En los últimos años, la sociedad ha experimentado una evolución importante en torno a los hábitos saludables. Mejores opciones de alimentación, ejercicio continuado y el compromiso consciente con el medioambiente en acciones del día a día son señales de que las personas toman conciencia de que es necesario madurar en este terreno. El 72% de los españoles afirman que están más preocupados por la alimentación que hace 5 años atrás.
Un 60% de los jóvenes menores de 35 años admite que su generación no es la más saludable, aun así, el 40% cree que su estilo de vida es mejor que el de sus padres. Bruñó, empresa referente en la producción de melón, sandía y cítricos de origen español, ha elaborado un estudio sociológico ‘¿Hemos madurado? No somos perfectos, pero lo estamos intentado’. La decisión de crear un estudio para conocer como han avanzado las diferentes generaciones en los últimos cinco años y si realmente está presente la intención de mejorar y madurar como sociedad comprometida con la salud y el medioambiente.
La empresa valenciana, Bruñó, fue adquirida recientemente por el grupo internacional ‘The Natural Fruit Company’, bajo la premisa de buscar la excelencia en el producto. La empresa ha aumentado su producción en un 40%, ampliando las exportaciones a los países escandinavos, Francia e Italia, entre otros.
CADA VEZ HAY MÁS PREOCUPACIÓN CON LA ALIMENTACIÓN
En el estudio se puede observar como las personas de entre 30 y 40 años siguen abundando en el consumo de procesados, y los jóvenes de entre 20 y 34 años beben menos cantidad de agua de la que deberían. La llegada estival también suele ser un punto de inflexión a la hora de intentar mejorar prácticas saludables, principalmente en cuanto hablamos de alimentación.
En verano y primavera es cuando la población más presupuesto destina en la compra de frutas y verduras, llegando a ser 1 de cada 4 españoles los que declaran comer fruta solo en verano. La ingesta de fruta está muy condicionada por falsos mitos, casi el 60% de los españoles cree que es mejor no tomar fruta de postre. Un 64% afirma comer fruta diariamente y un 68% considera que come menos fruta de la que debería, en el caso de las verduras es diferente ya que la mayoría de españoles comen poca verdura. Un 45% afirmó en el estudio que le gustaría comer más, frente a un 47% que sí come verduras casi todos los días.
«LO CIERTO ES QUE EN ESPAÑA NO SOMOS TAN DE DIETA MEDITERRÁNEA COMO CREEMOS»
Teresa González, directora de marketing y sostenibilidad de Bruñó
Aunque la principal preocupación de los españoles es el precio, el 79% afirma preferir gastarse el dinero en fruta de buena calidad que en otros caprichos. En general, a la hora de comprar estos dos alimentos, los españoles se muestran más activos y sobre todo muy predispuestos a ser sostenibles. El 75% evita comprar fruta y verdura en envases y el 20% quiere empezar hacerlo.
UN 81% QUIERE SER MÁS SOSTENIBLE EN SU ALIMENTACIÓN
En el ámbito de la sostenibilidad se ha avanzado mucho, pero no tanto como se debería. En el estudio se demuestra que más de la mitad de los españoles, un 62%, cree que su compromiso con el medioambiente es medio-bajo, pero 8 de cada 10 personas sabe que podría ser más sostenible y si quieren poco a poco la intención de hacerlo.
Por lo general, la sociedad percibe poca implicación con el medio ambiente por parte de las personas. Estamos hablando solamente de un 23% de personas que se consideran con hábitos más sostenibles que el resto. Sin embargo, y aquí se refleja el avance, el 80% de los españoles afirma tener hábitos más sostenibles que hace cinco años. Transformar los hábitos alimentarios en un consumo consciente y responsable es clave para la sostenibilidad del medio en el que vivimos.
Llevar una alimentación sostenible es tan fácil como seguir una dieta sana, primar alimentos de temporada y cercanía, elegir alimentos producidos mediante prácticas ecológicas o agroecológicas y evitar así el desperdicio alimentario. Como sociedad, transitar hacia una alimentación sostenible puede ser tan fácil como favorecer contextos que inviten a tomar elecciones sostenibles, y hacer del consumo consciente y responsable un comportamiento a imitar.