Naturgy pactará el gas con Argelia en 2023 pese a las zancadillas del Gobierno

Las conversaciones entre Argelia y España para lograr un precio del gas que sea asumible para los hogares y la industria ibérica avanzan a buen ritmo a pesar de las zancadillas que ha puesto el Gobierno potenciando su relación con Marruecos y dando la espalda a un país, el argelino, que es determinante para asegurar el suministro energético español.

Las negociaciones están siendo duras, pero el hecho de que Naturgy y Sonatrach sean socias y tengas intereses comunes anticipa que habrá fumata blanca, aunque el acuerdo podría cerrarse sólo para 2023 y obligaría a las partes a sentarse de nuevo el próximo año para cerrar el nuevo importe.

EL TIEMPO CORRE A FAVOR DE ARGEL

Así lo aseguran fuentes cercanas a las negociaciones que mantienen las dos empresas protagonistas, la española presidida por Francisco Reynés y la argelina Sonatrach, controlada por el gobierno del país africano. El tira y afloja es evidente pero de momento la sangre no llegará al río ya que ambas partes tienen poderosos incentivos para que las conversaciones concluyan en un acuerdo. Aunque lo cierto es que el tiempo corre a favor de Argel, ya que en estos momentos el precio del gas en los mercados internacionales ha caído hasta niveles de septiembre de 2021 y los analistas esperan que se produzca un repunte cuando llegue el próximo otoño-invierno.

En realidad esta revisión de las condiciones debería haberse cerrado el pasado año, ya que el contrato estipula que cada tres años hay que hacer una revisión ordinaria periódica y tocaba realizarla en 2022, pero la incertidumbre geopolítica y energética que se produjo tras la intervención rusa en Ucrania hizo que tanto Sonatrach como Naturgy decidieran llegar a un acuerdo de mínimos, pactando los precios para ese año y dejando para 2023 las discusiones para cerrar el importe de este año y el próximo.

LA INCERTIDUMBRE NO HA DESAPARECIDO, NATURGY Y SONATRACH PODRÍAN CERRAR UN ACUERDO PARA 2023 Y VOLVER A SENTARSE A NEGOCIAR EN 2024

Las fuentes consultadas indican que es posible que en esta ocasión también se pueda producir una situación similar, ya que la incertidumbre no ha desaparecido y la elevada volatilidad en los mercados de productos energéticos podría obligar a Naturgy y a Sonatrach a cerrar una revisión que afectara solo a 2023. Es importante destacar que lo que se negocia es el precio del gas argelino que llega a España por Medgaz y no el volumen, que está asegurado por contrato y que trae a nuestro país unos 5 bcm anuales del yacimiento de Hassi R’Mel.

El pasado enero Reynés hizo referencia a estas cuestiones en un foro organizado por el periódico ‘La Vanguardia’ en el que admitió que «existen tensiones lógicas en la negociación», aunque descartaba que tengan su origen en «el terreno político» y aseguraba que no hay injerencia alguna. Aunque es cierto que Sonatrach es una empresa estatal de la cual depende casi el 90% del PIB argelino, el directivo español asegura que en las negociaciones no hay políticos y que solo hay representantes gubernamentales cuando se firman los contratos.

LA POLÍTICA EXTERIOR ESPAÑOLA

Con esta postura pública, Reynés intenta acallar los rumores sobre las dificultades que está creando el Palacio de La Moncloa para la importación de gas argelino desde que decidió modificar la política exterior española y entregar el Sáhara Occidental a Marruecos. Una acción que fue considera como una afrenta por Argel y que ha provocado que el país exportador haya decidido firmar un acuerdo con Italia para ser su principal comprador, con el objeto de que el país transalpino sea quien lleve el preciado recurso al centro de Europa.

La reciente visita de Pedro Sánchez al reino alauí ha sido otro disparo en la línea de flotación de esta tensa relación entre Argelia y España

La reciente visita de Pedro Sánchez al reino alauí ha sido otro disparo en la línea de flotación de esta tensa relación entre Argelia y España, sobre todo por las muestras de servilismo que el presidente mostró con el régimen marroquí, sufriendo el plantón de Mohamed VI y evitando hablar de la soberanía de Ceuta y Melilla. Todo esto está siendo aprovechado por la presidente del Gobierno italiano, Georgia Meloni, para cerrar filas con Argelia y presentarse como un aliado fiel, poniendo al sector energético español en una situación precaria.

«SOMOS UN CLIENTE MUY CONFIABLE»

Con este telón de fondo, Naturgy presentó sus resultados anuales la pasada semana, anunciado nuevas inversiones y, al ser preguntado por Sonatrach, Reynés calificó de «excelente» la relación con la compañía y apuntó algo que muchos parecen olvidar: que para Argelia el mercado español sigue siendo muy relevante a pesar de las acciones de nuestro Gobierno.

«Somos un cliente para Argelia muy confiable, puesto que tenemos un contrato desde hace muchísimos años, más de 25, y al que que aún le quedan casi 10 años más de vigencia y que además contempla un compromiso financiero muy fuerte», indicó el primer ejecutivo de Naturgy, añadiendo que «para un Estado como el argelino el tener un cliente seguro y de la solvencia financiera como es Naturgy no creo que sea para nada despreciable».

Tal como explicó Naturgy en el comunicado enviado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) tras el acuerdo alcanzado el pasado año, los contratos incluyen compromisos firmes de volumen, tanto de suministro de gas para Sonatrach, como de compra obligada para Naturgy, lo cual se hace mediante unas cláusulas denominadas take or pay, que establecen que se abona el precio acordado aunque la materia prima no se use.  

SONATRACH ES ACCIONISTA DE NATURGY

Otro elemento importante que no se puede obviar es que Sonatrach es accionista de Naturgy y socio en la gestión del gasoducto Medgaz, en la cual también participa Blackrock desde el año 2020. La sociedad Medina Partnership está controlada por el grupo español y la gestora norteamericana al 50% y es, a su vez, dueña del 49% de Medgaz. El 51% restante es propiedad del grupo estatal argelino. 

Aunque la relación entre Sonatrach y Naturgy no termina ahí, ya que el grupo argelino tiene su comercializadora mayorista en España, lo cual hace que también compita con la compañía que preside Reynés. Una tela de araña de relaciones que obliga a ambas partes a llegar a acuerdos aunque los respectivos gobiernos pongan más o menos piedras en el camino.

«En estas circunstancias sería bastante difícil pensar que tenemos una mala relación, ya que tenemos tantos intereses comunes y que además competimos en términos de iguales en el contrato. No va a ser una negociación fácil la de los precios del 2023, como no la fue la de los precios del 2022, pero al final, como siempre, se impone la razón y se impone la voluntad de que para mantener toda esta relación comercial, industrial, financiera a salvo, pues se lleguen a acuerdos razonables por ambas partes», concluyó el directivo español.