La planta nuclear de Santa María de Garoña, condenada sin importar las elecciones

El tema de la energía nuclear y del mantenimiento de cualquier planta nuclear es, al mismo tiempo, uno de los más controvertidos y más ignorado de cara a las elecciones del 23 de julio. Con el tema de la energía verde en boga se ha discutido si la nuclear deber ser incluida en los debates electorales y si los riesgos que según algunos sectores conlleva todo lo que tienen que ver con lo nuclear, se justifican al recordar tragedias históricas como los casos de Chernobil y Fukushima que en realidad son excepciones a la regla. Por tanto, la noticia del desmantelamiento de la planta nuclear de Santa María de Garoña puede haber generado reacciones adversas, aunque no hay motivos para ellos. 

Tras varios meses de espera el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha autorizado el inicio del desmantelamiento de la central nuclear de Santa María de Garoña, proceso que se prolongará hasta 2033 y que tiene un presupuesto de 475 millones de euros.

El Gobierno ha publicado la orden ministerial por la que se inicia el procedimiento y también se autoriza la transferencia de titularidad de la instalación de Nuclenor -empresa formada por Iberdrola y Endesa- a Enresa, responsable del desmantelamiento, que tendrá lugar en los próximos días.

En concreto, el proyecto –informado favorablemente en mayo por el Consejo de Seguridad Nuclear- consta de dos fases, que abarcan hasta 2033 y con ese presupuesto de 475 millones de euros, y prevé que hasta 350 personas trabajen en él de forma simultánea.

El Ministerio, mediante el Instituto para la Transición Justa (ITJ), colabora desde 2020 con los 27 municipios afectados por el cierre de la instalación y ya ha destinado 7,7 millones a financiar 12 proyectos municipales. Situada en el Valle de Tobalina (Burgos), Garoña tenía una potencia instalada de 466 MW, se inauguró en 1971 y se desconectó de la red eléctrica en diciembre de 2012, cuando Nuclenor comunicó al Ministerio de Industria, Energía y Turismo su decisión de no seguir explotándola.

En julio de 2013 se declaró el cese definitivo de explotación, pero éste no se debía a razones de seguridad nuclear o protección radiológica, de modo que Nuclenor presentó una solicitud de renovación de la autorización en mayo de 2014. Finalmente, en agosto de 2017, esta solicitud fue denegada por el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital.

DESMANTELAR UNA PLANTA NUCLEAR, UN PROCESO MUY LARGO

Desde el Foro Nuclear se recordó que la medida no es una novedad. Aunque se señaló que, con lo avanzado que está el proceso de desmantelamiento no sería posible revertirlo, sin importar el resultado electoral o los deseos particulares de las empresas particulares. De hecho, por el contrario, se señaló que simplemente se esperaba hace tiempo el cambio de titularidad a Enresa para que este cierre definitivo pudiese continuar. 

Esto no quiere decir que desde el mundo nuclear no se tengan expectativas distintas dependiendo del resultado, después de todo hay un partido, el PP, que se ha mostrado considerablemente más abierto que los otros a la hora de discutir el uso de energía nuclear. Al mismo tiempo es un tema más que delicado, que requiere la atención completa no solo de las empresas relacionadas con los diferentes proyectos del sector, sino también de las instituciones relacionadas con el mismo, ministerios, alcaldías etc. 

OTROS PROYECTOS NUCLEARES SI ESPERAN AL DOMINGO

Al mismo tiempo, y dada la promesa de parte del actual gobierno de buscar otras alternativas verdes que no sean energía nuclear, hay varios proyectos que esperan pacientemente por el resultado electoral, para saber si hay un nuevo gobierno. Desde la mina de uranio de Salamanca, pasando por el reactor reducido en el que participa la Universidad de Sevilla y llegando al proyecto de Enel, empresa dueña de Endesa, para lanzar reactores de cuarta generación en el país, son varios los que requieren una apuesta abierta de parte tanto del sector publicó como del privado. 

Lo cierto es que otros países de la propia Unión Europea sirven como ejemplo de un buen uso de la energía nuclear. El caso más evidente es el de Francia, país que es uno de los exportadores más importantes de energía nuclear del mundo y que usa plantas de este tipo para generar hasta el 69% de su energía. Es una realidad a la que España ni siquiera aspira de momento, pero que sirve como ejemplo de lo que se puede lograr considerando la energía nuclear dentro de la estrategia verde.

Ernesto Rodriguez
Ernesto Rodriguez
Periodista, entrevistador e investigador de oficio. Amante del cine, la música y Political Junkie. Escribo de empresas de transporte, cultura y sanidad