lunes, 7 julio 2025

Anabel Pantoja y David Rodríguez se van muy lejos: no quieren estar más tiempo en Canarias

Anabel Pantoja ha vuelto a hacer las maletas, esta vez por una razón muy distinta a las habituales escapadas románticas o compromisos televisivos. Cansada del calor y de las tensiones acumuladas en las últimas semanas, la sobrina de Isabel Pantoja ha decidido marcharse lo más lejos posible de Canarias, donde reside desde hace años, para reencontrar algo de paz junto a su pareja David Rodríguez y la pequeña Alma. La influencer ha optado por dejar atrás tanto los focos como las polémicas familiares, como la situación legal que aún rodea a su hija o el incómodo episodio que protagonizó durante la boda de su amiga Susana Molina. En medio de este caos emocional, Anabel ha optado por el norte de España, buscando el frescor de Tremp, una localidad leridana donde no solo se ha refugiado, sino también ha acompañado a su cuñado en un evento muy especial: su jura de bandera en el Ejército de Tierra.

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El viaje de Anabel Pantoja y su novio

La estancia en Cataluña ha sido una mezcla entre desconexión y compromiso familiar. Anabel ha aprovechado para compartir con sus seguidores algunos momentos del viaje a través de sus redes sociales, donde ha dejado ver, con su característico humor, que el trayecto no fue precisamente breve. «La cola es kilométrica… Después de un tren de 300 horas, nos queda una hora en coche, aproximadamente, o sea, con suerte este año llegamos al destino final», bromeaba mientras documentaba el viaje. La influencer no ocultaba el cansancio acumulado ni lo que parecía ser una necesidad urgente de cambiar de aires. En otro momento del trayecto, lanzaba una pulla cariñosa a David: «Yo estoy durmiendo y pasas tú con ese sonido…», refiriéndose al inconfundible ruido de la maleta de ruedas en medio de su descanso interrumpido.

Una vez llegados a su destino, Anabel enseñó a sus seguidores la habitación donde se alojarían durante su estancia. Aunque las condiciones no eran las de un resort de lujo, se lo tomaba con filosofía: «Ni tan mal. La habitación con su camita supletoria donde va a dormir el papi…». Y como no podía faltar el toque de humor, tampoco se contuvo al describir el entorno: «La verdad que es como si estuviera metida en Ocho apellidos catalanes, pero bueno está muy bien, hemos comido genial», decía entre risas. En este ambiente distendido, la sevillana se ha permitido tomarse un respiro de las tensiones mediáticas que han empañado su tranquilidad en los últimos meses.

Aunque en sus publicaciones ha mostrado una actitud relajada y distendida, lo cierto es que Anabel sigue arrastrando varios frentes personales sin resolver, y este viaje parece más una necesidad emocional que una simple excursión veraniega. Entre otras cuestiones, sigue pendiente un esperado encuentro familiar que se ha ido postergando: aún no ha conocido a Cairo, el hijo de su prima Isa Pantoja, un detalle que deja claro el distanciamiento que persiste en el entorno más cercano de los Pantoja. La situación con su hija, cuya custodia está envuelta en un proceso judicial que ha obligado a la familia a mantener un perfil bajo, también pesa sobre sus hombros. Esta escapada, por tanto, no solo responde al deseo de acompañar a su cuñado, sino a una necesidad urgente de escapar del estrés que se ha acumulado en su día a día.

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