Aitor Gabilondo intenta completar su repoker de hits con ‘Escándalo, relato de una obsesión’

La algarabía tuitera andaba ayer desnortada tras intentar salir de caza contra ‘Escándalo, relato de una obsesión’, que desde esta noche en Mediaset narrará durante ocho capítulos el lío amoroso-sexual entre una cuarentona y un quinceañero.

Algunos presumen que la serie hace apología sobre la pederastia y, según esta regla de tres, esto impediría que se siga haciendo ficción sobre asesinatos y violaciones porque los guionistas, directores y productores, se supone, legitiman los crímenes o abusos. 

FICCIÓN PARA COMPENSAR LA CRISIS DE LOS REALITIES

La creadora de la nueva serie que Telecinco estrena esta noche a las 22.50 horas, Aurora Guerra, explica que simplemente ha querido invertir el género de ‘Lolita’ con una serie que, explica en La Vanguardia, va sobre «una señora que comete un delito con un menor y todo acaba francamente mal».

La guionista de culebrones patrios como ‘El secreto de Puente Viejo’, ‘Bandolera’ y ‘Acacias 38’ se ha puesto tan nerviosa con la polémica que se ha hecho spoiler en la que es la principal apuesta para enero de Telecinco.

La cadena intenta aferrarse a concursos y series para compensar la crisis que sufren sus recetas tradicionales, tal y como se evidenció el pasado domingo con el frío estreno de la segunda tanda ‘Pesadilla en El Paraíso’, que aterrizó con poco más de un 10% de share y apenas un millón de espectadores. 

‘Escándalo, relato de una obsesión’ intentará ser el quinto éxito firmado por el productor Aitor Gabilondo en el prime time en abierto tras los éxitos que ha cosechado desde 2014: ‘El Príncipe’ y ‘Allí abajo’ durante su etapa en la productora Plano a Plano y ‘Vivir sin permiso’ y ‘Entrevías’ con su propia factoría, Alea Media, que también produjo ‘Patria’ para HBO y prepara un serial diario para Telecinco.

‘ESCÁNDALO, RELATO DE UNA OBSESIÓN’

La nueva serie de Alea Media versa sobre Inés, una mujer de 42 años que en un momento complicado de su existencia se sumerge en el mar para acabar con su vida. Su salvador es Hugo, un adolescente del que se enamora obsesivamente. En su empeño porque nadie se entrometa en esa relación prohibida y aun siendo consciente de que está cometiendo un delito, Inés se irá dejando llevar por sus impulsos y no dudará en tomar decisiones que afectarán irremediablemente a cuantos la rodean, sumiendo a todo su entorno en una espiral de graves acontecimientos.

Mientras mueve a la reflexión al espectador y le hace tomar parte en la relación entre Inés y Hugo, ‘Escándalo, relato de una obsesión’ profundiza en los misterios del comportamiento humano a través de la historia de la protagonista, una mujer marcada por complejos y frustraciones acumuladas en su infancia, su matrimonio y su maternidad que se dejará arrastrar irremediablemente al abismo, pese a ser consciente de que sus actos acarrearán desgracia para ella y todo su entorno.

Aurora Guerra explica su punto de vista: «Para entender uno de los porqués de ‘Escándalo, relato de una obsesión’, propongo el juego a los espectadores de cambiar el género de los protagonistas. Sería, así, la historia de un hombre de cuarenta años, despreciado por su mujer e hija, roto por la pérdida reciente de un hijo, sin esperanza… Cuando conoce a una adolescente que le salva la vida. Física, y anímicamente, con su luz, su alegría, su pasión. Y el hombre acaba locamente enamorado de la joven. Nos suena, ¿no? Hemos podido verlo en infinidad de películas de autores reputados, desde Woody Allen a Sam Mendes o Stanley Kubrick«.

ALEXANDRA JIMÉNEZ ES INÉS

Durante su infancia, Inés hizo de la soledad su hogar y su refugio. Hija de una madre egoísta y desapegada, anheló desde siempre poder dar y recibir amor sin tener que mendigarlo. No es de extrañar que, ya de adulta, terminara sometida a un marido que repartía sus muestras de ternura con cuentagotas, haciendo que su esposa viviera pendiente de recibir cualquier señal de afecto. Cuando tuvo a su hija, Inés se propuso no comportarse nunca como su propia madre, pero se volcó tanto en conseguirlo que provocó su rechazo y la niña terminó haciendo con su padre un tándem inexpugnable, vedado para ella. Inés conoce a Hugo en un momento en el que el dolor y la desesperanza están a punto de acabar con ella y encuentra en él lo que nunca ha tenido. Por una vez algo la arrebata, se deja arrastrar y hace lo incorrecto sin importarle las consecuencias y se lanza a un torbellino que la llevará a cometer actos que ni imagina.

FERNANDO LÍNDEZ ES HUGO

Pese a su juventud, Hugo ya da muestras de haber sacado de su madre el gen del carpe diem y su muerte se lo vino a corroborar: no hay que dejar pasar las oportunidades porque quizá no haya un mañana. Ella murió cuando él nació y siente culpa por ello, pese a los vanos consuelos de su padre. Aunque no la conoció, la tiene idealizada y siente que si ella viviera su existencia no sería tan gris. Su inteligencia le sitúa en ese rango de chicos difíciles por sus altas capacidades. Su superioridad intelectual hace que no congenie con los compañeros y solo gracias a sus músculos, que entrena a diario, no le parten la cara más veces. Aunque es muy guapo, con las chicas tampoco le va demasiado bien. Por eso, cuando conoce a Inés, no piensa en las consecuencias de mantener una relación con ella y se sumerge como quien lo hace en el mar, sin tener en cuenta que en el mar hay corrientes profundas y muy peligrosas.

SINOPSIS DEL PRIMER CAPÍTULO

Tras un aborto espontáneo que le quita la última oportunidad de ser madre de una criatura que ni su esposo ni su hija le brindan, Inés descubre que su marido quiere divorciarse y quedarse con la custodia de la niña. Aislada en su casa de la costa, sola y desesperada, experimenta más que nunca el síndrome del abandono con el que ha cargado toda su vida y llega a la irrefutable conclusión de que no tiene motivos para seguir viviendo; decidida a desaparecer, se adentra en el mar. Cuando vuelve en sí, se da cuenta de que una persona le ha impedido ser libre: Hugo, un adolescente siempre metido en líos, contestatario y rebelde. Al encontrarse, vuelcan sus soledades el uno en el otro y se dejan llevar por la pasión sin pronunciar una sola palabra.