La crema pastelera es una de las preparaciones más tradicionales y versátiles de la repostería en España y en toda Europa. Su textura suave y su sabor dulce la convierten en un ingrediente fundamental para realizar una variedad de postres, desde pasteles y tartas hasta rellenos de croissants y profiteroles. A continuación, exploraremos la historia de este delicioso manjar, los ingredientes necesarios y un paso a paso para prepararlo, seguido de algunas variantes y sugerencias de acompañamiento.
La crema pastelera tiene sus raíces en la cocina francesa, donde se le conoce como «crème pâtissière». Este clásico de la repostería se ha adaptado y adoptado por muchas culturas y, en España, se ha convertido en un elemento central en la elaboración de dulces. Aunque su origen exacto es difuso, se cree que la crema pastelera se remonta a la Edad Media, cuando la técnica de hacer cremas y dulces se popularizó en la corte francesa.
A lo largo de los siglos, la crema pastelera ha evolucionado, adoptando diferentes nombres y variantes en diversas regiones. Su versatilidad y el hecho de que se puede aromatizar con distintos sabores la han mantenido como una favorita en la cocina de repostería.
5Consejos para la preparación

1. Controla la temperatura: Es fundamental no llevar la mezcla de leche y yemas a ebullición, ya que esto puede hacer que las yemas se coagulen y la crema se corte.
2. Remueve constantemente: Para evitar que la crema se pegue al fondo de la cacerola, no dejes de remover. Esto también ayudará a que la crema espese de manera uniforme.
3. Prueba la consistencia: Si prefieres una crema más ligera, puedes ajustar la cantidad de maicena. Si te gustan las cremas más espesas, añade un poco más.
4. Ármate de paciencia: La clave para una buena crema pastelera es la paciencia. Dale tiempo para enfriarse y espesar adecuadamente, y asegúrate de cubrirla correctamente para mantenerla suave.