sábado, 7 junio 2025

Te enseñamos a hacer el típico flamenquín cordobés y otras variedades: Un tesoro gastronómico de Andalucía

El flamenquín cordobés es una delicia culinaria que encarna la rica tradición gastronómica de Andalucía. Este plato, sencillo en apariencia pero complejo en sabor y textura, es un verdadero icono de la cocina de Córdoba. En esta receta, exploraremos a fondo cada aspecto de su preparación, desde sus orígenes hasta las variantes modernas y los acompañamientos perfectos.

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Aunque el flamenquín es hoy un plato emblemático de Córdoba, sus orígenes exactos son objeto de debate y leyendas. La teoría más aceptada sitúa su nacimiento en la provincia de Córdoba, probablemente en la zona de Bujalance o Andújar, aunque la capital ha adoptado y popularizado el plato hasta convertirlo en un símbolo.

El nombre «flamenquín» es curioso y también da pie a varias interpretaciones. Algunos sugieren que se debe a la forma alargada y dorada que adquiere al freírse, recordando a las patas estilizadas de un flamenco. Otros, más románticos, asocian el nombre a la influencia de los «bailaores» flamencos, que podrían haber popularizado este bocado energético en sus giras. Lo cierto es que la combinación de jamón serrano y lomo de cerdo, ingredientes comunes en la dieta andaluza, lo convierte en un plato de arraigo popular.

Inicialmente, el flamenquín era un plato más humilde, elaborado con los ingredientes disponibles en la casa. Con el tiempo, y a medida que la gastronomía cordobesa evolucionaba, el flamenquín fue perfeccionándose, añadiendo el toque crujiente del rebozado y la jugosidad de la carne y el jamón. Hoy en día, es un plato imprescindible en cualquier taberna o restaurante cordobés, servido como tapa, ración o plato principal.

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Acompañamientos tradicionales y sugerencias

Fuente: Freepik.es

El flamenquín, al ser un plato contundente, suele servirse con acompañamientos que ayuden a equilibrar la comida:

  • Patatas fritas caseras: El acompañamiento clásico por excelencia. Unas patatas fritas cortadas a mano y bien doradas son el complemento perfecto para el flamenquín.
  • Ensalada mixta: Una ensalada fresca de lechuga, tomate, cebolla y pepino, aderezada con un buen aceite de oliva virgen extra y vinagre, aporta un contraste de frescura y acidez que ayuda a aligerar el plato.
  • Pimientos asados: Los pimientos rojos asados, pelados y aliñados con aceite de oliva y ajo, son un acompañamiento delicioso y muy andaluz.
  • Salmorejo o gazpacho: En los meses cálidos, un cuenco de salmorejo cordobés o gazpacho andaluz fresco puede ser una excelente entrada o acompañamiento, ofreciendo un contraste de temperatura y sabor.
  • Mayonesa o alioli: Para los amantes de las salsas, la mayonesa casera o un alioli suave son perfectos para mojar el flamenquín.
  • Salsa de yogur y hierbas: Si buscas una opción más ligera, una salsa de yogur natural, pepino rallado, ajo picado y hierbas frescas (como menta o eneldo) puede ser una excelente alternativa.

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