La industria energética aprueba la COP28 como el primer paso de un largo camino

Con la lengua fuera y en el tiempo de descuento, los países implicados en la cumbre de la ONU sobre el clima (COP28) alcanzaron el pasado martes un acuerdo de compromiso que, aunque tibio, respalda el objetivo común de «transicionar» (sic) hacia el abandono de los combustibles fósiles y limitar el calentamiento global a 1,5 grados respecto a los niveles preindustriales.

Salvada del ridículo en el último minuto y difusa en cuanto a plazos y métodos, la conferencia fue sintetizada con acierto por el secretario ejecutivo de UNC Climate Change, Simon Stiell: «Es un salvavidas de la acción climática, no una línea de meta». MERCA2 ha sondeado a las distintas facciones de la industria energética, comprobando que el pacto ha despertado una moderada satisfacción general, pero solo como punto de partida.

LAS RENOVABLES ACEPTAN LAS CONCLUSIONES DE LA COP28, PERO PIDEN INVERSIÓN

Desde la orilla de las renovables, la Asociación Empresarial Eólica (AEE), a través de su director de políticas energéticas y cambio climático, Heikki Willstedt, afirma que los resultados de la COP28 «ofrecen razones para ser optimistas», aunque matiza que «aún con la voluntad de los países involucrados, tenemos grandes retos por delante».

«Si bien la ambición para una mayor instalación de renovables es clara, el mundo está un poco más dividido en relación con la transición energética y cómo conseguirla» -analiza Willstedt- «Es, por tanto, justamente ahora cuando el esfuerzo tiene que ser mayor y pisar el acelerador del incremento de las renovables, generando un avance real y sostenido en las inversiones necesarias para avanzar hacia los objetivos 2030 en Europa».

«PARA MATERIALIZAR LOS OBJETIVOS DE TRANSICIÓN ENERGÉTICA, Será necesario crecer a un ritmo constante y tener estabilidad regulatoria, Además de diálogo social y sensibilización»

Heikki Willstedt, director de políticas energéticas y cambio climático en la AEE

Al analizar los objetivos, el discurso del director de cambio climático de la AEE vira hacia la realidad española: «Entre ellos, sin ninguna duda está el sector eólico, que, estimamos, tiene que invertir en España hasta 40.000 millones de euros para alcanzar las metas que el Plan Nacional Integrado de ENergía y Clima (PNIEC) establece para 2030″.

«Será necesario crecer a un ritmo constante y tener estabilidad regulatoria» -continúa- «Además de diálogo social y sensibilización». Finalmente, Willstedt menciona medidas concretas: «Tenemos que avanzar en la electrificación para usar todo el potencial de las renovables, y para ello hay que emprender políticas decididas que faciliten la movilidad eléctrica, desarrollo de nuevas industrias innovadoras y soluciones eléctricas para el confort de nuestros hogares, entre otros sectores de transformación».

LOS PETROLEROS REIVINDICAN SU PAPEL EN LA ACCIÓN CLIMÁTICA

En el lado contrario se sitúa la industria de los combustibles fósiles, representada por la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP). En sus declaraciones a MERCA2, aseguran que comparten el propósito de la COP28: «alcanzar la neutralidad climática». No obstante, salen al paso de quienes quieren proscribir su actividad afirmando que «esta nueva etapa necesita a la industria, y necesita a nuestra industria»

«Somos esenciales para transformar el sistema energético hacia uno más sostenible y, también, competitivo», reivindican desde la AOP. «Los combustibles líquidos van a seguir siendo necesarios, la cuestión es con qué se producen. Nuestras compañías ya se han puesto manos a la obra para sustituir el petróleo por otras materias primas, cambiando así la producción lineal por otra circular, mientras siguen garantizando el suministro».

Alza del petróleo en víspera de Semana Santa 2023.

«Aprovechar los residuos, el hidrógeno renovable y el CO₂ capturado para producirlos no solo contribuye a alcanzar la neutralidad de emisiones, también es fundamental para aumentar nuestra independencia energética» -explican los operadores petrolíferos- «Pero, si ampliamos la mirada, lo que es también esencial es cuidar a la industria y apoyarla en su transformación, por su papel como motor económico del país y su potencial de palanca transformadora; y también por los empleos que mantiene y que genera, así como su inversión en investigación y desarrollo, capaz de situar al país a la cabeza de la vanguardia tecnológica».

«Nuestras compañías demuestran con proyectos en marcha día a día su compromiso con la transición energética de su sector y de otros tan importantes como el transporte, que, a su vez, es fundamental para muchas de las actividades económicas, como el comercio, a nivel nacional e internacional», concluyen.

LA ELECTRIFICACIÓN COMO CAUCE DE LA TRANSICIÓN ENERGÉTICA

Si hay un área en la que confluyen las renovables y las fósiles, es la generación eléctrica. La Asociación de Empresas de Energía Eléctrica (AELEC), presente en la COP28, destaca entre las conclusiones de ésta «la necesidad de acelerar la transición energética y de reducir las emisiones». La patronal eléctrica considera que la cumbre de Dubái «ha puesto de manifiesto la necesidad de triplicar el objetivo de energías renovables además de duplicar el ratio de eficiencia energética», despejando cualquier duda sobre la necesidad de «reducir el uso de combustibles fósiles, incrementar la electrificación de la demanda y reducir las emisiones de metano».

El balance de AELEC es más cercano al de la AEE en el aspecto de la electrificación de industrias y transportes: «Las energías renovables están llamadas a tener un papel clave en la transición energética y para que eso sea una realidad es necesario apostar por dos elementos: el almacenamiento, una infraestructura que va a garantizar un mejor aprovechamiento de las energías renovables; y las redes eléctricas, que desde Europa son calificadas como el eje vertebrador de la descarbonización y, sin duda, van a ser el facilitar de la integración de tanto de las energías limpias como de la demanda a los sistemas eléctricos».

José Sánchez Mendoza
José Sánchez Mendoza
Periodista especializado en economía y mercados energéticos. Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense y máster en Periodismo por El Mundo y la Universidad San Pablo CEU, he trabajado en medios como El Mundo y El Economista, entre otros.