jueves, 12 diciembre 2024

Bad Bunny y Taylor Swift ponen en riesgo el monopolio Live Nation y Ticketmaster

Sí, la música en vivo volvió en 2022, y si, la gran mayoría de los conciertos pudieron presumir de buenos números de ventas de entradas. Pero no todo es color de rosa, este quizás también sea el año en que para los artistas, o para los fanáticos, las controversias entre Ticketmaster y Live Nation hayan derramado el vaso. Es que entre los casos de Bad Bunny, Blink 182 y Taylor Swift la empresa más grande en el mundo de la música en vivo ha lidiado con más problemas de lo usual.

Es que los problemas de los usuarios para adquirir las entradas, una situación recurrente, los nuevos sistemas de precios dinámicos, que ponen los montos en números exorbitantes, y la cantidad de conciertos a nivel internacional donde, tras guindar el cartel de agotado, se han visto las fotos con grandes espacios de las gradas vacias. Es una situación que se ha repetido en México con Dua Lipa y Bad Bunny.

El caso del concierto del Puertorriqueño en el mítico Estadio Azteca de la capital mexicana es particularmente icónico con portales como Pop Crave compartiendo imágenes del estadio casi vacío, mientras había miles de fanáticos afuera pidiendo entrar. Son problemas que empiezan a ser denunciados por los propios artistas además de los fanáticos. Aunque han prometido el reembolso a quien lo pida no la reacción de los fanáticos no ha sido particularmente pacífica.

UNA CONTROVERSIA MAS VIEJA QUE BAD BUNNY

La controversia con la empresa no es una novedad. Ya en los 90 Pearl Jam, una de las bandas de rock más importantes de la década, había cargado contra ellos por lo que consideraban prácticas deshonestas. Eddie Vedder, vocalista de la agrupación, repitió estas mismas críticas tras la fusión de Ticketmaster y Live Nation. Si bien fue ignorado en su momento los últimos meses los han llevado a repetir públicamente sus reclamos.

Hace unos años también se enfrentaron a Rihanna, tras imágenes del concierto “Agotado” de la artista de Barbados en Londres en los cuales se veían buena parte de las gradas vacías, mientras que buena parte de las entradas aparician en portales de reventa. En aquel momento la propia Live Nation manejaba uno, Seatwave, que en la actualidad está cerrado.

LA DEMANDA DE LAS SWIFTIES Y LA INVESTIGACIÓN DEL MUNDO DEL KPOP

Lo cierto es que ya hay dos grupos de fanáticos musicales que han apuntado de forma legal contra la empresa. Por un las fanáticas de Taylor Swift, que usualmente se identifican como “Swifties”, y del otro los admiradores del grupo coreano BTS que han mostrado un escepticismo abierto ante la situación.

En el caso de la cantautora los demandantes han presentado el caso de que la actitud de la empresa es anticompetitiva. Según el documento la empresa habría roto con los conceptos antimonopolios del país norteamericano al controlar básicamente toda la venta de entradas en el país. El CEO de la empresa, Greg Maffei, se paseó por CNBC culpando a la intérprete asegurando que el problema es que la artista tenía demasiado tiempo sin salir de gira. La propia Swift por su parte comparó el proceso de comprar las entradas con «pasear por el infierno».

Los fanáticos de BTS no se han quedado atrás. El grupo presento todo un documento mostrando lo que consideran como los grandes abusos de la empresa. De hecho han presentado el texto al senado de Estados Unidos pidiendo que estas prácticas sean revisadas.

LA CAÍDA DE LAS ACCIONES DE LA EMPRESA

Paralelo a esto la empresa ha visto como el precio de sus acciones bajaba un 42% a pesar de haberse disparado durante 2021 tras el retorno de la música en vivo. Es un dato que puede parecer ilógico, pero que se entiende cuando se ven las diversas presiones que enfrenta una empresa que además tiene que lidiar de frente con el público. No es casual que sus datos de la bolsa se vean tan afectados por la percepción del público.

Pero esto no quiere decir que estén en problemas de inmediato. Demostrar lo que las diferentes fanaticadas están señalando puede ser complicado y en otros países ha demostrado ser casi imposible. En el caso español el caso se discutió incluso en el congreso de los diputados en 2018, tras agotarse en 10 minutos las entradas de U2 de Madrid y Barcelona y aparecer varias de ellas en espacios de reventa.

El año pasado se repitió esta dinámica durante la gira internacional de Metallica en 2017. En aquel momento fue Billboard el medio que destapo la cantidad de entradas desviadas al negocio de las reventas, donde los márgenes de ganancia son considerablemente más alto.  

El futuro puede ser llamativo, pero mientras esta empresa siga siendo el único monolito de este mundo será complicado que se resuelva. Mientras tanto los problemas seguirán siendo de los fanáticos que tendrán que rezar para ver a su artista favorito.


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