Las 84 Cámaras de Comercio territoriales españolas, agrupadas a través de la Fundación INCYDE, han creado desde 2014 un total de 26 incubadoras de alta tecnología (IAT) distribuidas por toda España que han impulsado y ala creación de 1.000 empresas. Se trata del ecosistema europeo de incubación de alta tecnología financiada en parte con el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), en el que se han invertido ya 215.000 millones de euros y ha generado ya empleo de calidad para 45.000 personas. Las incubadoras han conseguido crear espacios en los que se trabaja desde la ciencia y la tecnología, «para crear empresas que generan valor.»
«Es la revolución tecnológica en España y en Europa». El presidente de la Cámara de Comercio de España, José Luis Bonet Ferrer se mostraba orgulloso de la red de IAT de nuestro país, gracias a cuya actividad se está consiguiendo «dar golpes estructurales importantísimos en toda España».
Tras explicar cómo las incubadoras estaban centradas en áreas de desarrollo empresarial con ideas basadas en la biotecnología y las ciencias de la vida, la IA y otras tecnologías «habilitadoras», la economía azul y la sostenibilidad, el metaverso y la digitalización, y la agroalimentación y otras empresas, Bonet aseguró que la red de incubadoras españolas «es la mayor de toda Europa», que el modelo se ha llevado ya a países de todos los continentes, y que registra un porcentaje de éxito del 80% de empresas «que sobreviven. Esto tiene mucho futuro», aseguró con contundencia.
LAS CÁMARAS INNOVAN A TRAVÉS DE INCYDE
La Fundación INCYDE, con el respaldo de los fondos FEDER, en efecto lidera un ecosistema de incubación de alta tecnología que cubre todo el país, y se ha asentado en lugares incluso de la España vaciada. Hay una incubadora en Córdoba, otra en Gijón, otra en Jaén, en Mérida, Vigo, Gran Canaria,… hasta en Almansa. Por supuesto también en Barcelona o en Málaga.
A las 26 incubadoras se les une los 143 viveros de empresas, 35 coworkings digitales y 8 viveros 4.0. Aseguran que en su labor han invertido 215.000 millones de euros, y han generado al menos 45.000 puestos de trabajo. El 80% de las empresas creadas han sobrevivido y siguen adelante. Su labor es «ayudar a la gente que tiene ideas de desarrollo de alta tecnología a generar un producto y ponerlas en el mercado.
Las incubadoras trabajan con financiación pública y también privada, porque cuentan con cofinanciación también de las Comunidades Autónomas en las que se han instalados (Cataluña y Aragón, por ejemplo, cofinancian los proyectos al 50%).
A las 26 incubadoras se les une los 143 viveros de empresas, 35 coworkings digitales y 8 viveros 4.0. Aseguran que en su labor han invertido 215.000 millones de euros, y han generado al menos 45.000 puestos de trabajo.
Así, el ecosistema engloba a universidades, administraciones públicas, otras empresas, fondos de inversión y por supuesto a los emprendedores y las startups. Cuentan en las IAT con infraestructuras físicas y tecnológicas para impulsar la productividad y la innovación, con mentorización estratégica, con oportunidades de financiación, formación y capacitación si es necesaria. Todo lo que se necesita para poner una idea a funcionar y convertirla en una gran empresa innovadora.
Y todo está orientado a resultados. Se trata de que cada incubadora se convierta en un motor de desarrollo económico en la zona geográfica en la que está instalada y que consiga tener un impacto medible en cuanto al empleo, la competitividad y la transferencia de conocimiento, cuestión que señalaron con énfasis los responsables de la fundación.
Para conseguir todo esto hay que convertir a los emprendedores, científicos-as o ingenieros-as en emprendedores, en empresarios «porque en este país hay pocos, y lo son solo los que nacen en casas con empresas, que se forman desde niños. Estas incubadoras deberían ser visitadas por los chicos y las chicas a los 14 y 15 años, cuando están en la ESO, para que vean cómo son las empresas y que ellos pueden crear una», sugirió Benet desde su dilatada experiencia.

ALGUNOS CASOS DE EXITO DE LAS IAT
En la presentación de las IAT titulada «Donde nacen las ideas: historias reales desde el ecosistema de incubación» estuvieron jóvenes empresarios que ya tienen una historia de éxito que contar. Desde la IAT Matriz, orientada en el emprendimiento para la transición verde y digital ubicada en el Parque Científico y Tecnológico GEOLIT de Jaén, se han incubado 35 proyectos empresariales, activando más de 2,4 millones de euros en presupuestos de I+D+i y generando previsiones de creación de más de 30 empleos cualificados a corto y medio plazo. Destaca también por su apuesta por la economía circular y el aprovechamiento de la biomasa del olivar, sector estratégico en la provincia de Jaén.
Desde la IAT de Jaén, su socio fundador y CEO, Luis Fernández, habló de la startup Cex Energy dedicada a la gestión inteligente y sostenible de la energía que genera soluciones tecnológicas avanzadas para la monitorización, optimización y gestión de consumos energéticos en tiempo real, mediante una plataforma «que combina inteligencia artificial, análisis de datos y sistemas IoT para ofrecer diagnósticos energéticos precisos, detectar ineficiencias y proponer acciones correctivas automatizadas», según explicó su responsable.
También habló Julián Aguilera, el responsable de INTECC, grupo empresarial surgido en el entorno de la Universidad Católica de Murcia, que se ha desarrollado como empresa en el IAT UCAM HiTech, especializada en innovación especialmente en sectores de salud, biotecnología, alimentación, ingeniería y tecnologías digitales, que ha apoyado a más de 250 startups, impulsando el ecosistema emprendedor científico-tecnológico en salud, deporte y alimentación.
INTECC es ya un referente en soluciones tecnológicas para la salud digital. Entre sus proyectos más innovadores destaca la primera aplicación web basada en algoritmos científicos capaz de detectar y diagnosticar, en segundos, el estado de la columna vertebral primera causa de incapacidad física en el mundo, la postura y las articulaciones. Esta plataforma ofrece un ecosistema completo para profesionales sanitarios, incluyendo la prescripción individualizada de ejercicios y herramientas avanzadas de gestión, facilitando la prevención y el tratamiento personalizado de patologías musculoesqueléticas.

La incubadora ZFB. IAT Logistics 4,0, situada en la zona Franca de Barcelona está especializada en la industria 4.0 aplicada a la cadena de valor del sector logístico. Esta IAT ha incubado 59 startups, generado 457 empleos directos y atendido a más de 1.500 clientes, con una tasa de supervivencia del 88,1% y una facturación conjunta que superará los 46 millones de euros en 2025.
Allí ha nacido Grasshopper Air Mobility, que está revolucionando la logística aérea con drones, al hacerla accesible a cualquier empresa. Lo hace con drones eléctricos eVTOL de carga pesada, capaces de volar y circular de forma autónoma. Su dron insignia, el Grasshopper e350, transporta cargas de hasta 350 kg a una distancia de 200 km en modo totalmente eléctrico, y hasta 600 km en su versión híbrida de hidrógeno, integrándose de manera automatizada con los sistemas logísticos de la industria 4.0 gracias a la carga y descarga autónomas. Funcionan como «saltamontes» que van llevando cargas de un lado a otro, tal y como explicó Jacob Saalfrank, su Cofundador y director ejecutivo.
Guillermo de Santiago, el responsable de la startup AGforest, que ha tomado forma en la IAT Metaverso Polo Digital de Málaga, donde se han alojado 31 startups con propuestas disruptivas, que han captado más de 1,45 millones de euros en financiación pública y privada, habló de su compañía revolucionaria.
AGforest, líder nacional en inteligencia artificial geoespacial aplicada al análisis de datos satelitales para la medición y gestión del capital urbano y la regeneración de ecosistemas. Ha desarrollado modelos propios de IA capaces de cuantificar el valor económico de los servicios ecosistémicos urbanos y de distintos capitales natural, social, humano, manufacturado, económico y climático, permitiendo a administraciones y empresas tomar decisiones estratégicas para mejorar la habitabilidad y la resiliencia urbana frente al cambio climático. Su enfoque en algoritmos conscientes y predicciones éticas convierte a AGforest en un referente de la innovación responsable y la tecnología con propósito.