El choque entre Renfe y Francia deja en el aire al País Vasco

Al parecer, a pesar de ser ambos parte de la Unión Europea y de la liberalización de las vías cruzar en la frontera entre España y Francia en tren sigue siendo más complicado de lo que Renfe esperaba. La empresa pública tenía ya meses presumiendo de su pronta llegada a territorio francés, pero las declaraciones del embajador del país galo han mostrado que no necesariamente están todas las partes en sintonía. 

«Claramente, nunca se ha hablado de 2030, en relación con el corredor Atlántico, de nuestro lado. En la cumbre de Barcelona se habló de un horizonte 2030, pero solo para el corredor Mediterráneo, pero nunca, en ningún caso, para el corredor Atlántico. Eso apareció en un comunicado publicado por la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, pero es un comunicado unilateral», aseguró durante el fin de semana el embajador Jean-Michel Casa.

El comentario puede haber tomado por sorpresa a más de uno, pero tampoco va del todo en contra de las aspiraciones de Renfe, que ha mostrado varias veces que su prioridad son las conexiones entre Madrid y Barcelona y París, que pasan por otros destinos atractivos para el verano como son Marsella y Lyon. El problema es que para el País Vasco, para el que una conexión con Francia en AVE sería valiosa no solo en cuanto a turismo, sino también por lo que podría significar comercialmente.

Lo cierto es que las declaraciones de la embajada muestran las asperezas que hay aún en el territorio de Macron con este tema. Más temprano en el año el SNCF, el equivalente francés de Renfe, rompió la colaboración con la estatal española que permitía los viajes entre Barcelona y París, lo que abría la puerta a que intentará realizar esta conexión con Ouigo, su servicio Low Cost, que tiene presencia en las vías ibéricas. Si bien la cumbre binacional parecía haber acabado con estas políticas los comentarios de la embajada muestran aún cierta incomodidad con la presencia de un competidor.

EL PROTECCIONISMO FRANCÉS CONTRA LA LIBERALIZACIÓN DE BRUSELAS

No deja de ser irónico que mientras desde Bruselas se ha ido obligando a liberalizar las vías de tren de los países de la Unión en Francia se sigan poniendo peros a los trenes ibéricos. La realidad es que si se quiere tener un continente conectado por los trenes alta velocidad no es viable sin sumar a la península ibérica, y para ello hay que pasar por territorio galo. Al mismo tiempo es comprensible que en el vecino país se quiera cuidar una empresa que, como Renfe hasta hace poco, tiene un cómodo control a lo interno.

Al mismo tiempo, como bien lo señala el embajador, la antigüedad del sistema ferroviario español genera algunos problemas para conectar con el resto del continente. Desde los sistemas de comunicación LZB, que han alejado a Ouigo de algunas de las rutas más importantes del país (como casi toda Andalucía) al menos hasta el 2024, hasta el famoso problema del ancho ibérico, que tiene 1.668 milímetros, frente a los 1.435 del internacional.

«Sin echar la culpa a nadie, pero el asunto de las interconexiones ferroviarias es algo muy antiguo, porque España había elegido en el pasado una anchura de vías distintas a las del resto de Europa. Hace 40 años se perdían 3 horas en cambiar la anchura de los ejes en Irún», recordaba en la misma entrevista el embajador.

Esto no borra la incomodidad de Francia en asumir la entrada de un nuevo competidor a su territorio. Es que además de sumar un competidor le abrirían las puertas a los trenes de Renfe a completar líneas internacionales potentes, podrá ser más largo, pero un recorrido Madrid – Berlín que este 20 o 30 euros por debajo de ese precio en avión puede ser más que llamativo para un sector turístico que sigue en modo rebote después del confinamiento, pero que está enfrentando una crisis importante de inflación. 

LA CONEXIÓN DEL PAÍS VASCO Y FRANCIA SE ATRASA A 2046

La realidad es que la conexión entre el territorio francés y el País Vasco parece tardará, al menos según el gobierno galo, hasta 2046, bastante más que ese 2030 que se repite tanto desde el Gobierno español como desde la estatal ferroviaria. Es un llamado de atención importante para Renfe, que puede notar como se retrasa uno de sus objetivos clave, y como además se les reclama por su retraso para conectar con Portugal.

De todos modos recordemos que para la estatal española Francia sigue siendo un punto de honor. Es que en la práctica es su destino evidente para plantearse una expansión, aunque de momento ha sido más viable operar en Arabia Saudita o participar en proyectos de Latinoamérica que terminar de instalarse en el territorio vecino. De momento no queda, sino quitarse la sorpresa de los comentarios del embajador y terminar al menos los proyectos que salen de Madrid y Barcelona este año. 

Ernesto Rodriguez
Ernesto Rodriguez
Periodista, entrevistador e investigador de oficio. Amante del cine, la música y Political Junkie. Escribo de empresas de transporte, cultura y sanidad