Atraer talento joven es la llave maestra para el futuro empresarial

El mayor activo de una empresa es su capital humano. Las personas implicadas en un proyecto son motor, rostro y soporte del mismo; un recurso en el que nunca se invierte bastante. En el seno del equipo, los jóvenes tienen una misión especial: servir de nexo de contacto entre la compañía y los nuevos tiempos, con sus sensibilidades, inquietudes, aspiraciones y tendencias; en definitiva, poner a la organización en sintonía con su generación. Atraer jóvenes cualificados es, pues, una tarea capital en cualquier sector, y aunque hay muchos vehículos, el camino es uno solo: hacer que se sientan identificados con la marca, compartir el mismo propósito, y presentar ofertas de empleo que encajen con sus valores.

Helena Gayet aún era una niña cuando visitó lo que parece «un lugar de otro planeta» en la Tierra. Concretamente, las minas de Riotinto, en Huelva. «Me fascinaron», recuerda. Contempló aquel suelo único por el que se abría paso una vena de aguas rojas, hogar de organismos extremófilos que sirven como referente para teorizar sobre seres de otros mundos. Entonces se dijo: «Quiero estudiar Química para entender esto». Y así lo hizo.

Completó su grado con un máster de Bioingeniería, y entró como becaria en prácticas en la división de Operaciones del complejo industrial de Repsol en Tarragona. «Me quería quedar y vi una vacante de científico en la web. Pedían el grado en Química y me animó que la experiencia se valorara pero no fuera indispensable», explica. Desde entonces, Helena participa en el programa Talento Joven de la multienergética.  

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Helena Gayet.

Primero tendrá la oportunidad de trabajar dos años en el departamento de Procesos de la refinería de Cartagena. Un lugar «perfecto para aprender cómo funciona la compañía», añade. Allí será testigo de cómo se pone en marcha la primera planta de biocombustibles avanzados de España. «Después me iré al Repsol Technology Lab de Madrid con una plaza definitiva, donde ayudaré a conseguir que se aprovechen las infraestructuras ya existentes en los complejos industriales para hacer biocombustibles», revela.

El punto fuerte del plan de capacitación de la empresa es, para Helena, que «es ideal en su transversalidad». La posibilidad de rotar en áreas diferentes y recibir una formación muy práctica en cada una de ellas. La responsable de Selección y Movilidad de la compañía energética, Helena González Romera, explica que «el modelo de formación es eminentemente experiencial y los jóvenes están asignados a determinados proyectos que a nivel negocio se consideran interesantes».

«Esto ya no son prácticas, es la vida real», subraya Helena Gayet. «Aunque llevo poco tiempo y todavía no puedo decir que vaya a cambiar el mundo, veo que mi trabajo va a tener un impacto en la empresa», comenta entusiasmada. Cree que los jóvenes como ella pueden aportar «muchas ganas e ideas frescas» a compañías de larga trayectoria. En especial, confiesa que ver cómo se apuesta decididamente por la descarbonización fue «un gran aliciente» para presentarse al puesto, ya que trabajar en la lucha contra el cambio climático es una gran fuente de motivación para ella y para las nuevas generaciones.

En un mundo que evoluciona cada vez más rápido, incorporar este talento joven a las empresas es más que una estrategia de recursos humanos: es construir una vía hacia el futuro. Las generaciones más jóvenes, como la llamada Z (nacidos después de 1996), aportan una perspectiva dinámica y adaptable a la hora de afrontar nuevos desafíos; y son decisivos en la modernización de las compañías y en la adopción de nuevos procesos y tecnologías. El entusiasmo, la capacidad de adaptación y la mentalidad abierta, todas ellas habilidades propias de la juventud, son activos esenciales para cualquier proyecto que sepa conectar con ellos.

Esto es algo de lo que son muy conscientes en Repsol, donde este año están gestionando más de 80 vacantes enfocadas a la incorporación de talento joven , ofreciéndoles trabajo de calidad y con posibilidades de desarrollarse. «Buscamos perfiles de corte digital o relacionados con las tecnologías que visualizamos en el futuro», revela la responsable de Selección y Movilidad de la compañía.

Por otro lado, además del programa en el que participa Helena, Repsol incorporará otras 65 personas con perfil joven para continuar con la digitalización en la compañía. «Estamos en una etapa en la que esas barreras que encontrábamos para que los jóvenes se incorporen al mercado laboral se han minimizado en algunos casos», concluye Helena González. «A día de hoy, las compañías demandamos más perfiles de los que existen, sobre todo de tipo STEM; incluso se habla de guerra del talento».

A su vez, la incorporación de jóvenes enriquece la convivencia con talentos más veteranos, lo que aporta valor a la organización. Los más experimentados pueden transmitir conocimientos a los recién llegados, los cuales, a su vez, pueden contagiar su motivación y ayudar con la adopción de soluciones innovadoras. Para la responsable de Selección de Repsol, «la incorporación de todo ese talento en la propia compañía también te da diversidad, imprescindible para la era de cambio constante en la que estamos viviendo. Y es que, lo primero que aportan los jóvenes a una compañía es futuro», concluye.

José Sánchez Mendoza
José Sánchez Mendoza
Periodista especializado en economía y mercados energéticos. Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense y máster en Periodismo por El Mundo y la Universidad San Pablo CEU, he trabajado en medios como El Mundo y El Economista, entre otros.