Dos tercios no trabajan en lo que estudiaron y son pesimistas con respecto a que la formación
Cerca del 74,36% de los jóvenes españoles (tres de cada cuatro) asegura que les resulta «bastante o muy complicado» encontrar trabajo (74,36 %) y un 72,67% considera que los sueldos son «muy bajos», según se desprende de los resultados de la encuesta encargada por USO a Sondea (IO Investigación) con motivo del Día Internacional de la Juventud, que se celebra este 12 de agosto.
El estudio –que recabó las respuestas de una muestra de 1.010 jóvenes de toda España de 16 a 30 años el pasado mes de marzo– constata que los jóvenes españoles son «pesimistas» con respecto a su futuro laboral y a las condiciones que se encontrarán.
De esta manera, confiesan que han sufrido en su corta vida laboral un número considerable de abusos, que van desde trabajar sin contrato o sin remuneración a despidos sin motivo o acoso, pasando por las horas extras no pagadas.
El estudio también revela que siete de cada diez encuestados que están trabajando actualmente (70,39%) creen que se vulneran los derechos de los trabajadores más jóvenes. Por ello, un 56,44% opina que España es un país «hostil» para los jóvenes y que sus condiciones son peores que en el resto de Europa (62,97%).
No obstante, los encuestados reconocen que la formación superior es «clave» para acceder a la experiencia laboral (el 97,08% de quienes la tienen ya han trabajado alguna vez), aunque el 65,25% valora que avanzar en formación no garantiza un mejor puesto; y el 84,44% de los que ahora mismo está estudiando un postgrado está convencido de que no le servirá para mejorar en el trabajo. De hecho, dos tercios de la población joven no trabaja de lo que estudió (63,47%).
SIN CONTRATO, SIN REMUNERACIÓN O SIN COBRAR HORAS EXTRAS
Sobre los incumplimientos o abusos laborales, el 77,63% asegura haber realizado tareas que no le correspondían en alguna o repetidas ocasiones; el 69,32% ha padecido sobrecarga laboral; y 2 de cada 3 jóvenes ha realizado horas extras sin cobrarlas. Asimismo, al 20,84% de los menores de 30 años le ha ocurrido esto en repetidas ocasiones.
En la misma línea, el 54,92% ha trabajado alguna o varias veces sin contrato, especialmente quienes no tienen estudios (86,67%); y la mitad de la población joven (51,5%) ha trabajado alguna vez sin remuneración.
Según el estudio, la juventud se siente «vulnerable» ante esos incumplimientos, pues en porcentajes «muy altos» reconocen no haber hecho nada cuando han sufrido el abuso o, directamente, que no sabían a quién acudir (43,37%).
Además, más de la mitad de los jóvenes (54,55%) no sabe qué es un sindicato. Los porcentajes crecen entre los menores de 20 años y los que tienen estudios básicos, pero ni siquiera entre los titulados superiores el conocimiento al respecto está extendido (un 54,09% sabe lo que es).
«Durante los estudios, los jóvenes se forman en su área, pero no se los prepara para lo que se van a encontrar en el mundo laboral. De manera excepcional, en FP existe una asignatura llamada FOL encaminada a eso, pero muchas personas se incorporan al trabajo al terminar la ESO o el Bachiller sin ese colchón, ni tampoco está presente en los estudios superiores. Toda formación, más o menos académica, está destinada a que consigan un trabajo, no puede haber un salto sin paracaídas entre las aulas y el primer empleo, están indefensos si ni siquiera saben quién puede defenderlos ante los abusos», ha denunciado la secretaria de Comunicación y Gestión de Proyectos de USO, Laura Estévez.
No obstante, a pesar de ese desconocimiento, la juventud tiene una «buena percepción» de los sindicatos, especialmente cuando ya han trabajado y entran en contacto con ellos. En este sentido, el nivel de afiliación entre los menores de 30 años está, según la encuesta, en el 15,74%, mientras que un 66,98% valora afiliarse en un futuro. Según datos de la OCDE, el porcentaje general de afiliación en España es más bajo, del 14%.
«Mejorar la situación laboral de los jóvenes pasa por dos estadios, por un lado, las medidas necesarias para que no se den los abusos, tanto en legislación laboral general como propia. El Estatuto del Becario no puede seguir aparcado, cuando uno de los principales abusos es alargar ilegalmente los contratos en prácticas. Y construir una legislación fuerte, que vuelva a ser más garantista en el caso de los despidos», ha explicado Estévez.
Además, ha añadido que hay que «luchar contra el fraude en la contratación con mayores medios para Inspección de Trabajo, para detectar tanto la falta de contrato como de remuneración«.
«Es normal que la juventud hable de un país hostil si no encuentra trabajo o no le pagan. Algunos, cuando consiguen su primer empleo, ya llegan con conocimientos obsoletos en este mundo tan cambiante. Por ello, los fondos de formación profesional deben destinarse a una recualificación continua y la empleabilidad, siempre gestionados directamente por las Administraciones, sin externalizar, y apostar por una formación dual en todos los ámbitos de la educación, que acompañe a los jóvenes en su incorporación al mercado de trabajo», ha concluido.