30 años de la Final Four en la Majlkovic dejó en ridículo al Real Madrid de Sabonis

“De tres, quedamos cuartos”. Este chiste tan ácido que hicieron sobre el fracaso del Real Madrid de baloncesto en la Final Four de Atenas -disputada a mediados de abril 1993- habría arrasado en forma de memes si esos cruces se hubieran celebraron en los tiempos que corren. El Madrid llegó a Grecia después de arrasar a la Knorr de Bolonia de Pedrag Danilovic, pero el Limoges del viejo zorro Maljkovic secó la anotación blanca y los apeó de la final, donde el glamour del Benetton de Treviso de Tony Kukoc cayó ante el esforzado equipo francés. El Real se tomó la revancha en la edición de 1995 de la Liga Europea. Teka era el patrocinador del Madrid esa temporada.

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Arvydas Sabonis (de frente) y Pep Cargol, jugadores del Real Madrid en 1993.

LA ANTIGUA ESCUELA YUGOSLAVA EN LA FINAL FOUR

La escuela de la antigua Yugoslavia siempre deja su marca, ya sea por el talento, por la disciplina que inculca, por sacar el máximo partido a los recursos de que dispone o por las tres cosas a la vez. Esta lección se la dio Mirko Novosel al Real Madrid en los 80 con la Cibona, que amargó al Real Madrid de Corbalán, Iturriaga y Romay, con y sin Drazen Petrovic, el genio, el Demonio de Sibenik, un genio que nunca llegó a disputar una Final Four. En 1985 la Cibona ganó la Copa de Europa tras vencer en el Palacio de la Paz y la Amistad de Atenas al Real Madrid de Lolo Sáinz. Y 18 años después, el Madrid, esta vez entrenado por el eterno segundo de Lolo, el altísimo Clifford Luyck, se dio un tremendo golpazo, sufrió un gran varapalo, en la misma competición, con otro equipo, pero en la misma ciudad.  Una Final Four para olvidar,. o, mejor dicho, una Final Four que nunca olvidarán.

Bajo el formato de la Liga Europea, el Limoges del serbio Bozidar Maljkovic apeó al Madrid en la semifinal, el primer choque de la Final Four. El antibalocesto de Maljkovic hizo trizas el ‘jogo bonito’del Madrid de Arvydas Sabonis y  Ricky Brown. “Jure Zdovc, Michael Young, Richard Dacoury, Jim Bilba, Jimmy Verove, Willie Redden, Frederic Forte y Franck Butter, con Maljkovic en el banquillo, protagonizaron en el Palacio de la Paz y la Amistad de Atenas uno de los grandes hitos de la historia del baloncesto europeo”, señaló en su día el diario Marca sobre esta Final Four.

El antibalocesto de Maljkovic hizo trizas el ‘jogo bonito’ del Madrid de Arvydas Sabonis en la final four de 1993

El cuadro francés tuvo claro que el partido se tenía que jugar a pocos puntos. para ello necesitaba posiciones largas y asfixiar la conexión con Sabonis, el gigante lituano. Con esas vías cerradas por las ayudas en defensa y la incapacidad del Madrid para abrir la defensa con tiros exteriores, ni Ismael Santos, ni Cargol ni Pepe Lasa ni Antúnez eran especialistas y los franceses, que tenía estudiado al milímetro a los blancos, fueron una máquina, lenta y perfectamente engrasada, una máquina que tácita a tácita acabaron quemando a los merengues. “Los equipos se edifican desde la defensa”, decía Luis Aragonés en el mundo del fútbol. En baloncesto, sin defensa, estás perdido. 

El cuadro francés tuvo claro que el partido se tenía que jugar a pocos puntos. para ello necesitaba posiciones largas y asfixiar la conexión con Sabonis

No le hizo falta al Limoges meter 100 puntos. Le bastó con anotar 62 y dejar al Madrid en 52 puntos,  una anotación ridícula. Con ella, los blancos se fueron a la lona y protagonizaron una derrota muy sonora ante un modesto. El viejo zorro Maljkovic, que había alcanzado la gloria con la Jugoplastika de Split de Kukoc, ganando dos copas de Europa al Barcelona, del que fue entrenador y salió mal, enfrentado al mítico Aíto García Reneses, se reivincido.  Hizo grande a un equipo de recursos limitados, pero con Young y Dacoury, en plan estrella, vencieron al Real Madrid y en la final al cuadro de la Benetton Treviso de Toni Kukoc. El alumno aventajado, Kukoc, fue sometido en la final, en la que el Limoges. Magistralmente dirigido por Boza Maljkovic, ganó en la gran final 55-59 al millonario Benetton de Tony Kukoc, Terry Teagle (que acabó jugando en el Fuenlabrada) o Stefano Rusconi.

MARCA DÉCADAS

Esos dos días en Atenas marcaron las siguientes dos décadas en el baloncesto de Europa, que grabó a fuego en su ADN que para ganar títulos había que tratar de dejar el rival por debajo de 60 puntos aunque hubiese que hipotecar el ataque. Lo que fue una buena noticia para equipos limitados, se convirtió en un desastre para el espectáculo.  Equipos que agotaban la posesión,  que hacía una jugada eterna en cada balón que tenían.  El antibaloncesto llegó a Europa y se quedó.

La Liga Europea de la campaña 94-95 la levantó Chechu Biriukov, el histórico escolta y capitán del Real Madrid

Al año siguiente el Partizan de Belgrado de Zeljko Obradovic, de la mano de Sasha Djordjevic, venció al Joventut de Badalona de Lolo Sáinz y Jordi Villacampa  y el propio Obradovic vengó al Madrid en la edición de 1995. Dejó al Limoges en 49 ptos en la semifinal de la Final Four, una final a cuatro que se disputó en Zaragoza entre el 11 y el 13 de abril de 1995. El Madrid se impuso en la final al Olympiacos Griego y rompió una racha negativa de más de 30 años. Y es que la última Copa de Europa que ganó el Madrid antes de llevarse la Liga Europeo fue en 1980. La copa de ganador de la Final Four del 95 la levantó Chechu Biriukov, el histórico escolta y capitán del Madrid en la edición de la Liga Europea de 1995. El título para el que el Madrid fichó primero a Sabonis y luego a Obradovic, que cumplió a rajatabla la famosa frase que siempre dice el técnico italiano de fútbol: “Orden y talento”. Con orden y el talento de Lasa, Arlauckas y Sabonis, el Madrid triunfó en la Final Four de 1995.

José María Lanseros
José María Lanseros
José María. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Redactor especializado en el sector financiero, en especial lo relacionado con banca y seguros. Me encanta mezclar y empresa y deporte y estoy empezando a tomarle el pulso al sector de las telecos.