domingo, 25 mayo 2025

Te enseñamos el truco para hacer la ensaladilla rusa perfecta

La búsqueda de la ensaladilla rusa perfecta es casi una misión sagrada para muchos cocineros caseros y chefs. No es solo una mezcla de patatas y mayonesa; es un equilibrio de texturas, sabores y una cocción precisa de sus componentes.

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Contrario a lo que su nombre popular podría sugerir en algunos lugares, la ensaladilla rusa, tal como la conocemos hoy, tiene raíces más complejas y aristocráticas. Su origen se remonta a la década de 1860 en Moscú, en el prestigioso restaurante Hermitage. El chef franco-belga Lucien Olivier fue su creador. La «Ensalada Olivier» original era una creación mucho más opulenta y sofisticada que la versión que comúnmente disfrutamos.

Se dice que la receta original de Olivier incluía ingredientes de lujo como carne de urogallo, lengua de ternera, cangrejo de río, caviar y una misteriosa salsa secreta, similar a una mayonesa pero con toques únicos que nunca reveló por completo. La presentación también era exquisita, con capas de ingredientes cuidadosamente dispuestas. Olivier guardó su receta con celo extremo, llevándosela a la tumba.

Con el tiempo, y especialmente después de la Revolución Rusa, la receta se fue simplificando y adaptando a la disponibilidad de ingredientes. Los cocineros que habían trabajado en el Hermitage o aquellos que intentaron replicarla comenzaron a usar ingredientes más humildes como pollo, guisantes, patatas y pepinillos encurtidos, manteniendo la base de una salsa cremosa. Así, la ensalada se popularizó enormemente en Rusia y, posteriormente, se extendió por toda Europa y América Latina, adoptando diferentes nombres y variaciones locales.

En España, la «ensaladilla rusa» se convirtió en un pilar de la gastronomía, especialmente como tapa. Aquí, la receta evolucionó para incluir ingredientes como el atún, los huevos duros, las aceitunas y, a veces, gambas o pimientos morrones. Cada familia y cada bar suele tener su «toque maestro».

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Ingredientes clave para una ensaladilla rusa sublime (para 6-8 personas)

Fuente: Freepik.es

La calidad de los ingredientes es el primer paso hacia la perfección.

  • Patatas (1 kg): Elige una variedad cerosa, no harinosa, como la Monalisa, Kennebec o Red Pontiac. Estas mantienen su forma después de la cocción y no se deshacen al mezclarlas.
  • Zanahorias (300-400 g): Frescas y tiernas.
  • Guisantes (200 g): Preferiblemente frescos o congelados de buena calidad. Evita los guisantes de lata si buscas la mejor textura y sabor.
  • Huevos (4-5 unidades): Frescos, de corral si es posible. Tres para la ensaladilla y uno o dos para decorar.
  • Atún en conserva (200-250 g escurridos): De buena calidad, preferiblemente en aceite de oliva. Un buen atún marca una gran diferencia.
  • Aceitunas verdes (100 g): Sin hueso, tipo manzanilla. Puedes usar también rellenas de anchoa para un extra de sabor.
  • Pepinillos en vinagre (50-70 g): Pequeños y crujientes (cornichons). Aportan un contrapunto ácido esencial.
  • Mayonesa (300-400 g): ¡La estrella! Si te atreves, una mayonesa casera elevará tu ensaladilla a otro nivel. Si usas comprada, elige una de buena calidad, con buen sabor y textura.
    • Para mayonesa casera: 1 huevo, 200-250 ml de aceite de girasol (o una mezcla de girasol y oliva suave), 1 cucharada de vinagre de vino blanco o zumo de limón, sal.
  • Sal: Al gusto.
  • Pimienta blanca molida (opcional): Un toque sutil.
  • Para decorar (opcional): Tiras de pimiento morrón asado, más aceitunas, yema de huevo rallada, perejil fresco picado.
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