Las patatas asadas son un clásico universal, una guarnición reconfortante que evoca calidez y sabor casero. Con la llegada de la freidora de aire (airfryer), hemos descubierto una forma más rápida, eficiente y saludable de lograr ese exterior dorado y crujiente que tanto nos gusta. Sin embargo, a veces, en la búsqueda de ese exterior perfecto, el interior puede quedar algo seco. ¡Pero no temas! Existe un truco, una combinación de técnica y pequeños secretos, para asegurar que tus patatas asadas en airfryer sean la envidia de cualquier mesa: espectacularmente crujientes por fuera y, lo más importante, increíblemente tiernas y jugosas por dentro. Prepárate para elevar tus patatas a un nuevo nivel.
La humilde patata (Solanum tuberosum) tiene una historia fascinante. Originaria de la región andina de América del Sur, específicamente del área que hoy comprende Perú y Bolivia, fue cultivada por primera vez hace entre 7,000 y 10,000 años. Durante siglos, fue un alimento básico para las civilizaciones inca y preincaicas.
No fue hasta el siglo XVI que los exploradores españoles introdujeron la patata en Europa. Inicialmente, fue recibida con escepticismo e incluso miedo, considerada no apta para el consumo humano o incluso venenosa por algunas poblaciones. Sin embargo, su resistencia, adaptabilidad a diferentes climas y su valor nutricional gradualmente la convirtieron en un cultivo fundamental en todo el continente, especialmente a partir del siglo XVIII, ayudando a combatir hambrunas y a sostener a poblaciones crecientes.
Asar patatas, probablemente primero en rescoldos de fuego y luego en hornos, se convirtió en una forma popular de prepararlas, realzando su dulzor natural y creando una textura deliciosa. Las «roast potatoes» británicas, las «patatas panaderas» españolas o las «Bratkartoffeln» alemanas son solo algunos ejemplos de la diversidad de esta preparación.
La freidora de aire, inventada a principios del siglo XXI (Philips presentó su primer modelo Airfryer en 2010), revolucionó la cocina casera al ofrecer una manera de «freír» alimentos utilizando aire caliente circulante a alta velocidad, logrando texturas crujientes con una fracción del aceite utilizado en la fritura tradicional. Adaptar la clásica patata asada a este electrodoméstico fue un paso natural, buscando replicar la magia del horno pero con mayor rapidez y eficiencia. El reto: conseguir la misma terneza interior que un horneado lento puede proporcionar.
4Resumen de claves para el éxito (El truco y más allá)

- Pre-cocción (Hervor parcial): Es el secreto número uno para un interior tierno y jugoso.
- Secado eficaz: Imprescindible para un exterior crujiente.
- No sobrecargar la cesta: Una sola capa para que el aire circule libremente.
- Temperatura adecuada: Unos 200°C suelen ser ideales para el equilibrio entre dorado y cocción interna.
- Agitar: Para una cocción y dorado uniformes.
- Patata correcta: Variedades como Roja, Yukon Gold o Kennebec funcionan muy bien.