Las croquetas son uno de esos platos que le gustan a practicamente todo el mundo. Es una de las preparaciones nacionales de las que más orgullosos no sentimos. Están presentes en tapas, en comidas familiares, en picnics, en celebraciones informales…. Con una corteza crujiente y un interior cremoso, su versatilidad y sabor han conquistado paladares alrededor del mundo. Además, las croquetas son una excelente manera de aprovechar sobras, evitando el desperdicio de alimentos y transformando ingredientes simples en una verdadera delicia culinaria.
4DEJAR ENFRIAR COMPLETAMENTE LA MEZCLA

Una vez que el roux esté listo, añadimos lentamente 100 ml de caldo de verduras y 350 ml de leche, sin dejar de remover. Es importante incorporar el líquido poco a poco y continuar removiendo para evitar grumos y lograr una mezcla homogénea. Cocinamos a fuego medio hasta que la bechamel espese y adquiera una consistencia cremosa.
En este punto, agregamos las verduras cocidas y 50 gramos de queso rallado, mezclando bien para integrar todos los ingredientes. Retiramos la mezcla del fuego y la dejamos enfriar. Este paso es esencial, ya que facilita el moldeado de las croquetas. Lo ideal es dejar reposar la masa hasta el día siguiente, aunque no es imprescindible. Una vez que la mezcla esté fría, formamos pequeñas bolas o cilindros con las manos.