Realizar deporte es beneficioso para la salud de cualquier persona, tanto jóvenes como adultos intentan ejercitarse, ir al gimnasio o por lo menos salir a caminar. Sin embargo, hay que estar atento a la aparición de algunos dolores, ya que podrías estar ejercitándote de forma inadecuada o brusca con tus músculos.
No es recomendable ignorar ningún tipo de dolor o malestar que se te presente cuando estés entrenando. Sea una leve molestia o incluso si es un dolor agudo, si continúa de forma constante, es necesario suspender el deporte y consultar a un médico. En este artículo te cuento de qué detalles tienes estar al tanto si haces un ejercicio intenso.
Trucos para prevenir dolores durante el entrenamiento
Lo primero que debes tener en cuenta es que, como cualquier exceso, realizar mayor actividad física que la que tu cuerpo puede soportar no te llevará a un buen puerto. Asegúrate de no exigir de más a tus músculos, ya que podrías experimentar fatiga muscular o incluso llegar a lesionarte.
Si cuentas con factores de riesgo preexistentes, esto es algo que también debes considerar a la hora de organizar tu rutina. Si sufres de presión alta, colesterol elevado, tabaquismo, exceso de peso o enfermedades cardíacas en tu historial familiar, quizá debas tener algunos cuidados extra. Sentir dolores en el pecho intensos o falta de aire puede ser un indicador de qué algo no anda bien.
Síntomas principales para detectar un infarto
Te enumeraré algunos dolores típicos que se presentan si te exiges al realizar entrenamiento físico. Un tipo de malestar que debes tener en cuenta es el retroesternal, que es el síntoma del infarto de miocardio. Por lo general se sitúa a la altura superior del pecho, pero también puede aparecer en cuello, espalda, mandíbula o brazos.
Otros síntomas de que tu cuerpo no está contento con el deporte son:
- Palpitaciones: sensación de que el corazón está latiendo de forma irregular.
- Ardor en el estómago, náuseas, acidez o indigestión.
- Cansancio exagerado para el ejercicio que estamos realizando.
- Mareos o inestabilidad corporal.
Si bien estas sensaciones no quieren decir necesariamente que vayas a tener un infarto, sí es importante que les prestes atención, ya que quizá te ayuden a detectar otros problemas. Incluso semanas o meses después del entrenamiento que te causó dolor, un médico puede detectar cuál es el problema si te realizas los exámenes correspondientes. No dudes en consultar con un especialista.