El tweet que destapa que ALSA te cobra por hacer su trabajo

Todos sabemos que ALSA es una de las mayores empresas de transporte público de pasajeros en autobuses, y también que por causa de la mala imagen que han tenido últimamente otros medios de transporte como los trenes o los aviones, es una de las empresas de transporte que se ha beneficiado más con la afluencia de pasajeros, pero de lo último que nos hemos enterado, realmente puede ser considerado como la gota que rebosó el vaso. El tweet que ha dado a conocer uno de mayores abusos de ALSA Resulta que una usuaria, que se identifica como LolaLaPicotera, se atrevió a comprar un billete a través de la página web oficial de ALSA, y cuando lo pagó, se dio cuenta de que la empresa le cobró, además del coste del billete, 2,90 euros adicionales por “costes de gestión” y otro euro adicional por haber tenido el “privilegio” de elegir el asiento en el que deseaba viajar. Las justas interrogantes que se hace la usuaria La usuaria se preguntó, y a nuestro criterio, con mucha razón, por qué tenía que aceptar que ALSA le cobrara casi 4 euros más, por haber comprado su billete vía internet, expresando que lo consideraba un abuso, argumentando que: “si la conexión de Internet la pago yo, la luz la pago yo, el ordenador lo pago yo, y hago el trabajo de empleada de ventanilla?” agregando luego el comentario de que le cobraron “+ 1€ por elegir el asiento?”, para finalizar su nota con “No puedo con los #Monopolios, y tú?” Lo cierto es que LolaLaPicotera tiene mucha razón en lo que se está preguntando. Si una persona compra un billete para viajar por autobús por internet, resulta que la comodidad no sólo es para el comprador, sino que también es beneficioso para ALSA, porque ese usuario no acudió personalmente a un local expendedor de boletos, de modo que no sólo no ocupó físicamente un espacio en el local. Entonces, cuando tendría que pagar por “costes de gestión” si compra los abonos multiviajes que tanto ha promocionado con descuentos, o es que acaso sólo se pueden comprar físicamente, porque si lo hace por internet, no va a poder aprovechar el tan publicitado “descuento”. Acaso fue publicidad engañosa aquello de que ALSA se sumaba al Black Friday. Pagó 4 euros y ni siquiera pisó las instalaciones de la empresa Tampoco tuvo que esperar físicamente en una probable cola ante una ventanilla para ser atendido, repetimos, físicamente, por un empleado de ALSA que le vendiera su billete, además no tuvo que hacer uso de las instalaciones y los servicios del local, entonces ¿Cuál es la justificación para cobrar la suma de 2,90 euros por “costes de gestión”, y nos peguntamos ¿Cuál gestión?, ¿la del servidor del sistema telemático de ALSA para vender el billete online? Todo lo que tiene ALSA es gracias a sus usuarios Para que todos nos enteremos, ese servidor lo pagamos todos los usuarios, porque ALSA es una empresa con fines de lucro, lo que significa que sólo puede existir y continuar con su giro comercial, obteniendo las ganancias a las que aspira, si y sólo si, tiene usuarios que requieran sus servicios, de modo que todo lo que ALSA tiene actualmente, ha salido de los bolsillos de los usuarios/consumidores. Entonces, cual es la razón que justifique que al comprar un billete por internet y ahorrarle costes en servicios públicos y en salarios de empleados que atiendan una taquilla, los usuarios sean castigados con un cargo adicional de casi 3 euros. Y que, además, le cobren a ese mismo usuario un euro adicional por elegir el asiento. Si hablamos de la mala imagen que se han ganado las líneas aéreas y los servicios de trenes, creemos que ya es momento de que se hable también de lo que las prácticas como ésta le pueden hacer a la imagen de ALSA, y la forma en que trata a los consumidores. Nos preguntamos, ¿Qué tienen que decir las oficinas de protección a los consumidores y usuarios al respecto? Lo que afirma LolaLaPicotera es totalmente cierto, si usó su ordenador o portátil, su servicio de conexión a internet, su electricidad la paga ella y además, no ocupa a un empleado expendedor de billetes, ¿cómo es posible que tenga que pagar “costes de gestión”. Es que acaso ALSA pretende que los usuarios también paguen, además del servicio de transporte, sus ordenadores y su servidor? Las organizaciones que protegen a los consumidores y usuarios deben tomar cartas en el asunto ¿No tendría la OCU algo que decir al respecto también? Se supone que cuando se pone a disposición de los usuarios una vía online más expedita y cómoda para adquirir los billetes, es para que el beneficio sea para el usuario, no para la compañía prestadora de servicios. ¿Qué nos van a poder cobrar en el futuro en concepto de “costes de gestión”? Si seguimos así, entonces es probable que la próxima vez que nos subamos a un autobús de ALSA nos cobren un coste adicional de gestión por haber utilizado productos desinfectantes para limpiar el interior del autobús, o porque tuvieron que ponerle lubricantes y combustible para que haga el viaje y no se trata de que estemos haciendo una reducción al absurdo, al contrario, si permitimos que ALSA haga eso, sin que hagamos nada al respecto como consumidores, ¡ese es el panorama que nos espera amigos! No vale la pena usar el servicio telemático Así que, la próxima vez que necesite adquirir un billete es posible que LolaLaPicotera y muchos otros usuarios, renuncien a la comodidad de comprar su billete en línea y decidan acudir a las oficinas expendedoras, usar sus espacios, abarrotarlos, hacer filas, obligar a la empresa a contratar más expendedores, pagar electricidad, amueblado, ordenadores, aire acondicionado o calefacción y así sigue la cuenta, por no tener que pagar costes adicionales de gestión. Lo que ha quedado claro es que ALSA miente Por supuesto que 4 euros es una cifra a la que muchos no les importan, pero si pensamos que se pueden vender 100 billetes diarios en línea, estaríamos hablando de un sobrecoste de 400 euros DIARIOS que ALSA se estaría embolsillando, y, lo peor de todo, bajo la mentira de que sus servicios son gratuitos. ¿Qué opinión tienes tú?

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Las organizaciones que protegen a los consumidores y usuarios deben tomar cartas en el asunto

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