La relación entre españoles y franceses ha sido históricamente compleja, marcada por una mezcla de rivalidades y similitudes culturales. Si bien compartimos frontera y elementos culturales, como la pasión por la gastronomía y el arte, también hemos tenido disputas históricas que han dejado huellas en la percepción mutua. Esta relación, a veces competitiva, se ha suavizado en la actualidad, promoviendo una convivencia más amigable y una apreciación mutua de nuestras diferencias y similitudes. A pesar de los desacuerdos pasados, hoy en día prevalece una relación de vecindad que busca la colaboración y el entendimiento. Aun así, a continuación te contamos cuáles son los motivos por los que supuestamente nos odian.
9Y tampoco entienden que tomemos el queso de aperitivo, y no antes del postre
La diferencia en el momento de disfrutar el queso, como aperitivo en España en lugar de después del postre como en Francia, no afecta la sólida relación entre ambos países. Aunque se bromea sobre estos contrastes gastronómicos, la amistad perdura. La comprensión mutua y el respeto por las costumbres alimentarias de cada país son pilares fundamentales que no alteran la armonía entre vecinos. Estas discrepancias simplemente añaden un toque de diversidad a la relación, mostrando cómo las tradiciones culinarias no impiden una convivencia positiva y enriquecedora.
