Dieta DASH: Los peligros ocultos de la lucha contra la hipertensión

La Dieta DASH, acrónimo de «Dietary Approaches to Stop Hypertension», ha sido ampliamente reconocida y recomendada por expertos en salud como una de las dietas más efectivas para combatir la hipertensión.

Esta dieta enfatiza el consumo de frutas, verduras, granos enteros y proteínas magras, mientras reduce la ingesta de sal, grasas saturadas y azúcares. A pesar de sus numerosos beneficios, existen ciertos aspectos poco conocidos que podrían suponer riesgos para algunos individuos, especialmente cuando no se aplica con la supervisión adecuada.

ASPECTOS NUTRICIONALES

ASPECTOS NUTRICIONALES

La Dieta DASH se centra en aumentar el consumo de alimentos ricos en potasio, calcio y magnesio, nutrientes esenciales para la regulación de la presión arterial. Sin embargo, esta dieta también puede llevar a un consumo excesivo de algunos de estos minerales, especialmente en personas con condiciones renales preexistentes. Un exceso de potasio, por ejemplo, puede ser peligroso para individuos con enfermedad renal crónica, ya que sus riñones pueden tener dificultades para filtrar el exceso del mineral, conduciendo a un estado de hiperpotasemia.

Otro aspecto a considerar es la reducción significativa de la ingesta de sodio. Si bien la reducción de sal es beneficiosa para la mayoría, en ciertos casos, como en personas con presión arterial normal o baja, una disminución drástica puede llevar a hiponatremia, un estado de bajo nivel de sodio en sangre. Este desequilibrio electrolítico puede causar síntomas como fatiga, confusión e incluso convulsiones en casos severos.

IMPACTO PSICOLÓGICO Y SOCIAL

El cambio a la Dieta DASH puede representar un reto significativo desde un punto de vista psicológico y social. El alejamiento de dietas ricas en alimentos procesados y grasas saturadas a una dieta centrada en alimentos naturales y bajos en sal puede resultar difícil de mantener a largo plazo, especialmente en sociedades donde predominan este tipo de comidas. Este cambio drástico puede llevar a una sensación de aislamiento social durante eventos o reuniones donde la comida juega un papel central.

Además, el seguimiento estricto de la dieta puede desencadenar comportamientos obsesivos relacionados con la comida. La constante preocupación por el contenido de sodio, la calidad de los alimentos y el cumplimiento estricto de las recomendaciones dietéticas puede derivar en estrés y ansiedad, afectando la relación del individuo con la comida.