viernes, 13 diciembre 2024

Drazen Petrovic, 35 años del primer Cristiano Ronaldo que fichó el Real Madrid

Inolvidable. Un genio que no dejó indiferente a nadie. Pocos han armado el brazo como él, pocos han tenido sus fundamentos, su lanzamiento su efectividad y su profesionalidad, una profesionalidad cultivada hasta límites insospechados. Muy individualista y egocéntrico, salíó por la puerta de atrás del Real Madrid. Hablamos de Drazen Petrovic, el brutal escolta croata. Fue en baloncesto, salvando las distancias, lo que es Cristiano Ronaldo en el fútbol en cuanto a virtudes y defectos.

La diferencia entre Cristiano y Drazen es que los dos es que Ronaldo lo ganó todo en el Real. Petrovic, odiado por los blancos cuando jugaba en la Cibona, enamoró a los aficionados del Madrid la única campaña en la que jugó con los merengues. Llegó a mediados de 1988 y se fue en el verano de 1989 a la NBA. Los Portland Trail Blazers dejaban entonces desnudo, de nuevo, al Madrid. Primero fue con el fichaje de Fernando Martín en 1986 y luego, al hacerse con “el demonio de Sibenik”. No fue la última vez que los de Oregón pescaron en la Casa Blanca, ya que, posteriormente, también se llevaron a Sabonis. Parmalat era el patrocinador del Madrid la temporada que Petrovic jugó en el Madrid.

500 TIROS EXTRA EN CADA ENTRENAMIENTO

500 tiros extra en cada sesión de entrenamiento. Ló conto Pedro Barthe en la retransmisión de la final de la Copa de Europa de 1985 en la que la Cibona ganó al Real Madrid. Petrovic ya apuntaba a ser el mejor y lo de los lanzamientos extra -muy al estilo de los entrenamientos extra de Ronaldo- da buena prueba de su esfuerzo y su sacrificio para ser el mejor. No aspiraba a otra cosa.

Pura escuela de la antigua Yugoslavia. Este era Drazen Petrovic. Un escolta por el que todos los grandes bebían los vientos, pero que, casualidades del destino, acabó en el Real Madrid y no en el Barcelona.

Petrovic era ansiado por los blancos, a los que había hecho mil perrerías en la cancha. Perrerías deportivas y también antideportivas

Petrovic era ansiado por los blancos, a los que había hecho mil perrerías en la cancha. Perrerías deportivas y también antideportivas. De ambas pueden dar parte jugadores históricos del club blanco como Juanma Iturriaga, Romay, Corbalán. Brian Jackson y el técnico eterno de los blancos, Lolo Sáinz, entre otros.

EL SUEÑO DE RAMÓN MENDOZA

Drazen Petrovic destrozó al Madrid en la final de la Copa de Europa de 1985. Se jugó en Atenas y el escolta se exhibió. Hizo 36 puntos. Fue imparable. Ese año el presidente del Madrid era Luis de Carlos que tenia a Ramón M endoza en la junta directiva. Mendoza, que en sus primeros años de mandato como presidente, tras ganar las elecciones del 85, fue un hacha fichando, se hizo con Drazen. Tenía en la cabeza un proyecto con Sabonis, Drazen Petrovic, Fernando Martín, un ala pivot del Magia de Huesca que se llamaba Joan Pagés y Chechu Biriukov. Este era el sueño de Don Ramón, pero lo tuvo que cumplir en dos etapas y sin juntar al demonio de Sibenik y a Sabonis. “Dos gallos de ese nivel eran muchos en un mismo corral” solía decir un veterano periodista deportivo.

El primer partido de Petrovic con el Madrid no fue nada del otro mundo

El primer partido de Petrovic con el Madrid no fue nada del otro mundo para lo que acostumbraba el genio, ya que solo anotó 18 puntos ante el Estudiantes en el Torneo de la Comunidad de Madrid.

El resumen de la temporada de Drazen en el Real es brutal, salvo por la liga perdida ante el Barcelona en el quinto partido de la final, una final donde el árbitro Neyro se cobró deudas pendientes con el indómito Petrovic y favoreció al Barcelona de Aíto García Reneses.

EL AMOR POR DRAZEN

Drazen enamoró con sus fintas, sus entradas a canasta, su elevación angelical para lanzar en suspensión o su suspiro antes de anotar un nuevo tiro libre. Ganó la Copa del Rey en La Coruña y el solo hizo 62 puntos en la final ante el Casera del bombardero brasileño Óscar Schmidt Becerra, otro anotador bestial. Nunca fue capaz el Real de fichar al brasileño para desesperación de los directivos blancos.

«En la hoja de servicios de Petrovic con el Madrid figuran 47 partidos de Liga —a una media de 28 puntos por encuentro, con 21 duelos por encima de los 30 y un tope de 43 en Badalona ante el Joventut—; tres de Copa —con 27 puntos ante el Barça en la final—; y 11 de la Recopa, en la que los blancos se alzaron con el título en una final memorable ante el Caserta italiano (117-113)». Así resumió el diario ‘El País’, en el marco de los 25 años de la muerte del escolta croata, la etapa de Drazen en un artículo relativo a los Aquella noche del 14 de marzo de 1989, en el Palacio de la Paz y la Amistad de Atenas, Petrovic se batió en duelo con el ‘bombardero’ Oscar Schmidt. El croata hizo 62 puntos y el brasileño anotó 44, según recordó el diario.

LOS DUELOS CON EL BARCELONA

El playoff, en este caso la final al mejor de cinco partidos con el Barcelona fue un espéctaculo. Un recital de ambos equipos y con Petrovic exhibiéndose, sobre todo en la canchan azulgrana. Hizo 37 puntos en el segundo partido jugado en el Palau, con 13 de 20 tiros de campo, como recordaron en ‘ Gigantes del Básket’. En el cuarto partido, el que forzó el quinto y definitivo, el escolta masacró el aro catalán. “El genio de Sibenik encendió el Palacio de los Deportes con 42 puntos con 15 de 24 tiros (8 de 11 triples incluidos)”, según las estadísticas que cita Gigantes del Básket.

El Madrid acabó con seis eliminados. El balance de faltas fue 19-40. El árbitro Neyro, en el ojo del huracán.

Neyro se cebó con el Madrid, cargándole de faltas y los blancos, con muchas bajas, sucumbieron en el quinto partido de la final con el Barça

Petrovic fue uno de los que dejaron el juego por cinco faltas. Neyro se cebó con el Madrid, cargándole de faltas y los blancos, con muchas bajas, sucumbieron. El escupitajo de Drazen a Neyro en el torneo de Puerto Real en 1986, cuando aun estaba en la Cibona de Zagreb, tuvo su castigó.

Drazen se quedó sin la liga y el Madrid, por culpa de los dólares y el sabor de la NBA, se quedó sin su buque insignia extranjero. El otro era Fernando Martín.

«EL NIÑATO», ITURRIAGA Y LA ESPANTADA

“El niñato”, como le calificó el ex jugador del Real Madrid Juanma López Iturriaga en un célebre artículo publicado en El País durante el Mundobasket 86, que se celebró en España, dio la espantada en el verano de 1989, si bien los Portland dieron, a posteriori, dinero al Madrid por el pase. Fue una espantada lógica -desde lo económico y deportivo- y dolorosa para los aficionados. A mediados de agosto de 1989, los Blazers le tentaron con un gran contrato y el jugador se escapó a Portland, sin despedirse y con sus compañeros inmersos ya en plena pretemporada.

No fue un ejemplo de deportividad, pero fue un jugador extraordinario. Un genio con un talento descomunal que siempre será recordado.


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