La dependencia energética le cuesta a España un déficit de casi 40.000 millones

El nuestro sigue siendo un país importador de energía, aspecto que supuso para las cuentas nacionales un balance negativo de 37.209 millones de euros en 2023. El dato, procedente del prontuario de la energía 2024, elaborado por Foro Nuclear, supone que un 2,54% del PIB español se va por el desagüe de la dependencia energética.

Según datos de Eurostat mencionados en el informe, en términos relativos el 74,35% del aprovisionamiento energético de nuestro país procede de otros países, frente al 62,52% que promedia la Unión Europea (UE).

En nuestro entorno, sólo Irlanda (79,6%), Italia (79,42%) y Países Bajos (80,23%) presentaban una dependencia superior a la de España. En el extremo contrario, Rumanía (32,41%), Suecia (26,82%) y, sobre todo, Estonia (6,16%), destacan entre los 27 por ser los países en los que el grado de emancipación energética es mayor.

Dentro del continente europeo, Noruega es el único Estado exportador neto de energía, presentando un saldo negativo de -618,06%.

MENOS CONSUMO ELÉCTRICO

En España el PIB creció en 2023 un 2,5%, cifra que contrasta con el 5,8% del ejercicio anterior; aún así, tanto el consumo de energía primaria como el consumo eléctrico se vieron reducidos, lo que evidencia el «desacoplamiento» de ambas variables del cómputo general de la riqueza, según Foro Nuclear.

Concretamente, el consumo de energía primaria descendió un 3,2% y el de energía final creció muy levemente (un 0,3%). Por lo que respecta al consumo eléctrico, también descendió un 2,3%. De igual modo, también se desplomaron los gasóleos (-4,2%) y el gas natural (-11%). En contraste, se observa que el consumo de gasolinas creció un 5,4%.

Las nucleares no pueden con el precio de la luz

Por lo que respecta a la generación eléctrica, la producción neta en España en 2023 fue de 266.807 gigavatios hora (GW/h), un 3,5% inferior a la del año anterior. Por tecnologías, nuclear y eólica fueron las que más aportaron, ambas por encima del 20%. Les siguieron los ciclos combinados (17%), fotovoltaica (14%) e hidráulica (9%). Comparativamente con el anterior ejercicio, las que más crecieron fueron la hidráulica (41%) y la fotovoltaica (37%). La primera, por su variabilidad, muy dependiente de la meteorología (año seco o año húmedo) y la segunda fruto del incremento de su potencia instalada.

La potencia neta instalada en España en 2023 se incrementó en un 5,2%, hasta los 125.620 megavatios (MW), gracias a las nuevas instalaciones fotovoltaicas, que incrementaron el parque en 5.589 MW. En cuanto a la demanda máxima horaria en el sistema peninsular, se alcanzaron los 38.615 MW/h en la tarde del 24 de enero, un 15% por debajo de la máxima histórica alcanzada en 2007.

LA NUCLEAR, REINA DE LAS DESCARBONIZADAS

Las tecnologías libres de CO2 supusieron el 74% del total de la generación eléctrica del año pasado. Esto resultó en la cifra histórica más baja de emisiones contaminantes por la generación de electricidad: 32,0 millones de toneladas de CO2 equivalente en 2023. Esta cifra era de 100 millones hace poco más de 15 años. El ratio tonelada de CO2-MW/h también se redujo al mínimo histórico: 0,12.

En este sentido, el estudio destaca que en España, el 27,5% de la producción eléctrica libre de emisiones correspondió a la energía nuclear. Las centrales de uranio también sobresalen en el número de horas en funcionamiento a plena potencia con 7.626 horas, seguida por los residuos renovables con 4.977 horas. La eólica funcionó 2.035 horas y las centrales de ciclo combinado de gas natural 1.754 horas.

Este mayor número de horas de utilización permitió a las centrales nucleares contribuir al mix eléctrico con un 20,3%, con tan sólo una cuota del 5,7% de la potencia total, gracias a su no dependencia de factores externos no gestionables. La eólica, con el 24,6% de cuota, suministró un 23,5%; los ciclos combinados, con el 21,0% de potencia, el 17,3% de la producción; y finalmente la fotovoltaica, con el 20,1%, aportó el 14,0%.