viernes, 13 diciembre 2024

Los acreedores acusan a Solaria de usar empresas ‘pantalla’ en la contratación

Solaria ha sido acusada de utilizar de forma fraudulenta empresas ‘pantalla’ en los contratos con el supuesto objetivo de escudarse frente a posibles reclamaciones y pleitos. En un escrito dirigido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), al que ha tenido acceso MERCA2, Izmar Energy, una de las subcontratas de la fotovoltaica, añadía esta incriminación a la larga lista de cargos que mantiene contra la firma de Enrique Díaz-Tejeiro.

En la comunicación enviada a la CNMV, Izmar expone que «en todos los contratos suscritos por Solaria, la contraparte de los contratistas es Solaria Ingeniería y Construcción, sociedad distinta de Solaria Energía y Medioambiente, aunque esta última posee el 100% de Solaria Ingeniería y Construcción».

«La primera construye, deja de pagar y ejecuta avales de los contratistas y una vez el trabajo está efectuado, transmite las plantas a la matriz, Solaria Energía y Medio Ambiente», continúa el texto, que denuncia que esta última «es la que cotiza [en el Ibex-35], por lo que aparece limpia de cualquier incidente o disputa con los contratistas, que únicamente pueden dirigirse frente a la que construye».

recorte denuncia CNMV Merca2.es
Extracto de la comunicación enviada por Izmar a la CNMV

La denuncia presentada por Izmar explica que Solaria destina los fondos procedentes de los presuntos impagos y ejecuciones a realizar préstamos a su propia matriz. «Además, Solaria Ingeniería y Construcción lleva sin presentar cuentas en el registro desde el ejercicio 2020», añade el comunicado enviado a Competencia. La veracidad de este último punto ha sido constatada por MERCA2 a través del Registro Mercantil.

El escrito concluye calificando este sistema de «estructura viciada», porque «cuando transmiten las plantas a la matriz, los contratistas deberían poder defenderse y sin embargo, se ven imposibilitados o limitados en sus reclamaciones». En definitiva, «utilizan Solaria Ingeniería y Construcción como muro de contención».

MERCA2 ha intentado ponerse en contacto con Solaria a fin de conocer y hacer pública su versión de los hechos, pero la fotovoltaica no ha respondido.

LAS DENUNCIAS DE IZMAR

A mediados de enero, MERCA2 destapó que Solaria había sido objeto de tres denuncias penales por fraude de ley, coacciones, estafa y falsedad documental. El proceso lo inició la mencionada Izmar Energy System, una subcontrata a la que había encargado la construcción de varias instalaciones solares.

La documentación a la que tuvo acceso MERCA2 acreditaba tres causas penales, interpuestas por la subcontrata Izmar Energy System, por fraude de ley, coacciones, estafa y falsedad documental. Solaria había encargado a Izmar el desarrollo de varios trabajos en plantas fotovoltaicas en Guadalajara, por lo que la segunda reclama el pago de más de dos millones de euros. Solaria se niega a pagar alegando su insatisfacción respecto al cumplimiento de los encargos.

En los escritos dirigidos a los juzgados de Guadalajara y a la CNMV, Izmar acusa a Solaria de mentir respecto a la obtención de los permisos para las obras, de falsear los términos del contrato, de fragmentar fraudulentamente los proyectos e incluso de coacciones

En los escritos dirigidos a los juzgados de Guadalajara y a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) –que MERCA2 reprodujo en su información– Izmar acusa a Solaria de mentir respecto a la obtención de los permisos administrativos necesarios para las obras, de falsear los términos del contrato, de fragmentar fraudulentamente los proyectos e incluso llega a hablar de presiones y coacciones por parte de la energética, presuntamente dirigidas a «impedir la continuación» de la actividad laboral de la subcontrata.

Cuando fue interpelada por MERCA2, Solaria negó que existiera denuncia alguna. Al ser informada de que los documentos judiciales obran en poder de este periódico, la compañía declinó hacer comentario alguno.

LA MULTITUD DE ENEMIGOS DE SOLARIA

Otras empresas supuestamente se encontrarían en una situación similar a la de Izmar, con cobros millonarios pendientes que la energética cotizada se niega a satisfacer. Por este motivo, la subcontrata ha organizado una plataforma de afectados con el objetivo de formar un frente común contra el gigante que les permita obtener las cantidades que presuntamente se les adeudan.

Según fuentes conocedoras del caso, la mayoría de los integrantes de esta plataforma serían empresas de pequeño o mediano tamaño, cuya viabilidad económica habría sido puesta en peligro por las facturas impagadas por Solaria. En declaraciones a MERCA2, la propia Izmar explicó el gran quebranto que los impagos habrían provocado en sus cuentas, obligando a la dirección a «despedir a casi todos los trabajadores y renunciar a la mayoría de proyectos».

Las citadas fuentes cifran en 15 el número de empresas adscritas a esta iniciativa. Todas ellas desarrollan su actividad en el ámbito de las energías renovables. Estas mercantiles detectan «una misma forma de operar» por parte de la cotizada presidida por Enrique Díaz-Tejeiro.

Solaria, según el relato de los reclamantes, firma con terceros acuerdos de obras, los cambia a su antojo y los rompe cuando le conviene bajo cualquier pretexto, sin abonar la cantidad pactada por los servicios 

Mediante un comunicado al que ha tenido acceso este periódico, la plataforma de afectados explica este modus operandi: «Cambios contractuales unilaterales, seguidos por súbitas resoluciones anticipadas del contrato de obra y finalmente la ejecución de los avales bancarios a primer requerimiento previamente otorgados».

En otras palabras, Solaria -siempre según el relato de los reclamantes- firma con terceros acuerdos de obras, los cambia a su antojo y los rompe cuando le conviene bajo cualquier pretexto, sin abonar la cantidad pactada por los servicios. 

LOS CONTRATOS ENTRE SOLARIA Y LAS EMPRESAS AFECTADAS ACUMULAN, SEGÚN ÉSTAS, 700 MEGAVATIOS DE POTENCIA Y UN IMPORTE ADEUDADO DE MÁS DE 60 MILLONES DE EUROS, EXCLUYENDO INTERESES Y DAÑOS Y PERJUICIOS

Este proceder dejaría en una situación de completo desamparo a los contratistas, frecuentemente empresas pequeñas. Muchas de las participantes en el ‘zafarrancho anti Solaria’ ya habían judicializado sus reclamaciones por separado, y ahora han decidido hacer fuerza de la unión, integrándose en la plataforma. Las acciones que planea el colectivo, explican las fuentes, no interrumpirán las acciones individuales de los integrantes.

Según la comunicación, los contratos suscritos entre Solaria y las empresas afectadas corresponden a proyectos cuya potencia conjunta supera los 700 megavatios (MW), por los que, supuestamente, Solaria adeuda una cantidad que «sobrepasa ampliamente los 60 millones de euros de principal, con intereses legales, costas y daños y perjuicios al margen».


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