La presidenta de la Asociación Española de Banca (AEB), Alejandra Kindelán, ha propuesto que en este nuevo ciclo político en la Unión Europea (UE) se impulse una regulación bancaria enfocada al crecimiento y la competitividad. En sus declaraciones durante el ‘Diálogo Italo-Español de servicios financieros’ celebrado en Roma, Kindelán ha resaltado las prioridades del sector bancario en un momento de «incertidumbre geopolítica» en el que Europa deberá afrontar «inversiones billonarias«.
La presidenta de la AEB ha defendido el «papel protagonista» que van a desempeñar los bancos en la financiación de las transiciones ecológica y digital, así como en otras áreas identificadas por la UE como prioritarias para el próximo mandato, como la defensa, la tecnología, la autonomía estratégica o la seguridad económica. Actualmente, los bancos representan entre el 70% y el 75% de la financiación en Europa.
Una Regulación Más Equilibrada
Tras confirmarse la «fuerte resiliencia» del sector en las perturbaciones recientes, Kindelán ha pedido «ir más allá en materia regulatoria para buscar un enfoque más equilibrado entre la estabilidad financiera y el crecimiento«. Según la presidenta de la AEB, «ya no estamos en la situación de la gran crisis del 2012, ahora Europa necesita crecer y competir. Necesitamos considerar mandatos más amplios que también incluyan otras dimensiones como el crecimiento, la competitividad o la eficiencia. Tenemos que ser más pragmáticos«.
En este sentido, Kindelán ha abogado por «una visión holística de todos estos requisitos y mandatos normativos«, así como por contar con «alguien que evalúe la capacidad del sector bancario de la eurozona para atender las enormes necesidades de la economía, su capacidad para competir con los actores internacionales, atraer inversiones de forma sostenida y apoyar a la economía en su crítica coyuntura actual.
Completar la Unión Bancaria y Avanzar en la Unión de los Mercados de Capitales
La segunda «prioridad» es para Kindelán completar la unión bancaria y avanzar en la unión de los mercados de capitales. A su juicio, «un mecanismo único de garantía de depósitos contribuiría a poner fin a la fragmentación del mercado bancario» mediante la garantía de un nivel uniforme de protección para los depositantes independientemente de la ubicación del banco; la ruptura del nexo banco-soberano y el aseguramiento de que las valoraciones de los bancos y los costes de financiación estén determinados por su perfil de riesgo, su rentabilidad y solvencia y no por su nacionalidad.
Kindelán ha remarcado que «este fondo era importante hace diez años, pero se ha convertido en crucial teniendo en cuenta que Europa necesita cumplir objetivos más ambiciosos de competitividad frente a Estados Unidos o China».