domingo, 20 julio 2025

Te enseñamos el truco para hacer la ensaladilla rusa perfecta

La búsqueda de la ensaladilla rusa perfecta es casi una misión sagrada para muchos cocineros caseros y chefs. No es solo una mezcla de patatas y mayonesa; es un equilibrio de texturas, sabores y una cocción precisa de sus componentes.

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Contrario a lo que su nombre popular podría sugerir en algunos lugares, la ensaladilla rusa, tal como la conocemos hoy, tiene raíces más complejas y aristocráticas. Su origen se remonta a la década de 1860 en Moscú, en el prestigioso restaurante Hermitage. El chef franco-belga Lucien Olivier fue su creador. La «Ensalada Olivier» original era una creación mucho más opulenta y sofisticada que la versión que comúnmente disfrutamos.

Se dice que la receta original de Olivier incluía ingredientes de lujo como carne de urogallo, lengua de ternera, cangrejo de río, caviar y una misteriosa salsa secreta, similar a una mayonesa pero con toques únicos que nunca reveló por completo. La presentación también era exquisita, con capas de ingredientes cuidadosamente dispuestas. Olivier guardó su receta con celo extremo, llevándosela a la tumba.

Con el tiempo, y especialmente después de la Revolución Rusa, la receta se fue simplificando y adaptando a la disponibilidad de ingredientes. Los cocineros que habían trabajado en el Hermitage o aquellos que intentaron replicarla comenzaron a usar ingredientes más humildes como pollo, guisantes, patatas y pepinillos encurtidos, manteniendo la base de una salsa cremosa. Así, la ensalada se popularizó enormemente en Rusia y, posteriormente, se extendió por toda Europa y América Latina, adoptando diferentes nombres y variaciones locales.

En España, la «ensaladilla rusa» se convirtió en un pilar de la gastronomía, especialmente como tapa. Aquí, la receta evolucionó para incluir ingredientes como el atún, los huevos duros, las aceitunas y, a veces, gambas o pimientos morrones. Cada familia y cada bar suele tener su «toque maestro».

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Acompañamientos ideales

Fuente: Freepik.es

La ensaladilla rusa brilla por sí sola, pero estos acompañamientos la realzan:

  • Picos, colines o regañás: El crujiente de estos panecillos secos es el contraste perfecto para la cremosidad de la ensaladilla.
  • Pan fresco: Una buena hogaza de pan para rebañar el plato.
  • Tostadas o crackers: Para servirla como aperitivo.
  • Hojas de lechuga: Utiliza hojas de cogollos de lechuga como «barquitas» para servir porciones individuales.
  • Como guarnición: Es una excelente guarnición para carnes empanadas (milanesas, San Jacobos), filetes a la plancha o pescado frito.

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