El gran engaño de la inflación: el por qué España esquiva la recesión

IG Markets

La inflación provoca espejismos en una economía española que se encamina hacia la recesión. La década de la flexibilidad monetaria del Banco Central Europeo ha creado verdaderas burbujas de activos, algunas de ellas en plena explosión, como las de las criptomonedas y materias primas.

Para rebajar el crecimiento de los precios, los bancos centrales han llevado a cabo la política monetaria más agresiva de las últimas décadas

Estos incrementos, de doble dígito durante los meses de verano en España y en este momento en numerosos países de la Eurozona y de la UE, se han convertido en el riesgo principal de la economía mundial. Y es que, para rebajar el crecimiento de los precios, los bancos centrales han llevado a cabo la política monetaria más agresiva de las últimas décadas y aún falta para alcanzar el techo en los tipos de interés.

Con esta inflación, España ha esquivado la recesión técnica, es decir, dos trimestres consecutivo de crecimiento nulo o con caídas del PIB. Y es que, la propia inflación ha elevado los ingresos públicos hasta niveles récord, ante el veto del Ministerio de Hacienda de deflactar el Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF), pero al mismo tiempo ofrece lecturas muy engañosas de los indicadores económicos generales, como el gasto del consumidor.

LOS HOGARES GASTAN LOS AHORROS CON LA INFLACIÓN SUBYACENTE AL ALZA

En este sentido, los hogares están gastando más, pero cada vez meten menos productos en la cesta de la compra. Es decir, las empresas no están registrando mayores ventas por volumen. En los bares y restaurantes, el efecto es exactamente el mismo. La subida de precios no reporta una mayor salida de platos de cocina, sino que con menos comensales se factura incluso más que antes.

Toda una ilusión, un engaño, una trampa que terminará parando la economía si efectivamente, como se espera, la recesión es más fuerte de lo estimado en un inicio. En Reino Unido, por ejemplo, se espera la recesión más larga de la historia, mientras en Alemania hay datos que invitan al pesimismo al registrar un mayor paro del previsto en el mes de noviembre por una acuciante crisis energética que no tiene visos de frenarse en el corto plazo.

Christine Lagarde, presidenta del BCE
Christine Lagarde, presidenta del BCE

Asimismo, los datos de inflación son también engañosos a la hora de presentarlos. El Índice de Precios al Consumo (IPC) ha subido un 6,8% en el mes de noviembre, un ritmo inferior al registrado en octubre. Sin embargo, la inflación subyacente se ha incrementado una décima, hasta el 6,3%. Es decir, descontando los precios energéticos y productos frescos, los precios continúan en una espiral desbocada y que muestra los temidos efectos de segunda ronda, cuando los precios suben debido a las alzas de los salarios, sin que se retire liquidez del sistema. Este impacto se convierte en un bucle de muy difícil salida.

EL PIB REAL, EL INDICADOR QUE REFLEJA EL IMPACTO DE LA INFLACIÓN

«Es indudable que una subida a doble dígito en la inflación tienen un efecto inmediato en las grandes cuentas de un país», ha sostenido Diego Morín, analista de IG Markets, a preguntas de INVERSIÓN. A su juicio, una elevada inflación sostenida en el largo plazo es un «problema serio para la economía, pero en el corto plazo ese efecto en el PIB puede parecer engañosamente positivo en el PIB nominal», ha indicado. Y es que, esta magnitud económica mide el valor de los bienes y servicios producidos en una economía a precios de mercado.

Por este motivo, Morín considera imprescindible atender a los datos de PIB real en España y a precios constantes, para tener una mejor fotografía de lo que está sucediendo. Según analistas consultados por este medio, el crecimiento del PIB nominal se debe principalmente, en un 80% a la inflación, mientras que la actividad real de la economía solo supone en este momento el 20% de la lectura real. Aún así, con una disparada inflación, la economía española está esquivando por décimas el primer paso para entrar en recesión técnica.

ESPAÑA, UNA DIFÍCIL FINTA A LA RECESIÓN EN ALEMANIA Y REINO UNIDO

Para Morín, España tendrá muy difícil esquivar la recesión si potencias como Alemania y Reino Unido han entrado ya en esta situación. «Si bien las últimas previsiones de organismos como la OCDE prevén que la economía española vaya a ser capaz de esquivar esa bala en 2023, es muy difícil pensar que si otras potencias como Alemania y Reino Unido sí que verán una contracción en su actividad económica, España vaya a ser capaz de crecer solo a base de un sector servicios muy volcado en la llegada de turistas», ha sostenido el analista.

«Aunque no se entre en lo que se conoce como recesión técnica (dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo), sí que podemos esperar crecimientos en torno a cero en algún trimestre», ha considerado. Todo ello, tras los mensajes de tranquilidad de la OCDE, el Banco de España y de la vicepresidenta, Nadia Calviño, que ha afirmado que España no entrará en recesión.

LA FORMACIÓN DE BURBUJAS DE ACTIVOS POR LA DISPARADA INFLACIÓN

Por otro lado, tanto el Banco de España (BdE) como el Banco Central Europeo (BCE) han alertado de la formación de burbujas en activos. Para Morín, «existe una burbuja generalizada a nivel global en algunos sectores como la tecnología y las materias primas». «España -continúa- no es un país caracterizado por ser protagonista en ninguno de los dos sectores, pero sí que pueden notarse señales de agotamiento en algunos ámbitos de actividad ligados a los mismos, especialmente a este último, como pueda ser el sector energético o el sector de la construcción».

Respecto a una posible crisis inmobiliaria, como la ocurrida en Suecia, Dinamarca y Noruega, Morín ha apuntado que el sector se ha visto golpeado en los últimos meses por el precio y capacidad de acceso a las materias primas, el factor diferencial que sigue condicionando al mercado inmobiliario patrio «es la falta de suelo disponible en los grandes núcleos urbanos«.

«Mientras la desigualdad entre oferta y demanda siga siendo tan elevaba es difícil pensar en una nueva gran crisis del sector», ha apostillado. Y es que, apenas hay oferta de inmuebles, mientras la demanda se está alejando debido a los elevados precios. «De producirse, esta llegaría de nuevo por el lado de la demanda, y para que ello se registre es necesario que volvamos a situarnos en una posición de gran crisis económica como la vivida en 2012 con la crisis del euro», ha concluido.