La crema pastelera es una de las preparaciones más tradicionales y versátiles de la repostería en España y en toda Europa. Su textura suave y su sabor dulce la convierten en un ingrediente fundamental para realizar una variedad de postres, desde pasteles y tartas hasta rellenos de croissants y profiteroles. A continuación, exploraremos la historia de este delicioso manjar, los ingredientes necesarios y un paso a paso para prepararlo, seguido de algunas variantes y sugerencias de acompañamiento.
La crema pastelera tiene sus raíces en la cocina francesa, donde se le conoce como «crème pâtissière». Este clásico de la repostería se ha adaptado y adoptado por muchas culturas y, en España, se ha convertido en un elemento central en la elaboración de dulces. Aunque su origen exacto es difuso, se cree que la crema pastelera se remonta a la Edad Media, cuando la técnica de hacer cremas y dulces se popularizó en la corte francesa.
A lo largo de los siglos, la crema pastelera ha evolucionado, adoptando diferentes nombres y variantes en diversas regiones. Su versatilidad y el hecho de que se puede aromatizar con distintos sabores la han mantenido como una favorita en la cocina de repostería.
2Receta paso a paso para preparar la crema pastelera

1. Preparación de los ingredientes
Antes de comenzar a cocinar, organiza todos tus ingredientes sobre la mesa. Medir y preparar antes de empezar será clave para una cocción sin contratiempos.
2. Infusionar la leche
En una cacerola grande, vierte los 500 ml de leche y añade la rama de canela y la cáscara de limón. Calienta a fuego medio hasta que la leche comience a hervir suavemente. Una vez que esté caliente, retira del fuego y deja que se infusione durante unos 10-15 minutos. Esto permitirá que la leche absorba los aromas del limón y la canela, realzando el sabor de tu crema pastelera.
3. Mezcla de yemas y azúcar
Mientras la leche se infunde, en un bol grande, bate las yemas de huevo junto con los 125 g de azúcar. Usa un batidor de varillas para mezclar bien hasta que la mezcla se vuelva pálida y cremosa. Esto normalmente toma alrededor de 3-5 minutos. La combinación de yemas y azúcar no solo dará sabor, sino que también ayudará a que la crema obtenga la textura adecuada.
4. Incorporar la maicena
Añade los 40 g de maicena a la mezcla de yema y azúcar, mezclando cuidadosamente hasta que no queden grumos. Este paso es crucial, ya que la maicena actuará como espesante y permitirá que la crema tenga la consistencia adecuada.
5. Combinar leche y mezcla de yemas
Una vez que la leche haya infusionado y esté tibia, retira la rama de canela y la cáscara de limón. Añade lentamente la leche caliente a la mezcla de yemas, batiendo constantemente. Este proceso es importante para evitar que las yemas se cocinen y se cuajen.
6. Cocinar la crema
Vierte la mezcla de nuevo en la cacerola y cocina a fuego medio-bajo, removiendo constantemente con una cuchara de madera o una espátula. Es fundamental mantener el movimiento para que no se pegue ni se formen grumos. La crema comenzará a espesar después de unos minutos. Continúa cocinando hasta que alcance una consistencia similar a la de un pudin. Este paso puede tomar de 5 a 10 minutos.
7. Enfriar
Una vez que la crema haya alcanzado la consistencia deseada, retírala del fuego y vierte en un bol limpio. Cúbrelo con film transparente, asegurándote de que el plástico toque la superficie de la crema para evitar que se forme una costra. Deja enfriar a temperatura ambiente y luego refrigera.