La crema de cacao y avellanas es, para muchos, un recuerdo dulce de la infancia, un capricho irresistible y un básico en muchas despensas. Sin embargo, las versiones comerciales suelen estar cargadas de azúcares refinados, grasas poco saludables y aditivos. La buena noticia es que puedes crear una versión casera que no solo es infinitamente más deliciosa, sino también mucho más nutritiva y adaptada a tus preferencias. Y lo mejor de todo: ¡sin azúcares añadidos!
Aunque la crema de cacao y avellanas que conocemos hoy en día es un invento relativamente moderno, su origen está ligado a la escasez y a la ingeniosidad. La historia más famosa nos lleva a la Italia de la posguerra, concretamente a la región de Piamonte, donde el cacao era un bien escaso y caro debido a las restricciones de la Segunda Guerra Mundial.
Pietro Ferrero, un pastelero de Alba, buscaba una forma de estirar el cacao disponible para crear un dulce accesible. Recordó una tradición local que combinaba el cacao con las abundantes avellanas de la región. En 1946, creó una pasta dulce llamada «Giandujot», que era una barra sólida de chocolate y avellanas que se podía cortar y disfrutar. Esta fue la precursora de la actual Nutella.
Con el tiempo, la receta evolucionó. En 1951, Ferrero la transformó en una versión untable llamada «SuperCrema». Y en 1964, su hijo Michele la perfeccionó y la lanzó al mercado con el nombre de «Nutella», uniendo la palabra inglesa «nut» (nuez, en referencia a las avellanas) con el sufijo italiano «ella». El éxito fue rotundo, convirtiéndose en un fenómeno global que ha marcado la infancia y el paladar de millones de personas.
Sin embargo, a medida que la conciencia sobre la salud ha crecido, muchos hemos buscado alternativas más naturales y con menos azúcares. Aquí es donde entra en juego nuestra versión casera, que rescata la esencia del sabor original, pero con un enfoque mucho más saludable.
2Ingredientes para la crema de cacao y avellanas casera

Esta receta rinde aproximadamente 300-400g de crema y es ideal para quienes buscan una opción saludable y deliciosa.
Ingredientes
- 250g de avellanas crudas sin piel (o con piel, pero la tendrás que quitar después de tostar)
- 3-4 dátiles Medjool grandes y jugosos, deshuesados (ajusta la cantidad según tu preferencia de dulzor)
- 2-3 cucharadas de cacao puro en polvo sin azúcar (ajusta al gusto, dependiendo de la intensidad de chocolate deseada)
- 2 cucharadas de aceite de coco virgen extra (derretido si está sólido) o aceite de girasol/colza neutro
- 1/4 – 1/2 taza de bebida vegetal sin azúcar (leche de avena, almendras, soja, etc.), ajusta según la consistencia deseada
- 1 pizca de sal marina fina
- Opcional: 1 cucharadita de extracto de vainilla puro
Preparación paso a paso
1. Tostar las avellanas:
- Precalienta el horno a 180°C (350°F).
- Extiende las avellanas en una sola capa sobre una bandeja para hornear.
- Tuesta en el horno durante 8-12 minutos, o hasta que estén ligeramente doradas y fragantes. Es crucial vigilarlas de cerca, ya que se queman fácilmente. El tiempo exacto dependerá de tu horno.
- Una vez tostadas, retira las avellanas del horno. Si usaste avellanas con piel, frótalas vigorosamente con un paño de cocina limpio mientras aún están calientes. La piel debería desprenderse fácilmente. No te preocupes si no se quita toda; un poco de piel no afectará el sabor.
2. Procesar las avellanas hasta obtener mantequilla:
- Transfiere las avellanas tostadas y aún tibias a un procesador de alimentos potente o una batidora de alta velocidad.
- Procesa las avellanas. Al principio, se formará una harina. Continúa procesando. Pasarás por una etapa de «grumos» y luego empezarán a liberar sus aceites, transformándose en una mantequilla. Este proceso puede llevar de 5 a 15 minutos, dependiendo de la potencia de tu máquina.
- Ten paciencia. De vez en cuando, detén el procesador para raspar los lados del bol con una espátula y asegúrate de que todo se procese de manera uniforme. Las avellanas pasarán de ser sólidas a una pasta suave y untable.
3. Añadir los ingredientes restantes:
- Una vez que las avellanas tengan una consistencia de mantequilla suave, añade los dátiles deshuesados, el cacao en polvo, el aceite de coco (o el aceite neutro), la pizca de sal y, si usas, el extracto de vainilla.
- Vuelve a procesar hasta que todos los ingredientes estén completamente incorporados y la mezcla sea homogénea y suave. De nuevo, raspa los lados según sea necesario.
4. Ajustar la consistencia:
- Con el procesador funcionando, o poco a poco, añade la bebida vegetal sin azúcar. Empieza con 1/4 de taza y ve añadiendo más (hasta 1/2 taza o un poco más) hasta alcanzar la consistencia deseada. Si la quieres más espesa, usa menos líquido; si la prefieres más fluida, añade más.
- Procesa hasta que la crema esté perfectamente suave y sin grumos. Prueba y ajusta el dulzor añadiendo más dátiles (si los añades ahora, deberás procesar mucho más para que se integren bien) o más cacao si deseas un sabor más intenso.
5. Almacenamiento:
- Transfiere la crema de cacao y avellanas casera a un frasco de vidrio hermético y guárdala en el refrigerador.
- La crema se espesará ligeramente al enfriarse. Si la quieres más untable, sácala del refrigerador unos minutos antes de usarla o caliéntala suavemente al baño maría o en el microondas por unos segundos.
- Se conserva bien en el refrigerador hasta por 2-3 semanas.