miércoles, 28 mayo 2025

Shrinkflation en España al descubierto, el truco legal con el que te cuelan menos por lo mismo

El fenómeno silencioso de la reduflación se extiende por los supermercados españoles a pasos agigantados. La shrinkflation representa una de las estrategias comerciales más controvertidas que las empresas utilizan para mantener sus márgenes de beneficio sin aparentemente subir los precios, un método que consiste básicamente en reducir la cantidad de producto manteniendo el mismo envase y precio, pasando prácticamente desapercibido para el consumidor medio. Durante los últimos años, esta práctica se ha vuelto tan común que muchos ciudadanos ya la sufren a diario sin ser plenamente conscientes, afectando directamente a su economía familiar y poder adquisitivo en un contexto donde la inflación ya merma considerablemente los bolsillos españoles.

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A diferencia de la subida directa de precios, donde el consumidor puede identificar claramente el incremento del coste, la shrinkflation opera en las sombras mediante sutiles modificaciones en el gramaje o el contenido del producto. Los fabricantes recurren a rediseños de envases, cambios en la composición o simplemente reducción de unidades dentro del mismo paquete, manteniendo la apariencia exterior prácticamente idéntica. Esta forma de inflación encubierta se ha convertido en una preocupación creciente para las asociaciones de consumidores españolas, que denuncian la falta de transparencia y el impacto real que supone para las familias, especialmente en productos de consumo habitual como alimentos, productos de higiene y limpieza.

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LA MATEMÁTICA ENGAÑOSA QUE MULTIPLICA LOS BENEFICIOS EMPRESARIALES

Fuente: Freepik

Los números detrás de la shrinkflation revelan por qué resulta tan atractiva para las empresas. Reducir un 10% el contenido de un producto manteniendo su precio equivale a un aumento efectivo del 11,1% en el precio unitario, un incremento que pasaría mucho menos desapercibido si se aplicara directamente al precio de venta y que probablemente generaría resistencia en el consumidor o incluso la búsqueda de alternativas más económicas. Esta estrategia permite a los fabricantes mantener su posicionamiento aparente de precio en los lineales, aspecto crucial en un mercado donde la percepción de asequibilidad resulta determinante para la decisión de compra.

El análisis económico de la shrinkflation muestra que esta práctica se intensifica especialmente en periodos de crisis o alta inflación, como el que atraviesa España actualmente. La subida de costes en materias primas, energía y logística presiona a las empresas, que encuentran en la reducción de contenido una válvula de escape para mantener sus márgenes. Las grandes corporaciones de alimentación y bienes de consumo han reconocido en sus informes financieros el uso de lo que eufemísticamente denominan «gestión de contenido y envase» como estrategia para mantener la rentabilidad, un término técnico que esconde la realidad de la shrinkflation y su impacto directo en la capacidad adquisitiva real de los hogares españoles, especialmente en los segmentos de población con ingresos medios y bajos que destinan mayor porcentaje de su renta a productos básicos.


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