Aunque ha llevado a cabo algunas desinversiones para inyectar algo de liquidez que compense su gigantesca deuda, Iberdrola no va a contenerse demasiado en el gasto, al menos en lo que al desarrollo del entramado eléctrico se refiere. De cara a su Capital Markets Day del próximo septiembre, la compañía ha adelantado que se mantendrá en la dirección de priorizar la inversión en redes.
Así lo han confirmado Isabel Sánchez e Ignacio Cuenca, subdirectora de relaciones con inversores y director de relaciones con inversores de la energética, en la Conferencia Global de Energía, Energía Eléctrica e Infraestructura de RBC Capital Markets. En el evento, celebrado el martes, los directivos manifestaron que esta política «debería seguir beneficiándose de la tendencia hacia la electrificación de la economía».
IBERDROLA, ENTRE LOS ÓRDAGOS INVERSORES Y UNA DEUDA MONSTRUOSA
La energética ha decidido situar las redes por encima de las renovables en el escalafón inversor, lo que según la mayoría de análisis solidifica sus cimientos financieros.
Sin embargo, la exuberancia inversora de Iberdrola tiene un contrapunto: su monstruosa deuda, que aumentó todavía más durante el primer trimestre. Según los resultados publicados por la compañía, la deuda neta ajustada de la eléctrica ha pasado de aproximadamente 51.700 millones de euros a 55.700, un aumento de casi el 8%.
Para poner en perspectiva el alcance del ‘debe’ de Iberdrola, baste decir que ya a finales de 2024 superaba al conjunto de la economía de un país como Jordania, cuyo Producto Interior Bruto (PIB) de 2023 fue de 50.970 millones de dólares (46.921 millones de euros).
LA ENCRUCIJADA NUCLEAR
Sánchez y Cuenca también hablaron sobre el cierre del parque nuclear español, un asunto en el que Iberdrola, como entidad gestora de centrales, tiene mucho que decir.
España, destacaron, cuenta con una generación nuclear «de primera clase, que solo ha estado operativa durante unos 40 años, mientras que los reactores de esa categoría operan hasta 80 años». Asimismo, señalaron que las compañías parecen dispuestas a solicitar una prórroga, pero necesitarían una reducción de los impuestos, situados actualmente en torno a los 28 euros por megavatio hora € MW/h.
Una prórroga de tres años, dijeron, «podría ser una opción, que no requeriría inversiones significativas y daría tiempo a que otros gobiernos tomen decisiones».
EL APAGÓN ES UNA OPORTUNIDAD
En su intervención durante la jornada de RBC, los directivos de Iberdrola se mostraron convencidos de que los recientes cortes de suministro podrían tener implicaciones positivas para las inversiones en redes, la remuneración y la posible introducción de pagos por capacidad para asegurar disponibilidad firme.
En el segmento minorista, resaltaron, las posibles reclamaciones serían trasladadas al consumidor final, y las pérdidas en contratos de compraventa de energía (PPAs) serían asumidas por la empresa responsable.
SIN MIEDO A TRUMP
La guerra arancelaria declarada por el presidente estadounidense, Donald Trump, no inquieta demasiado en el seno de Iberdrola.
Sánchez y Cuenca recordaron que más del 80% del negocio de la energética en Estados Unidos corresponde a redes reguladas, por lo que el impacto de los aranceles es pequeño, con un potencial menoscabo inferior a 100 millones de dólares estadounidenses.
Estados Unidos es un mercado muy relevante para Iberdrola, con más de 20.000 millones de dólares de inversión en redes prevista hasta 2030.
EL RETORNO SOBRE EL CAPITAL
Por último, se refirieron al retorno sobre el capital, para el que, según las filtraciones publicadas en los medios, se establecerá un límite del 6,5% en el primer borrador de la regulación, frente al 7,5% solicitado por las empresas. Una posible solución, dijeron, es que un retorno más bajo sea compensado con una remuneración más alta en otras áreas.