La brecha de desigualdad económica en España, como en muchos otros países, es una problemática que requiere soluciones urgentes. La concentración de la riqueza en manos de unos pocos mientras la gran mayoría lucha para llegar a fin de mes genera un sistema injusto y poco sostenible. En este contexto, la propuesta de un gravamen global a las grandes fortunas cobra especial relevancia, ya que podría contribuir a una redistribución más equitativa de la riqueza y a la financiación de políticas públicas esenciales.
El sindicato de técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) ha respaldado la implementación de este impuesto, argumentando que sería un complemento efectivo a los impuestos patrimoniales ya existentes en España. A continuación, analizaremos las razones que sustentan esta propuesta, el impacto que tendría en nuestro país y las implicaciones para las grandes fortunas españolas.
Un Impuesto Global para una Mayor Equidad
El gravamen global a las grandes fortunas se basa en la premisa de que las personas más ricas deberían contribuir proporcionalmente más al sostenimiento del Estado. El informe encargado por la presidencia brasileña del G20, que propone este impuesto mínimo, apunta a que las mayores fortunas pagan menos impuestos que la mayoría de la población, lo cual es una realidad que se observa en muchos países, incluyendo España.
En nuestro país, el Impuesto sobre el Patrimonio y el Impuesto de Solidaridad de Grandes Fortunas ya gravan a los patrimonios más altos, pero Gestha considera que estas herramientas no son suficientes para alcanzar una mayor equidad. El Impuesto de Solidaridad de Grandes Fortunas, por ejemplo, tiene un tipo marginal máximo del 3,5% a partir de los 10,7 millones de euros, lo cual se considera insuficiente para un patrimonio neto individual superior a los 3 millones de euros.
El gravamen global, al ser un impuesto adicional a los ya existentes, busca cerrar esta brecha y garantizar que las personas más ricas contribuyan con una parte justa de su riqueza al bien común. La propuesta busca establecer un tipo impositivo mínimo para todos los países, con el objetivo de evitar la evasión fiscal y la competencia desleal entre las distintas jurisdicciones.
El Impacto del Gravamen en España
Según los cálculos realizados por Gestha, la aplicación de un gravamen global a las grandes fortunas en España podría afectar a unas 27 personas con un patrimonio superior a los 1.000 millones de euros. Aunque el número de personas afectadas es reducido, la recaudación potencial de este impuesto podría ser significativa, lo que permitiría al Estado financiar políticas públicas esenciales en áreas como educación, sanidad, investigación o protección social.
La implementación de este impuesto podría generar un impacto positivo en la economía española al contribuir a la reducción de la desigualdad, la creación de nuevas oportunidades y la mejora del bienestar social. Los recursos obtenidos podrían ser destinados a programas que fomenten la movilidad social, la inclusión financiera y el acceso a la educación de calidad, lo que beneficiaría a la población en general y contribuiría a una mayor cohesión social.
Un Llamado a la Acción: La Responsabilidad de las Grandes Fortunas
Es fundamental que las grandes fortunas españolas comprendan la importancia de contribuir al bien común. La riqueza no se crea de forma aislada, sino que se basa en un sistema social que proporciona infraestructuras, seguridad y oportunidades. Un impuesto global sobre la riqueza no solo es justo, sino que también es necesario para garantizar un sistema fiscal equitativo que asegure la sostenibilidad del Estado del bienestar.
El gobierno español tiene la responsabilidad de impulsar la implementación de este gravamen global, colaborando con los demás países para alcanzar un acuerdo internacional. La sociedad civil, por su parte, debe presionar al gobierno para que priorice la equidad y la justicia social en su agenda política. Es hora de que las grandes fortunas asuman su responsabilidad social y contribuyan a la construcción de una sociedad más justa y equitativa.