La pierna de cerdo asada al horno es un plato emblemático en muchas culturas, sinónimo de celebración, festividad y abundancia. Lograr una piel perfectamente crujiente —ese chicharrón dorado y quebradizo que suena al morderlo— mientras se mantiene la carne interior tierna y jugosa, es considerado por muchos el culmen de la cocina casera. Una combinación de técnica, paciencia y buenos ingredientes. Esta receta te guiará paso a paso para conseguir esa pierna de cerdo de ensueño, un festín para la vista y el paladar.
El cerdo ha sido una fuente fundamental de alimento para la humanidad desde su domesticación hace milenios. En Europa, especialmente, asar grandes cortes de cerdo, como la pierna o el pernil, se convirtió en una tradición para ocasiones especiales: Navidad, Año Nuevo, bodas y grandes reuniones familiares. La capacidad de alimentar a muchos comensales y el sabor suntuoso de su carne y grasa lo hicieron ideal para estos eventos.
La búsqueda de la «piel crujiente» o «crackling» (en inglés), «Schwarte» (en alemán) o «chicharrón» (en español, aunque este término abarca más preparaciones) es una obsesión culinaria compartida por muchas culturas. Desde el «Siu Yuk» cantonés con su piel inflada y crujiente, hasta el «Schweinshaxe» bávaro, la textura es tan valorada como el sabor de la carne. Cada tradición tiene sus trucos: secado meticuloso, salmueras, escaldado de la piel, o el uso de temperaturas específicas.
Esta receta combina varias de estas técnicas probadas para asegurar el éxito, transformando una simple pierna de cerdo en una obra maestra culinaria.
Ingredientes esenciales para la pierna de cerdo al horno

La calidad de la pierna de cerdo es el punto de partida. Busca una pieza con una buena capa de grasa bajo la piel.
Para la pierna de cerdo (para 6-8 personas):
- 1 pierna de cerdo fresca, con hueso y piel (aproximadamente 3-5 kg). Asegúrate de que la piel esté intacta.
- 3-4 cucharadas de sal marina gruesa (o más, según el tamaño)
- 1-2 cucharadas de aceite de oliva o manteca de cerdo derretida
- 1 cucharada de pimienta negra recién molida
- Opcional para escaldar la piel: 1-2 litros de agua hirviendo
Para el lecho aromático (opcional, pero recomendado para sabor y salsa):
- 2 cebollas grandes, cortadas en cuartos
- 3-4 zanahorias, peladas y cortadas en trozos grandes
- 3-4 tallos de apio, cortados en trozos grandes
- 1 cabeza de ajos entera, cortada por la mitad horizontalmente
- 2-3 hojas de laurel
- Ramitas de tomillo fresco o romero (opcional)
- 500 ml de agua, caldo de pollo o vino blanco seco (para la bandeja del horno)
Preparación: El camino hacia la perfección crujiente

La clave está en la preparación de la piel. Tómate tu tiempo en estos pasos.
Fase 1: Preparar la piel (Idealmente, 24-48 horas antes)
- Puntuación de la piel (Scoring):
- Coloca la pierna de cerdo sobre una tabla de cortar estable. Con un cúter muy afilado, un cuchillo para alfombras (limpio y dedicado solo a cocina) o un cuchillo de chef bien afilado, realiza cortes paralelos a través de la piel y la capa de grasa, con una separación de aproximadamente 1-1.5 cm. Es Crucial que los cortes atraviesen la piel y la grasa, pero No lleguen a la carne. Si cortas la carne, los jugos se escaparán durante la cocción, resecándola y ablandando la piel.
- Puedes hacer un patrón de rombos si lo prefieres, cortando en dos direcciones.
- Escaldado (Opcional, pero ayuda a abrir los poros):
- Coloca la pierna de cerdo con la piel hacia arriba sobre una rejilla en el fregadero o una bandeja grande.
- Vierte con mucho cuidado 1-2 litros de agua hirviendo uniformemente sobre toda la piel. Verás cómo la piel se tensa y los cortes se abren ligeramente. Ten precaución para no quemarte.
- Seca la pierna inmediatamente y muy a fondo con papel de cocina.
- Secado y salado:
- Seca la piel de nuevo, meticulosamente, con papel de cocina. Cualquier humedad residual es enemiga de la piel crujiente.
- Frota generosamente toda la piel con sal marina gruesa, asegurándote de que penetre bien entre los cortes. La sal no solo sazona, sino que también extrae más humedad de la piel.
- Coloca la pierna de cerdo descubierta sobre una rejilla (para que el aire circule por debajo) encima de una bandeja en el frigorífico durante al menos 24 horas, e idealmente 48 horas. Este proceso de secado al aire es uno de los secretos más importantes para una piel ultra crujiente. No te preocupes si la piel se ve un poco acartonada; es buena señal.
Fase 2: Templado y sazonado final (Día de la cocción)
- Templado: Saca la pierna del frigorífico al menos 2-3 horas antes de hornearla para que alcance la temperatura ambiente. Esto asegura una cocción más uniforme.
- Retirar exceso de sal y secar: Con papel de cocina, retira el exceso de sal de la superficie de la piel (la mayoría se habrá disuelto y absorbido). Seca la piel una vez más, muy a fondo. Debería sentirse seca al tacto.
- Sazonado:
- Frota la carne (no la piel) con pimienta negra recién molida y cualquier otra hierba o especia que desees (ajo en polvo, paprika, orégano, etc.). Si quieres, puedes hacer pequeñas incisiones en la carne e insertar lascas de ajo.
- Frota la piel seca con una fina capa de aceite de oliva o manteca de cerdo derretida. Esto ayuda a la conducción del calor y al dorado. Algunas personas añaden un poco más de sal fina a la piel en este punto, pero si ya la has salado bien antes, puede no ser necesario.
Fase 3: El horneado
- Precalentamiento: Precalienta el horno a una temperatura alta, 220-240°C (425-475°F). Este golpe inicial de calor es vital para que la piel comience a inflarse y formar burbujas.
- Lecho aromático: Si usas un lecho aromático, esparce las cebollas, zanahorias, apio, la cabeza de ajos, laurel y hierbas en el fondo de una bandeja de horno lo suficientemente grande. Coloca una rejilla encima (si la pierna no va directamente sobre las verduras). Vierte el agua, caldo o vino en el fondo de la bandeja (esto evitará que los jugos se quemen y creará vapor, además de ser la base para una futura salsa).
- Primera cocción (Alta temperatura):
- Coloca la pierna de cerdo sobre la rejilla o directamente sobre las verduras en la bandeja.
- Introduce en el horno precalentado y asa durante 25-35 minutos, o hasta que la piel comience a burbujear y a tomar un color dorado claro. Vigila de cerca para que no se queme.
- Segunda cocción (Baja temperatura):
- Reduce la temperatura del horno a 160-170°C (320-340°F).
- Continúa horneando durante aproximadamente 25-35 minutos por cada 500g de carne (ej. una pieza de 4kg tardará entre 3 horas 20 minutos y 4 horas 40 minutos), o hasta que la temperatura interna alcance los 70-75°C (160-167°F) para una carne bien hecha pero aún jugosa. Usa un termómetro de carne insertado en la parte más gruesa, sin tocar el hueso.
- Si la piel se dora demasiado rápido durante esta fase, puedes cubrirla holgadamente con papel de aluminio.
- Crujido final (Si es necesario):
- Si al final de la cocción la piel no está todo lo crujiente que deseas, retira la pierna del horno. Sube la temperatura del horno nuevamente a 220-250°C (425-480°F) o incluso utiliza la función de grill (broiler) con mucho cuidado.
- Vuelve a introducir la pierna y hornea/grilla durante 5-15 minutos más, vigilándola CONSTANTEMENTE para evitar que se queme. La piel puede pasar de perfecta a quemada en segundos bajo el grill. Mantén la puerta del horno entreabierta si usas el grill y rota la pierna si es necesario.
Fase 4: El reposo imprescindible
- Una vez que la carne esté cocida y la piel crujiente, retira la pierna del horno.
- Transfiérela a una tabla de cortar grande y cúbrela holgadamente con papel de aluminio (sin apretar para no ablandar la piel).
- Deja reposar durante al menos 20-30 minutos antes de cortarla. Este paso es VITAL para que los jugos se redistribuyan por la carne, resultando en un producto final mucho más tierno y sabroso.
Fase 5: Preparar la salsa (Opcional)
- Mientras la carne reposa, puedes hacer una salsa con los jugos de la bandeja. Retira el exceso de grasa de la superficie.
- Cuela los jugos y las verduras a una cacerola. Puedes desechar las verduras o triturar algunas con los jugos para espesar.
- Lleva a ebullición y reduce hasta la consistencia deseada. Sazona al gusto. Si quieres una salsa más espesa, puedes añadir una mezcla de maicena y agua fría.
Variantes para experimentar

- Marinada cítrica: Marinar la carne (no la piel) con una mezcla de zumo de naranja agria (o naranja y lima), ajo, orégano y comino (estilo lechón asado cubano o puertorriqueño). Asegúrate de secar bien la piel antes de salarla.
- Hierbas provenzales: Frotar la carne con una mezcla de hierbas de Provenza, ajo y mostaza de Dijon.
- Toque asiático: Sazonar la carne con jengibre rallado, ajo, salsa de soja (con cuidado por la sal) y un poco de cinco especias chinas. La piel se trata de la misma manera para el crujiente.
- Inyección de sabor: Puedes inyectar una salmuera o marinada líquida directamente en la carne para mayor jugosidad y sabor, siempre evitando la zona de la piel.
Acompañamientos clásicos y modernos

Una pierna de cerdo tan espectacular merece acompañamientos a su altura:
- Tradicionales:
- Puré de patatas cremoso.
- Manzanas asadas o compota de manzana (el dulzor contrasta maravillosamente con la riqueza del cerdo).
- Chucrut (Sauerkraut) o lombarda estofada.
- Patatas asadas en la misma bandeja, cocinándose con los jugos del cerdo.
- Más ligeros:
- Ensalada verde fresca con una vinagreta ácida.
- Judías verdes salteadas con ajo.
- Verduras de raíz asadas (zanahorias, chirivías, boniatos).
- Pan: Un buen pan rústico para recoger los jugos.