La mina de litio de Extremadura, a la espera del nuevo Gobierno

La mina de Litio Las Navas en la zona rural de Cañaveral (Cáceres) en Extremadura es uno de los temas más discutidos de parte dentro de la comunidad autónoma. Atrapada entre una ley de cambio climático que no permite la libre explotación de materia prima, la necesidad de su material para los vehículos eléctricos que señalan el futuro de Europa y la controversia sobre la ley de medio ambiente han hecho que el proceso para permitir su explotación sea, seguramente, demasiado lento. 

Pero el cambio de gobierno en la comunidad vuelve a poner la conversación sobre la mesa. Es que la realidad es que, desde el punto de vista netamente económico, es difícil discutir con la lógica de acelerar el proyecto encabezado por Lithium Iberia. Creación de empleos, atraer empresas como Tesla, Lucid Air o BMW que buscan donde poner sus fábricas de coches eléctricos en Europa y poner la zona en el centro de la conversación de las nuevas energías en el continente. 

En cualquier caso es posible que estos proyectos avancen con el cambio de Gobierno. Aunque desde el PSOE se ha defendido la importancia de este material para los planes de sostenibilidad del país, con Pedro Sánchez recordando en la presentación de la agenda 2050 que España tiene «uno de los depósitos de litio más grandes del continente», superado únicamente por Portugal, en algunas poblaciones y gobiernos locales se ha puesto el ojo en que en ocasiones el proyecto de las minas del material no son tan buenos para el ambiente. 

Esto ha puesto nerviosa a la anterior junta de Extremadura, que pronto será reemplazada por un gobierno de coalición entre el PP y Vox. Sin embargo, el proyecto sí que ha seguido avanzando en el tiempo, como lo expresan a Merca2 fuentes de la empresa, aunque ahora está la incógnita de los planes que tenga el nuevo gobierno de la comunidad. De momento la Junta en funciones ha defendido que el proyecto debe mantenerse siempre y cuando también lo apruebe el ayuntamiento y se cumplan con las exigencias actuales en cuanto a sostenibilidad.

UN PROYECTO DE 30 AÑOS EN LA MINA DE LITIO

Lo cierto es que los datos que da la empresa al público hacen de la mina uno de los más atractivos en temas de sostenibilidad en el continente. No solo es un proyecto que generará empleo durante 30 años en la zona, sino que permitirá alimentar una industria de vehículos eléctricos que se sabe necesitada de pisar el acelerador. Por su lado, a pesar de que la empresa presume de tener procesos de minería limpios es comprensible cierto temor entre los ciudadanos en cuanto a la apertura de la mina y sus efectos en la región. 

La principal preocupación es el suministro de agua. Un temor nacido por el efecto de los procesos de minería tradicional en el agua potable de este tipo de zonas; sin embargo, para que fuese aprobado por los gobiernos regionales el proyecto tuvo que probar que había diseñado sistemas para que esto no ocurriera, y durante la explotación se espera que la eficacia de estos nuevos métodos sea comprobada sobre la marcha. 

EXTREMADURA Y LA ENERGÍA SOSTENIBLE

De cualquier modo es llamativo ver como la comunidad autónoma, más allá de quienes entren y salgan del gobierno de la misma, ha sido capaz de apostar con tanto interés por las energías renovables. Es una estrategia que además de generar energía limpia esperan sirva para dejar de formar parte de esa «España Vaciada» tan comentada en los medios, redes sociales y en la campaña electoral.

De todos modos no es el único proyecto del tema en la zona, ni siquiera es el único en Cáceres. Tiene sentido para una comunidad autónoma que también ha apostado abiertamente por la energía solar, después de todo el litio es básico para el almacenamiento de energía. Es decir va más allá de los coches eléctricos y pasa por otros proyectos de energía renovables. Es por tanto clave que en efecto se consigan equilibrios necesarios entre la explotación de la materia prima y la sostenibilidad de las zonas donde se encuentran. 

Pero si de verdad hay una posición menos rigurosa del nuevo gobierno habrá que seguir de cerca los movimientos de la propia Lithium Energy. Aunque la necesidad de llevarse bien con la opinión pública bien puede ser suficiente para que se mantengan en la línea de la explotación verde, al mismo tiempo eventualmente volverá a cambiar la junta y cumplir con las regulaciones con base en las cuales siguen trabajando sería una buena forma de cubrirse las espaldas. Después de todo política y económicamente mucho puede cambiar en 30 años.