El steak tartar es un plato que ha fascinado a los amantes de la gastronomía durante siglos. Su preparación exige precisión y un conocimiento profundo de los ingredientes, pero el resultado es un platillo lleno de sabor y elegancia. A continuación, te guiaré a través de la historia, los ingredientes, una receta paso a paso, variantes y sugerencias de acompañamiento para que puedas disfrutar de este delicioso manjar.
El origen del steak tartar es un tema de debate y misterio en la historia de la comida. Aunque se asocia comúnmente con la cocina francesa, sus raíces se remontan a las tradiciones de la tribu tártara, un pueblo nómada que habitaba en Asia central. Históricamente, se cree que los guerreros tártaros cortaban la carne cruda de sus caballos y la comían con especias, un alimento práctico para quienes vivían en movimiento.
La versión moderna que conocemos hoy se popularizó en Europa a finales del siglo XIX y principios del XX, especialmente en los restaurantes franceses. A menudo, se servía como un atractivo plato gourmet, donde la carne se sazonaba con condimentos y se mezclaba con ingredientes como cebolla, alcaparras y yema de huevo.
A lo largo de los años, este plato ha sido reinterpretado en diferentes culturas, convirtiéndose en un símbolo de la cocina cruda gourmet. Hoy en día, el steak tartar es un clásico en muchos menús de restaurantes de alta gama, donde se prepara con componentes frescos y de calidad.
4Acompañamientos sugeridos

Para disfrutar al máximo de tu steak tartar, podrías incorporar los siguientes acompañamientos:
– Patatas fritas o chips: El contraste crujiente complementa muy bien a la suavidad del tartar.
– Ensalada fresca: Una simple ensalada de hojas verdes con un aderezo ligero puede proporcionar un descanso fresco y ligero entre bocados.
– Vino blanco: Un vino blanco seco, como un Albariño o un Sauvignon Blanc, puede ser el complemento perfecto para este plato.