El riesgo del embate iraní para el precio del petróleo: 150 dólares por barril

Este fin de semana, para sorpresa de nadie, Irán lanzaba un feroz asalto aéreo sobre Israel en represalia por la muerte de varios militares persas en un ataque a su embajada en Damasco (Siria), atribuido al Estado hebreo. Y para sorpresa de todos, el precio del petróleo no solo no se ha subido a la escalada de tensiones internacionales, sino que incluso ha bajado.

El crudo se ha mantenido impertérrito ante el peor escenario posible: una expansión del conflicto que asola Gaza. Esto puede deberse al escaso efecto de la ofensiva iraní -cuyos misiles y drones fueron neutralizados por las defensas israelíes en un 99%- o a la contenida dialéctica de Teherán tras el ataque, asegurando que la respuesta a la supuesta agresión hebrea no irá a más.

Los analistas, sin embargo, piden que nadie se llame a engaño: aunque el petróleo ha esquivado esta bala, las consecuencias de que el conflicto en Oriente Próximo degenere en guerra abierta entre las potencias de la región serían inimaginables, tanto para el suministro como para los precios. Y basta con echar un vistazo a la Historia para saber qué significa eso para la economía global.

REGRESAN LOS FANTASMAS DE LA CRISIS DEL PETRÓLEO

El precio del barril de Brent, el petróleo de referencia para Europa, se abarataba este lunes hasta algo menos de los 90 dólares. En concreto, antes de la apertura de las bolsas del Viejo Continente, el precio del barril de crudo Brent se situaba en 89,76 dólares, frente a los 90,45 dólares del cierre anterior y lejos de los más de 92 dólares que llegó a registrar el viernes.

Asimismo, la cotización del crudo West Texas Intermediate (WTI), de referencia para Estados Unidos, se mantenía estable en 85,20 dólares, frente a los 85,66 dólares del cierre anterior. En lo que va de año, el coste del barril de petróleo Brent se ha encarecido un 16% y el de crudo WTI casi un 19%.

La ordalía parece, en fin, superada, siempre y cuando las cabezas frías se impongan en Tel Aviv y Teherán. Lo que ocurriría en caso contrario ha sido adelantado por Salih Yilmaz, Will Hares, Ziad Daoud, Talon Custer y Lee A Klaskow, miembros del equipo de analistas de Bloomberg Intelligence. Dejando aparte la tragedia humana que desencadenaría, advierten que una escalada descontrolada de la violencia en la zona podría poner los precios del petróleo a 150 dólares el barril y recortar un billón de dólares del PIB mundial.

Una premisa que no invita a tomarse la situación a la ligera. Un ciclo de represalias desatado sigue siendo «un riesgo de cola, pero es más significativo después del ataque», avisan.

LA RAZÓN DEBE IMPONERSE POR EL BIEN DE LA HUMANIDAD… Y DE LA ECONOMÍA

De materializarse los peores temores, sería casi imposible atajar una crisis energética a nivel global. «Los ataques directos a las instalaciones de energía podrían perturbar gravemente la producción de petróleo, como lo hicieron los ataques de drones yemeníes contra las instalaciones de procesamiento de crudo de Abqaiq (Arabia Saudí) en 2019, mientras que el cierre del Estrecho de Ormuz podría aumentar los precios a más de 150 dólares el barril», teorizan los expertos.

Un enfrentamiento directo y prolongado entre Irán e Israel desataría una «recesión global» con potencial de restar un billón de dólares al PIB conjunto mundial; relegando el crecimiento al 1,7%. Excluyendo la crisis financiera de 2008 y la pandemia del COVID-19, sería el peor trance para la economía mundial desde 1982, cuando la Reserva Federal (Fed) estadounidense subió las tasas de interés para contener la inflación provocada por la crisis del petróleo de los 70.

EL PETRÓLEO NO SERÍA EL ÚNICO SUMINISTRO DAMNIFICADO POR UNA GUERRA ABIERTA EN ORIENTE MEDIO: LOS ANÁLISIS ESTIMAN QUE Los precios del Gas Natural Licuado (GNL) podrían dispararse en al menos un 35%

En esas circunstancias, el dominó geopolítico se activaría, generando una reacción en cadena que se dejaría sentir a lo largo y ancho del planeta: «Una interrupción significativa de la producción en la región del Golfo Pérsico, que produce casi el 20% del petróleo del mundo, o el bloqueo del Estrecho de Ormuz, obligaría a la OPEP+ a regresar a la producción máxima» -especulan los especialistas- «Otros miembros con capacidad excedentaria, como Rusia y Kazajstán, se beneficiarían de una creciente crisis en Oriente Medio, ya que tendrían margen para maximizar la producción a precios más altos».

Por último, no sería el petróleo el único hidrocarburo que cogería una pulmonía. «Los precios del Gas Natural Licuado (GNL) podrían dispararse en al menos un 35% si un conflicto en la región del Golfo interrumpe los flujos desde Qatar, que envía más de 10 mil millones de pies cúbicos de GNL a través del Estrecho de Ormuz cada día», explican.

Irán y Estados Unidos parecen dispuestos a evitar una guerra directa. Teherán dice que, tras el desquite del sábado, «el asunto puede considerarse concluido», mientras Washington quiere coordinar una respuesta diplomática y dice que no apoyará un contraataque israelí contra Irán. «Estados Unidos debe ser capaz de refrenar la respuesta de Israel para evitar la espiral de hostilidades», reclaman desde Bloomberg Intelligence.

José Sánchez Mendoza
José Sánchez Mendoza
Periodista especializado en economía y mercados energéticos. Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense y máster en Periodismo por El Mundo y la Universidad San Pablo CEU, he trabajado en medios como El Mundo y El Economista, entre otros.