Las grandes telecos europeas, entre las que se encuentran Telefónica, Orange o Deutsche Telecom, a través de su asociación europea, Connect Europe, exigen a la UE que simplifique su maraña normativa. Acaban de hacer público un informe que les da la razón en sus reivindicaciones sobre cómo el exceso de normativas ahogan al sector y afectan a la experiencia de cliente. Según indican, «los consumidores de la UE navegan actualmente por un panorama de las telecomunicaciones formado por una compleja red de 34 conjuntos de obligaciones reglamentarias«.
Entre todas las normas y regulaciones, la consultora norteamericana Arthur D. Little ha identificado al menos 12 normativas que se superponen entre las leyes sectoriales y generales del consumidor, y otras 16 clasificadas como particularmente estrictas y específicas de las telecos. El informe concluye que mediante la modernización de las políticas heredadas, la eliminación de ineficiencias y el fomento activo de la innovación, y con sus propuestas para simplificar las normativas, se puede cumplir el objetivo de «impulsar la inversión, acelerar la adopción 5G, mejorar la conectividad transfronteriza y garantizar derechos digitales equitativos y uniformes para todos los ciudadanos europeos.
Tras presentar las conclusiones del estudio, las telecos europeas demandan que se deroguen normativas y que se simplifique la maraña de leyes que se les aplica. El informe revela que, en efecto, se enfrentan a una «sobreregulación excesiva, a condiciones de juego desiguales y a la dañina fragmentación del mercado», argumento que expresó en su día ya el ex presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, con el que coincidían el resto de los líderes de las telecos europeas.
En consecuencia, los clientes «experimentan confusión e incoherencias, lo que disminuye la satisfacción general del servicio«, desde que son captados como usuarios, a los largo de la prestación de los servicios y cuando dejan de ser clientes y se produce la desconexión.
las telecos se enfrentan a una sobreregulación excesiva, a condiciones de juego desiguales y a la dañina fragmentación del mercado
Según las conclusiones, a pesar de estos desafíos, el sector aportó un enorme valor, ya que entre 2014 y 2023 los operadores en Europa multiplicaron por diez veces el uso de datos móviles, al tiempo que redujo los ingresos medios por GB en un 85%, «lo que ha permitido un acceso generalizado a una conectividad asequible y de alta calidad.
El estudio revela también que los clientes de las telecos en la UE se ve «significativamente afectado» por 34 obligaciones reglamentarias distintas derivadas de 9 reglamentos sectoriales y 19 horizontales. Así, el marco legal en el que se mueven las telecos es «demasiado complejo» y complica aún más el «logro del mercado único europeo debido a la fragmentación de la implementación nacional».

TELEFÓNICA, ORANGE, DT… HACIA UN MERCADO UNIFICADO
El informe propone una agenda clara destinada a simplificar la regulación de las telecomunicaciones, que garantice un espacio de igualdad y avance hacia «un mercado europeo de telecomunicaciones verdaderamente unificado».
Dentro del ecosistema de conectividad europeo, las empresas se enfrentan a 28 regulaciones, lo que afecta a la sostenibilidad financiera de los operadores. Nueve de ellas están específicamente dirigidas a las telecomunicaciones y 19 son de alcance más amplio. Esta carga reglamentaria afecta significativamente a la claridad de las normas para los consumidores y complica la posibilidad de ofertas transfronterizas debido a divergencias nacionales sustanciales.
La sobreregulación, además, tiene un gran peso en cuanto a la sostenibilidad financiera del sector. Entre 2014 y 2023, los operadores europeos experimentaron un descenso medio anual de la capitalización del mercado del 1,8%. En contraste, los pares menos regulados, incluidas las telecomunicaciones de otras regiones y plataformas tecnológicas globales (Estados Unidos o China, por ejemplo), registraron un crecimiento anual de la capitalización del mercado del 1,1% y el 36%, respectivamente. Es decir que, «mientras la capitalización de mercado de los operadores telecos no europeos creció entre un 1% y un 2% anual, la de los operadores europeos disminuyó casi un 2% anual».
la carga reglamentaria afecta significativamente a la claridad de las normas para los consumidores y complica la posibilidad de ofertas transfronterizas debido a divergencias nacionales sustanciales
El informe detalla una grave «fragmentación en la aplicación de las normas de telecomunicaciones en todos los Estados miembros de la UE», en particular en materia de protección de los consumidores, neutralidad de la red, las medidas de seguridad, la retención de datos y la presentación de informes sobre incidentes de seguridad. Al examinar la neutralidad de la red, el estudio encontró al menos 10 enfoques de implementación diferentes en toda Europa, lo que afecta negativamente el despliegue de servicios innovadores como la red 5G, o la telemedicina en tiempo real. Como conclusión, se trata de un mercado único que no es tal, porque la «fragmentación persistente y sigue perjudicando a clientes y empresas».
Según indica el escrito, «las variaciones nacionales de las directivas de la UE generan incoherencias en los derechos y la experiencia de los consumidores en los distintos Estados miembros, lo que genera diferentes derechos y niveles de servicio para los consumidores según su ubicación, lo que en última instancia socava el mercado único».
Dice también que a pesar de competir directamente en mercados como los servicios de voz, mensajería e Internet, los operadores se enfrentan a la regulación en ocho ámbitos políticos distintos, mientras que las empresas tecnológicas se enfrentan a obligaciones en solo tres, lo que significa que los usuarios finales no se benefician de la misma protección dependiendo del servicio que utilicen.
las plataformas tecnológicas (Meta, por ejemplo) siguen en gran medida desreguladas a pesar de su creciente dominio sobre la prestación de tráfico y la calidad del servicio
El informe señala que las plataformas tecnológicas (Meta, por ejemplo) siguen en gran medida desreguladas a pesar de su creciente dominio sobre la prestación de tráfico y la calidad del servicio. Este desequilibrio afecta a los usuarios y tiene implicaciones más amplias para la competencia y la competitividad general del ecosistema de conectividad, especialmente en áreas como la gestión del tráfico, la diferenciación y la redirección.
Así, el informe concluye con un propuesta de simplificación y señala tres acciones para «mejorar la conectividad europea» y alcanzar los objetivos del «Decenio Digital de Europa», el informe recomienda una estrategia de reforma en tres pasos. El primero sería «simplificar las reglas reemplazando obligaciones obsoletas y superpuestas por protecciones horizontales simplificadas y favorables al consumidor».
En segundo lugar, propone garantizar una competencia leal «aplicando salvaguardias coherentes al consumidor y principios de reglas de neutralidad de la red de manera uniforme» en todos los proveedores de servicios digitales. Una tercera acción sería la de «armonizar la aplicación en toda la UE para reducir la fragmentación, garantizando derechos de los consumidores y experiencias de servicio coherentes«.
VODAFONE, ILIAD Y 1&1, CONTRA DESREGULAR
Mientras se hacía público este informe, por otro lado, una alianza de grandes empresas de de la fibra europeas se ha manifestado en contra de los planes de la UE para una regulación más laxa en el negocio de redes fijas, según una carta abierta publicada este jueves.
Los firmantes, entre los que se encontraba la británica Vodafone, considerada una de las grandes telecos, la italiana Iliad y la alemana 1&1 (junto a Bouygues Telecom, Eurofiber, Open Fiber, Fastweb, CK Hutchison, y Colt Technology Services) han advertido que una flexibilización de las regulaciones para los respectivos líderes del mercado en los países con los que compiten conduciría a una «re-monopolización» del mercado de las telecos.
Según han manifestado, las propuestas de la Comisión Europea suponen un «paso atrás», contradicen los principios de competencia de la UE y frenarían la expansión de la banda ancha de fibra óptica. Por estas razones, piden a las autoridades que se mantengan en el modelo actual, que exige que los líderes del mercado, como Deutsche Telecom en Alemania, concedan a los competidores acceso a su infraestructura bajo condiciones fijas.
La expansión de las redes de fibra óptica ha sido durante mucho tiempo un tema polémico, en el que las empresas de telecomunicaciones más pequeñas se sienten desfavorecidas por los líderes del mercado, en su mayoría antiguos monopolistas. En España, este sería el caso de Telefónica.