebida puede ser la diferencia entre llegar sano y salvo al destino o recibir una multa que afecte al bolsillo y al carné, o peor aún, verse involucrado en un siniestro vial de consecuencias imprevisibles. La carretera exige responsabilidad y anticipación, y este es un claro ejemplo de ello.

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