jueves, 12 diciembre 2024

Renfe empieza las pruebas para abrir destinos franceses

Desde Renfe siempre que se ha hablado de que a la hora de expandir sus viajes más allá de las fronteras españolas era las rutas francesas las que servían como la opción más obvia. Después de todo para España las tierras galas son un destino clave tanto por temas comerciales como de turismo. Pero es que además bien puede servir como la entrada al resto de Europa, algo que un destino como Portugal no puede hacer fácilmente.

A sabiendas de eso la ferroviaria estatal ha iniciado, finalmente, este lunes las pruebas en Francia de sus trenes AVE, de cara a iniciar antes del verano las operaciones comerciales de Madrid y Barcelona a Marsella y Lyon, con paradas en Perpignan, Narbonne, Montpellier, Nimes y Valence.

De esta forma, por primera vez, un tren operado por Renfe en solitario ha llegado a Lyon desde Barcelona, parando también en Girona y Figueres, según ha informado el operador público español.

La compañía ya ha comenzado así las ‘marchas en blanco’, que son la fase de pruebas consistente en reproducir las características del servicio comercial, para demostrar la solvencia operacional.

Renfe ya cuenta con los primeros maquinistas habilitados y el resto, hasta completar la plantilla óptima, lo hará de forma progresiva, durante las próximas semanas, mientras que el personal de intervención ya ha recibido la formación y habilitación necesarias.

Además, Renfe ha iniciado los trámites para abrir una sucursal en Francia, que requerirá la autorización previa del Ministerio de Hacienda de ese país, aunque el Centro de Gestión de Operaciones estará ubicado en Barcelona.

Con este trámite, la empresa española continúa trabajando para conseguir el certificado de seguridad para operar en toda Francia, de la misma forma que SNCF, el operador público de Francia, lo tiene en España y ya opera con Ouigo en los dos principales ejes de alta velocidad, Madrid-Barcelona y Madrid-Valencia.

En una primera fase, pondrá en circulación trenes de alta velocidad entre Madrid y Marsella y entre Barcelona y Lyon en días alternos, con seis circulaciones semanales en cada trayecto. En una segunda fase, los trenes circularán todos los días de la semana y dos veces al día, lo que supone 28 circulaciones a la semana entre los dos trayectos.

FRANCIA SIGUE PONIENDO TRABAS A LA FERROVIARIA ESPAÑOLA

Como ya ha señalado la empresa en varias ocasiones, las administraciones francesas le han puesto muchas trabas a Renfe para poder operar allí, superando a lo largo de los últimos años multitud de exigencias impuestas por la Agencia de Seguridad Francesa (EPSF).

Además, a diferencia de en España, donde el certificado se extiende para operar en toda la red de todo el país, en Francia el certificado solo vale para una línea en concreto. Por eso, de momento solo tiene los de la red que une Perpignan con Lyon y Marsella.

Hasta el pasado 10 de diciembre y desde 2013, SNCF y Renfe operaban de forma conjunta estos trayectos transfronterizos. Sin embargo, la gala decidió de forma unilateral romper con esta alianza, precisamente cuando ya tenía la autorización para poder operar en solitario en toda España, mientras que Renfe no la tenía en Francia. Además, ya llevaba operando en España con Ouigo desde mayo de 2021.

En el mercado doméstico, la decisión de SNCF podría haber perjudicado a los tráficos desde Figueres a Girona y Barcelona, toda vez que la supresión de los servicios Elipsos (que no circulan desde el pasado 11 de diciembre) restaría circulaciones en esta línea concreta (Figueres-Barcelona).

Frente a esta situación, Renfe ha adaptado su operativa para seguir manteniendo el mayor número de plazas y frecuencias en los servicios Avant en Girona y Figueres Vilafant, manteniendo 13 frecuencias por sentido, con un incremento del 15% de las plazas, supliendo así la frecuencia que SNCF ha dejado de prestar.

UN DESTINO INTERNACIONAL PARA RENFE PODRÍA COMPLICAR LA VIDA DE LOS AVIONES

Si algo ha demostrado la llegada de la competencia al mundo de la alta velocidad ferroviaria es que los usuarios están dispuestos a esperar a tardar más tiempo de viaje con tal de ahorrar algunos euros. Si la estatal se permite soñar la idea de un viaje de tren entre Madrid y París, por ejemplo, podría incluso competir directamente con nombres como el de Iberia a nivel internacional, y conseguir una ventaja clave contra sus rivales en tierra como Iryo y Ouigo.

Por supuesto tienen que caer muchas paredes para que esto ocurra, empezando con las posiciones siempre complicadas del gobierno francés que sigue protegiendo el SNCF. Pero no es una mala visión, ni para la empresa, ni para los españoles que busquen opciones de viajes turísticos más sostenibles.


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