En medio de La Mancha, en la provincia de Ciudad Real se encuentra una pequeña pero importante reserva natural: El Parque Nacional de las Tablas de Daimiel. Probablemente, muchos sean conocedores de la fama que los paisajes creados por el embalse de Daimiel tienen, formando unos de los paisajes más fascinantes del territorio español gracias a la mezcla entre los humedales, los numerosos árboles y arbustos que cobijan a la fauna de La Mancha. Pero el parque nacional es mucho más que eso.
El Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, situado al suroeste de la provincia y escondida en La Mancha, cobija a la naturaleza en la isla que divide el embalse en dos, de una extensión de 17 kilómetros cuadrados donde el paisaje se alterna entre el marco árido de la zona y la presencia de agua en abundancia. Y es por su belleza que el parque fue declarado como Reserva de la Biosfera por la UNESCO en el año 1992.
3Planificación del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel

El Parque Nacional de las Tablas de Daimiel fue creado en el año 1973 para servir como refugio y hábitat para la fauna que hay en la zona, pero además también se lo creó con un fin turístico. Actualmente, hay una planificación y regulación para que el parque se conserve y la fauna pueda desarrollarse sin problemas. Con la planificación del parque se crearon tres espacios claramente diferenciados: La Zona A, Zona B y Zona de Reserva Natural; todas ellas enormemente cuidadas.
En la Zona A se encuentra el entorno urbanizado cercano al parque, y una vez dentro de él, se llegan a la segunda parte, Zona B, donde se encuentran los amplios espacios de humedal, praderías húmedas, lagunas, etc. Además de un completo recorrido que el visitante puede realizar para poder ver todas las maravillas de la naturaleza que nos ofrece el parque. El tercer espacio es la Zona es la Zona de Reserva Natural, la más separada del parque, ya que no se puede acceder a ella y se encuentra aislada para minimizar cualquier tipo de interferido por parte del visitante.