Si tu ventilador apenas mueve el aire y el calor sigue allí, es más un agitador de calor que un alivio. Muchos lo enfocan hacia el centro de la habitación pensando que refresca, pero ese gesto impide que el aire caliente salga. La clave consiste en usar el ventilador como extractor, expulsando el aire recalentado hacia fuera y dejando que entre aire fresco desde otro punto. Con este simple truco, el ventilador puede actuar casi como un aire acondicionado sin encenderlo.
Aprender a colocarlo correctamente, combinar ventanas abiertas y aprovechar las variaciones térmicas diarias transforma un electrodoméstico asequible en un sistema de ventilación mucho más eficaz. Solo así se consigue una corriente cruzada que renueva el aire y baja la temperatura interior, evitando derroches de energía y facturas más altas.
3Cuándo abrir y cerrar ventanas

No todas las horas del día son iguales: las primeras horas de la mañana y el anochecer ofrecen temperaturas exteriores inferiores al interior. Abrir ventanas en esas franjas horarias potencia la eficacia de tu ventilador frente al calor.
En cambio, en las horas centrales, es preferible mantenerlas cerradas y usar cortinas o persianas para bloquear el sol directo. Así se conserva el aire fresco generado y se evita la entrada de radiación solar que eleva la temperatura interior.