Tucuvi se suma a la lista de startups de sanidad que apuntan fuera de España

Es un momento complicado para la sanidad en España. Por un lado, el sector privado está teniendo un momento bastante dulce en lo económico, mostrando crecimiento en sus principales empresas, y buenos números de empleos, pero al mismo tiempo el sector público tiene un importante colapso desde la pandemia. Lo más complicado es que entre las soluciones para el sector público está el trabajo que varias startups están haciendo en cuanto a automatización se ven obligadas a buscar otras fronteras por la burocracia del país.

La más reciente es Tucuvi, una app de «inteligencia artificial empática» que permite a los pacientes compartir sus síntomas en vivo desde casa con el doctor, y que le permite al profesional saber cuando debe contactar de urgencia con su paciente, esto a través de mensajes y llamadas telefonicas. Esto permitiría, al igual que casos como el Doctomatic, que algunos pacientes pudiesen reportar sus síntomas sin pedir una cita, aliviando cargas de trabajo y disminuyendo los tiempos de estancia en el hospital.

Pero de momento en vez de seguir creciendo en el país, donde están operando desde su fundación en Madrid en 2019, llegaran pronto a Reino Unido, gracias a un acuerdo con la empresa ‘Cera’ (dedicada a temas de salud digital en toda Europa) y esperan aterrizar en Estados Unidos el año que viene. Es que saben que, con sus particularidades, son países donde además de poder ejercer más cómodamente es bastante lucrativo hacerlo. Al mismo tiempo lo normal es que quieran seguir operando localmente, después de todo recibieron apoyo tanto económico como institucional en su proceso de fundación.

Lo preocupante es el patrón que se repite. Es el caso de la ya mencionada Doctomatic, que ha apuntado a Latinoamérica y Estados Unidos y de Mediktor que intenta conquistar Asia operando desde Japón. No es que sean casos menores, es que se trata de aplicaciones diseñadas justamente para resolver problemas del sistema local, y que, por tanto, serían especialmente útiles para resolver las dificultades actuales de un sistema de salud colapsado. 

LOLA: LA SIRI DE LA SANIDAD

Si hay una pieza particularmente interesante en el funcionamiento de Tucuvi es Lola su asistente virtual basado en Inteligencia Artificial. Es que a sabiendas de lo complicado que puede ser para un paciente explicar sus síntomas a una pantalla o un teléfono en silencio han diseñado este ayudante para acompañar al paciente, y después al profesional que debe ponerse al día con sus pacientes.

Ese es su gran factor diferenciador. Que mientras buena parte de los programas de este tipo funcionan basándose en planillas y listas esta funciona intentando acercarse al trato humano, una parte clave de los procesos necesarios para que el paciente se sienta comodo en sus procesos de recuperación.

Es bueno señalar que el creador de la aplicación y fundador de la empresa Marcos Rubio ha apuntado que su trabajo no es reemplazar a los profesionales, sino a acompañar su labor. El problema es que para operar en hospitales públicos los permisos son procesos muy largos y engorrosos, como buena parte del papeleo español, por lo que es normal que más de una deba apuntar más allá de las fronteras locales. 

LA IA SIGUE LLEGANDO A LA SANIDAD 

Quizás por el simple hecho de ayudar en procesos de enfermedad no se ha hecho el mismo escándalo que, con razón, se ha hecho en otras áreas. Es cierto además que en el caso español no es que sobren los profesionales del sector salud, por lo que el apoyo que puedan recibir siempre será agradecido por los mismos. 

En cualquier caso es un área donde desde empresas nuevas, como las startups, o ya gigantescas, como Quiron o Sanitas, ha decidido invertir fuertemente. Es un sector que ha demostrado que, siempre y cuando no se estorbe en estos procesos está dispuesto a evolucionar, no solo por lo que significa económicamente, sino por el bienestar de los pacientes. 

Ernesto Rodriguez
Ernesto Rodriguez
Periodista, entrevistador e investigador de oficio. Amante del cine, la música y Political Junkie. Escribo de empresas de transporte, cultura y sanidad