Un grupo de inversores han demandado al fabricante alemán automovilístico Mercedes-Benz por no haberles informado a tiempo sobre el escándalo conocido como ‘dieselgate’, por el que se manipularon las emisiones algunos vehículos de motores diésel de la compañía. Los demandantes reclaman daños y perjuicios por pérdidas sufridas que alcanzan los 900 millones de euros.
Según ha informado la agencia alemana de noticias Dpa, la demanda ha sido presentada en el Tribunal Regional Superior de Stuttgart, al tiempo que el principal demandante en este caso, un inversor privado, esta representando por el bufete de abogados alemanes Tilp.
Según estos abogados, a la denuncia se han sumado «un gran número» de inversores privados y más de 200 inversores institucionales, entre los que se encuentran bancos, compañías de seguros y fondo de pensiones de Alemania, así como de otros países de la Unión Europea, Norteamérica, Asia y Australia.
El motivo de las demandas se debe a los daños causados por las pérdidas de cotización de la antigua Daimler AG, cuando entre el 10 de julio de 2012 y el 20 de junio de 2018 el valor de sus acciones cayó de más de 90 a euros a menos de 60 euros.
En concreto, acusan a Mercedes-Benz Group AG de no haber cumplido con sus obligaciones sobre la legislación en el mercado de capitales, ya que la empresa ocultó al mercado el uso de dispositivos de desactivación ilegales en sus vehículos diésel, así como los riesgos y costes asociados.
Por ello, los denunciantes consideran que fueron engañados acerca de las verdaderas circunstancias en las que se encontraba la compañía.