DIGI, la operadora que se puede comprar por 700 millones de euros

DIGI acaba de anunciar que se alía con la firma de inversión Abrdn para desplegar la fibra óptica en más de 2,5 millones de hogares de las ocho provincias de Andalucía, para lo que va a invertir 300 millones de euros a medias con la financiera. Impresiona la audacia de la operadora rumana, que crece en España como la espuma e invierte lo que no vale, y lo que inicialmente no tiene.

Este miércoles, el valor de DIGI en bolsa era de 3.660.000.375 leu rumanos, moneda conocida en los mercados como ron. Un ron vale 0,20 euros, la quinta parte de la moneda europea. Así, el valor de DIGI es de 737.039.895 millones de euros, cifra que cualquier gran teleco española podría invertir si quisiera comprarla. Y eso que hasta junio de este año, ya había facturado solo este año 299 millones de euros en nuestro país, el 60% de los ingresos de toda la compañia.

Pero si hay una razón por la que DIGI no es tan atractiva para ser adquirida por cualquier otra teleco mucho más grande es que la compañía, que cotiza en la bolsa Rumana, tiene una deuda de más de dos veces su capitalización bursátil, según los datos de Bloomberg. La empresa tiene una deuda de 8.440 millones de ron, es decir, casi 1.700 millones de euros. Con estas cifras, DIGI está a salvo de ser comprada, por lo que puede seguir extendiendo fibra y haciéndose con más mercado de líneas móviles apoyándose en, por ejemplo, Telefónica, o haciéndose con los remedies que espera obtener de la fusión de Orange y Más Móvil.

DIGI, la cuarta operadora que se pueden comprar las demás por 700 millones
El escurridizo Zoltan Teszari, multimillonario rumano dueño de DIGI.

DIGI Y LAS PENSIONES NORUEGAS

Los accionistas mayoritarios de DIGI son el Fondo de Pensiones de Rumanía, con un 11,43% de las acciones y el siguiente con mayor participación, Norges Bank, el Fondo de planes de pensiones públicas de Noruega, que tiene el 2,89 % de las acciones. El fondo rumano está formado a su vez por cinco variopintas compañías del país de Europa central con muy diferentes intereses comerciales.

El Fondo de Pensiones de Rumanía lo forma la empresa de centros hospitalarios y sanitarios Med Life S.A., que a su vez está participada por Blackrock y los noruegos de Norges Bank, entre otros muchos accionistas, Fondul Propietatea S.A., Digi Comunications, Teraplast S.A. y Alro S.A. Fondul opera como una empresa de inversión de capital que opera en Rumanía desde 1969. DIGI Telecomunication, que viene a ser la raíz de la compañía, se dedica obviamente al desarrollo de las telecomunicaciones inalámbricas y de fibra.

quien tiene el 60% del poder de la compañía es su fundador y directivo Zoltan Teszari, quien la creó la compañía inicial (RCS, Sistema de Cable Rumano) para montar infraestructuras de cable y televisión en los años 90

Teraplast, por su parte, es una empresa que realizan todo tipo de manufacturas plásticas, desde perfiles de ventanas hasta tubos de PVC para saneamientos, y Alro opera en la transformación de elementos basados en el aluminio. No obstante, entre sus participaciones en estas empresas y en otras rumanas, quien tiene el 60% del poder de la compañía es su fundador y directivo Zoltan Teszari, quien la creó la compañía inicial (RCS, Sistema de Cable Rumano) para montar infraestructuras de cable y televisión en los años 90.

Teszari, que acaba de cumplir 53 años, es uno de los hombres más rico de Rumanía, y casi desconocido porque huye de las fotografías, de las entrevistas y de cualquier dimensión pública como cualquier gran directivo al uso europeo. Según los medios de comunicación rumanos, este triunfador en 1992 vendía helados en Oradea, su ciudad natal, y unos años más tarde inició un negocio de importación de productos electrónicos y de componentes.

El dueño de DIGI, Zoltan Teszari, acaba de cumplir 53 años, es uno de los hombres más rico de Rumanía y casi desconocido porque huye de las fotografías, de las entrevistas y de cualquier dimensión pública

Ahora no se atreven a calcular su fortuna, porque además de la compañía teleco que opera en España es, por ejemplo, propietario del canal de televisión Digi24, y en su país le critican porque a través de ella critica todo lo rumano y se vende a los intereses europeístas, porque en el fondo su origen étnico es húngaro.

Tal y como se publica en su país, «DIGI es el gigante de las telecomunicaciones con el que Zoltan, un multimillonario anónimo, se propuso conquistar el mundo, y el plan está funcionando. Comenzó en Rumanía en 1994, continuó en Hungría en 1998 y actualmente la empresa ya está presente en España e Italia, contando en total con más de 20 millones de clientes. DIGI es hoy el número 3 en Europa y no se detendrá ahí».