miércoles, 14 mayo 2025

El negocio con animales que cae por la IA de la española Mestrelab

Mestrelab, la tecnológica gallega centrada en el tratamiento de datos farmaceúticos y en el desarrollo de la IA, ya puede asegurar que la utilización y el negocio de los animales de laboratorio en la búsqueda de fármacos y curas puede acabar gracias a sus desarrollos de software basados en la IA. Esta sería una de las aplicaciones absolutamente benévolas de la disruptiva tecnología, que ya puede reducir drásticamente, y podría llegar a hacer desaparecer, la práctica de los laboratorios farmaceúticos de probar en ratones, monos y otros animales los remedios para la salud humana, que suponen un negocio de millones de euros en todo el mundo.

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Mastrelad nació como una rama de la Universidad de Santiago de Compostela, desde donde su CEO, Santi Domínguez, está centrado ahora en el impulso del Centro de Investigación Mastrelab (CIM) para orientar la Inteligencia artificial en la biotecnología. le ayudan los diez millones de euros que ha recibido de la Axencia galega de Innovación de la Xunta, ya da trabajo a 30 personas entre químicos y bioquímicos principalmente, aunque espera poder emplear hasta a 300 personas.

Con la aplicación de sus desarrollos tecnológicos, según Rodríguez, «estos fármacos podrán llegar al mercado con fiabilidad y eficacia del 100%, sin efectos secundarios, y sin necesidad de probarlos en humanos«. El CEO de Mestrelab está convencido de que con la IA aplicada a la biotecnología se vana reducir mucho primero las pruebas en animales e incluso los test en los humanos en un futuro próximo, gracias a los algoritmos de predicción que va a reducir a meses lo que ahora se tarda en hacer varios años. Todo indica que puede llegar a ser toda una revolución marca España.

EL LUCRATIVO NEGOCIO DE LOS ANIMALES DE LABORATORIO

Esto sería un duro golpe para empresas como Charles River Laboratories, la empresa responsable de vender a más de la mitad de todos los animales usados en los laboratorios del mundo anualmente, estimados en más de 125.000.000, y que, por ejemplo, cobra unos 30.000 dólares (27.673 euros ) por animal en el caso de los monos de cola larga, (que por su cercanía a las características humanas han sido utilizados en el desarrollo de vacunas para el ébola o la COVID), según denuncia la ONG Abolición Vivisección.

Las otras dos empresas que dominan el mercado de este tipo de animales son Janvier y Harland. En el caso de los ratones, cada ratón específico para la investigación médica vale entre 20 y 120 euros. Según Cruelty Free, el último informe de la Comisión Europea muestra que en 2020 se realizaron 8,8 millones de experimentos con animales en toda la UE y Noruega, lo que nos da una ligera del gran peso económico que tiene este negocio a nivel internacional.

El mismo informe desvela que durante ese año, en el que incluso se cerraron mucho laboratorios por culpa de la pandemia, Alemania realizó el mayor número de usos de animales en Europa en 2020 (1,9 millones). Francia fue el segundo usuario con 1,6 millones de usos en 2020, mientras que Noruega fue el tercero con 1,4 millones de usos ese año. Hubo también 14.096 usos de perros en 2020, con Francia a la cabeza, (4.079 usos), Alemania con 2.560 usos y Bélgica 1.519.

cada ratón específico para la investigación médica vale entre 20 y 120 euros. Según Cruelty Free, el último informe de la Comisión Europea muestra que en 2020 se realizaron 8,8 millones de experimentos con animales en toda la UE y Noruega,

También se produjeron un total de 7.316 usos de monos en toda la UE ese año. Del número total de usos de animales en la UE en 2020, el 38% fueron con fines de investigación básica, mientras que solo el 16% fueron exigidos por los reguladores.

La ONG denuncia que todavía se están realizando experimentos con fines regulatorios en la UE, donde existen métodos válidos sin animales disponibles. En 2020, se realizaron 4.070 pruebas de irritación cutánea, 491 pruebas de irritación ocular, 38.024 pruebas de sensibilización cutánea, 24.139 pruebas de pirogenicidad y 273.955 pruebas de potencia por lotes en ratones para cumplir los requisitos de la legislación sobre medicamentos humanos (una gran proporción de las cuales probablemente serían pruebas de productos de bótox).

Acabar con la utilización de animales de laboratorio con la IA, el nuevo reto de Mestrelab
El CEO de Mestrelab, Santiago Rodríguez.

ENSAYOS CAROS Y CON PROBLEMAS ÉTICOS

Desde Mestrelab destacan que hasta ahora, los ensayos clínicos en animales son una de las etapas necesarias pero más complejas en el desarrollo y comercialización de un fármaco, y representan un paso imprescindible previamente a comenzar pruebas del fármaco en humanos.

Esto es así porque los animales funcionan como modelos de lo que ocurrirá en humanos, ya que aportan información clave sobre la seguridad del fármaco (que se confirmará en humanos durante la Fase I de los ensayos humanos) y la potencial eficacia del mismo (Fase II / III). Pero claro, los ensayos clínicos con animales «tienen una serie de impactos, o consecuencias negativas, sobre el proceso de desarrollo de los medicamentos», aclaran desde la empresa.

Los procesos son largos y costosos en cuanto a tiempo, ya que ralentizan la llegada del fármaco a mercado y repercute en la capacidad de la empresa para obtener retorno de la inversión antes, porque ese tiempo consume parte del periodo de protección de la patente durante esta fase.

los ensayos clínicos con animales «tienen una serie de impactos, o consecuencias negativas, son largos en el tiempo, costosos y plantean problemas éticos

Son, en general, caros de mantener, porque las normativas exigen unas condiciones extremadamente controladas en las que se mantiene a los animales. También encarecen estos procesos la complejidad de los experimentos que sobre ellos se ejecutan y las modificaciones o alteraciones a las que se les somete, para adaptarlos lo más posible a la situación humana que se pretende evaluar.

Pero, lo peor, son las derivaciones éticas que las farmaceúticas afrontan, que limitan mucho en qué países puede o no realizar estos ensayos, y además enfrentan a una resistencia social que no ha hecho más que crecer desde hace décadas gracias a las denuncias y reivindicaciones de todo tipo de organizaciones animalistas y ecologistas.

LA IA QUE SALVARÁ ANIMALES USADOS COMO COBAYAS

La inteligencia artificial puede acabar tanto con los problemas éticos como con la ingente cantidad de dinero que mueve el negocio de los pobres animalitos, al poder limitar o reducir la necesidad de llevar a cabo ensayos en animales. El desarrollo en el que se basa el trabajo de Mestrelab puede sustituir parte de estos ensayos con experimentos o procesos in silico (virtuales o digitales) o in vitro (sobre células u otras entidades extraídas de organismos vivos).

Así, se van a poder realizar simulaciones basada en métodos de aprendizaje automático (machine learning, Deep learning), en ordenador de los comportamientos del fármaco en sistemas biológicos. A medida que estas simulaciones incrementan su precisión, sus resultados pueden utilizarse de varias maneras. Por un lado se van a poder reemplazar parcialmente los estudios en animales, y así aumentará la confianza en estos estudios porque serán mucho menores y se ahorrará coste y duración de los mismos.

También se va a poder aplica la IA a la selección de los modelos animales óptimos para producir los mejores y más fiables resultados. Hay que tener en cuenta que muchos experimento deben repetirse, lo que resulta complicado porque los animales que se utilizan no son típicamente animales normales, sino modificados genéticamente o con otros métodos, para reproducir de la forma más fiel posible la enfermedad de interés. «La IA puede jugar un papel muy importante en la optimización de la selección y en la definición de las modificaciones, para al ajustar el modelo al caso humano, y reducir al mínimo los experimentos con animales«, explican desde Mestrelab.

El desarrollo con IA en el que se basa el trabajo de Mestrelab puede sustituir parte de estos ensayos con experimentos o procesos in silico (virtuales o digitales) o in vitro (sobre células u otras entidades extraídas de organismos vivos)

También se va a poder optimizar el diseño de los ensayos en animales, «que suele ser una labor muy compleja que exige extenso conocimiento, experiencia y continua actualización científica», lo que de nuevo lo encarece y ralentiza. Esta tecnología puede hacer aportaciones muy importantes en este aspecto, porque puede permitir acelerar los procesos, reducir los costes y mejorar su calidad», al cubrir, con aprendizaje automático y revisión de literatura científica, un proceso que puede requerirle semanas o meses al científico.

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Mestrelab señala que ya existen tecnologías físicas, como los chips microfluidicos conocidos como Organ on a Chip (como por ejemplo los fabricados en Galicia por la startup de la USC, B-Flow), que buscan generar un dispositivo físico que reproduce el entorno biológico que se encontrará en el modelo animal, lo que optimiza los experimentos y permite estudiar el comportamiento de fármaco en estos simuladores.

Las simulaciones in vitro combinadas con su análisis por IA también optimizarán el diseño de los experimentos con animales y evitar el continuo «ensayo y error» que aumenta significativamente las cifras de monos, ratones y otros animalitos de laboratorio.


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